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¿Un bebé puede salvar una relación?

¿Un bebé puede salvar una relación?

Muchas parejas en crisis deciden lanzarse a tener un hijo pensando que lo que les falta es formar una familia y que el nacimiento de ese niño podrá ayudarles a salvar su relación, pero lo cierto es que las nuevas responsabilidades y compromisos puede hacer que se produzca justo el efecto contrario, es decir, que la crisis se haga más grande.

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Índice

 

¿Tener un hijo ayuda a salvar una relación?

Las crisis en las parejas pueden ser más o menos graves según el origen de las mismas. A veces surgen por problemas de comunicación, porque uno de los dos miembros de la pareja quiere avanzar en la relación y comprometerse y el otro no, por infidelidades, por cambios, etc. Ante las pequeñas crisis lo mejor es hablar con el otro e intentar buscar una solución al problema que se tenga, pero las crisis serias son más difíciles de resolver. En esos casos, puede ser necesario separarse por un tiempo para reflexionar o acudir a terapia de pareja, pero no tomar decisiones trascendentales, como casarse, irse a vivir juntos o tener un hijo cuando no se sabe si la relación va a continuar o no.

Y es que muchas parejas creen que tener un hijo les ayudará a salir de su crisis y resolverá todos sus problemas, pero, normalmente, lo que hace es justo lo contrario, es decir, agrandar esa crisis y hacer que surjan nuevos problemas y, en muchos casos, más serios.

Tener un hijo es algo maravilloso y aporta mucha felicidad, pero también nuevas responsabilidades, miedos, preocupaciones, inquietudes… sin hablar de cómo cambia la vida de una pareja. Dormir toda la noche de un tirón deja de ser algo posible, ya no puedes ir donde te apetezca ni hacer lo que te dé la gana, los viajes quedan restringidos, las noches de fiesta también… todo cambia. Y, aunque con hijos puedes seguir teniendo vida social y hacer muchas cosas, estas serán distintas de las que hacías antes de su llegada, por lo que deberás estar preparado.

Asimismo, tener un hijo implica nuevos gastos y unos ritmos diferentes de vida. Hay que conciliar y apañar los horarios para poder llevar y recoger al peque de la guarde o del cole, cuidarle por las tardes, en las vacaciones, etc. Todo eso hace que la rutina de una pareja y su vida cambie 180 grados, por lo que ambos miembros de la pareja deben tenerlo claro y estar preparados. Si uno de los dos no quiere tener un hijo y lo hace solo por contentar al otro o evitar la ruptura final, lo normal es que eso solo traiga más problemas.

También pueden surgir nuevas discusiones motivadas por la educación y crianza del pequeño. Es posible que uno de los dos quiera hacer colecho y el otro no esté dispuesto; o que uno quiera llevar a una guardería pública y el otro a una privada; o que no se pongan de acuerdo sobre los límites y normas. Todo eso traerá nuevos conflictos entre ambos y, si la relación no era muy buena y ya estaba sobre la cuerda floja, todo esto puede ser el detonante de la ruptura total.

Y, cuando se tiene un hijo, romper una familia es mucho más complicado. La pareja puede divorciarse, pero el niño siempre estará ahí. Habrá que llegar a un acuerdo sobre la custodia, procurar que el niño sufra lo menos posible y siga teniendo una buena relación con ambos progenitores y evitar discusiones constantes en torno al cuidado del niño. No obstante, por muy duro que sea será mejor que seguir con una relación ya muerta en la que solo queda rencor y problemas, puesto que crecer en un ambiente así no es bueno para el pequeño.

Por lo tanto, si tu pareja está en crisis y no sabéis cómo solucionarlo, no penséis ni por un momento que tener un hijo os ayudará, ya que lo normal es que solo consigáis lo contrario y que la ruptura se produzca incluso antes.
 

¿Qué hacer si la pareja va mal?

Si tienes problemas con tu pareja, lo primero que debes hacer es analizar si quieres seguir con él o no y si le sigues amando. Si es así, y tienes claro que quieres arreglarlo, averigua la causa de vuestra crisis y cómo podéis solucionarlo. La comunicación es fundamental y, como decíamos, acudir a terapia de pareja puede ser una gran ayuda. Solo cuando vuestros problemas estén resueltos y tengáis claro que la crisis se ha superado y que de nuevo estáis bien el uno con el otro, podréis plantearos el tener un hijo. Pero recordad que es importante que ambos lo tengáis claro y estéis en el mismo punto, ya que tener un hijo es una decisión muy importante que cambiará totalmente vuestra vida, por lo que debéis estar seguros.


Fuente:

Juan Pedro Valencia, psicólogo

Fecha de actualización: 31-03-2023

Redacción: Irene García

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