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Fusión emocional, la parte anímica de la crianza con apego

Fusión emocional, la parte anímica de la crianza con apego

A veces, los vínculos entre madre e hijo son especialmente fuertes. El territorio anímico es compartido y puede suceder la llamada fusión emocional; un apego que puede durar hasta los 2 años del niño.

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Índice

 

¿Qué es la fusión emocional?

Con el nacimiento del bebé, se ponen en marcha los mecanismos naturales para el establecimiento del apego o vínculo afectivo entre hijo y madre. A la obvia conexión que puede sentir una madre con su hijo se suman aspectos como el contacto entre ambos, la dependencia del bebé respecto a la madre o la lactancia materna.

En este contexto, se entiende que se puede producir la denominada fusión emocional. Este concepto define una conexión emocional fuerte entre las dos partes. La emocionalidad es directamente dependiente de la del otro. Puede durar más o menos hasta que el niño cumple los 2 años y comienza a tomar conciencia de su propia entidad e individualidad.
 

Consejos para establecer un vínculo con el bebé

Aunque es algo que no puede ni debe ser forzado, sí que hay formas de establecer un vínculo emocional con nuestro bebé:

- Usar un sistema de transporte que permita el contacto entre madre e hijo, como los diversos sistemas portabebés. Hay que considerar que, durante el primer año del bebé, éste tiene consciencia de la madre cuando tiene contacto con ella, ya que aún no ha desarrollado bien la vista ni el entendimiento de su entorno.

- El colecho también es una vía muy importante que muchos señalan para potenciar vínculos paterno-filiales.

- Pasar momentos a solas con el bebé, hablando con él con palabras simples y sin tener que estar pendiente de otros niños o tareas.

No obstante, esto no es algo universal. No todas las madres sienten esta fusión. A veces las presiones sociolaborales, la falta de apoyo emocional durante el puerperio o incluso la sensación natural por parte de la madre de un cierto duelo por la pérdida de ciertos aspectos de su vida anterior: autonomía, posibilidad de ocio y descanso… hacen que la madre sienta ciertas dificultades para conectar con su bebé.

La fusión emocional se explica en la gran dependencia que el bebé tiene para con la madre y, en ese periodo de dependencia, puede ir conectada con una sensación de amparo y seguridad del bebé en el mundo.

Estos vínculos conllevan una obvia falta de autonomía por ambas partes; por ello hay que tener cuidado con un excesivo apego emocional a partir de una edad determinada. La madre debe ser consciente del momento de ruptura de esta fusión emocional como parte del proceso de crecimiento y autonomía del niño en el mundo. 


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