¿Mi hijo tiene mamitis?
El vínculo afectivo que se crea entre una madre y su recién nacido es muy fuerte, sobre todo si durante el primer año ella es la que le cuida prácticamente todo el día. Al principio los bebés son muy sociables y sonríen a todo el mundo que les hace carantoñas. Pero a partir de los 9 meses, sienten ansiedad si son separados de su madre, tornándose huraños y hasta hostiles con los desconocidos. Llorará al conocer a alguien nuevo y sólo querrá estar con su mami. Es lo que se conoce como la etapa de la “mamitis”, que desaparece a partir de los 3 años.
Índice
- ¿Qué es la “mamitis”?
- ¿Por qué aparece la “mamitis”?
- ¿Cómo conseguir sobrellevar esta etapa de “mamitis”?
- ¿Qué no es normal?
¿Qué es la “mamitis”?
La “mamitis” es una fase normal por la que pasan todos los bebés en la que no quieren separarse de su madre y, cuando tienen que hacerlo, lloran y se ponen nerviosos, mostrando ansiedad y enfado. Esta fase suele darse entre los 8 y los 18 meses y, aunque es normal y pasajera, puede resultar un poco agobiante para la madre.
La "mamitis" se debe a la ansiedad por la separación y, como decíamos, es una fase normal del desarrollo que va disminuyendo gradualmente, a medida que el niño crece.
Este comportamiento no aparece de golpe ni desaparece de un día para otro, por lo que hay que tener paciencia.
¿Por qué aparece la “mamitis”?
La “mamitis” es una fase que aparece por diversos motivos:
1- Dependencia de la madre: la madre es la cuidadora principal los primeros meses de vida (generalmente) y su principal figura de apego, por lo que el bebé siente más seguridad con ella y recurre a ella si está cansado, enfermo, tiene miedo…
2- Miedo a las novedades: con esta edad, la madre forma parte del ambiente que lo rodea y, cuando ella no está, se siente perdido y aparece la inseguridad.
3- Falta de noción del tiempo: el niño no es capaz de percibir el paso del tiempo y no comprende que su madre volverá, por lo que se pone nervioso si no la ve ya que piensa que no volverá nunca. Esta etapa dura hasta los 18 meses, cuando ya puede comprender que su madre volverá.
4- Regresiones: a veces, pasados los 2 años, el niño vuelve a una etapa de “mamitis”. Puede deberse a una regresión a causa de un cambio (mudanza, empezar colegio, nacimiento de un hermano) o, simplemente, para llamar la atención.
¿Cómo conseguir sobrellevar esta etapa de “mamitis”?
La mamitis o apego excesivo de un niño hacia su madre se resuelve, sobre todo, con paciencia y cariño.
Si cada vez que le tienes dejar con otras personas todo son llantos y rabietas, puedes probar a hacer lo siguiente:
- No te angusties, es una etapa normal por la que pasan casi todos los niños. Tu hijo aún no tiene desarrollada la noción del tiempo y piensa que cuando algo no está al alcance de su vista, no volverá a verlo.
- Intenta que esté en contacto con otras personas la mayor parte de tiempo posible: familiares, amigos, vecinos… que vea que su mundo no se reduce a su mami.
- Acostúmbrale a estar pequeños ratos solo –metido en el parque o en algún sitio seguro- o con otras personas. Dile que te vas un momento a la cocina a por algo y que regresas enseguida. Cuando vea que cumples tu palabra, tardas poco y vuelves, aprenderá a confiar en ti y podrás alejarte más rato.
- Si tienes que irte durante mucho tiempo, deja una foto tuya cerca de él, sólo con ver tu imagen se sentirá más tranquilo.
- No prolongues la despedida ni te eches tú a llorar al verle. Si eternizas la despedida, parecerá que es para siempre.
- Establece límites, tiene que entender que hay momentos que debe dejarte sola. Por ejemplo, cuando vayas al baño o cocines. No puede seguirte a todas partes.
- No te vayas nunca a escondidas ni le mientas diciéndole que vuelves enseguida si no lo vas a poder cumplir, con esto sólo lograrás que el bebé viva en constante angustia e inseguridad.
- Cuando te reencuentres con él, muestra mucha alegría y dale un fuerte abrazo. Así sabrá que, aunque tenga que estar un tiempo sin ti, obtendrá su recompensa –en modo de cariño- cuando regreses.
- Evita exasperarte y ten paciencia.
- Si el problema no va cediendo o se agrava, consulta a un profesional.
¿Qué no es normal?
Aunque la “mamitis” es normal, en algunos casos puede indicar una dependencia excesiva de la madre que puede suponer un problema en el desarrollo del bebé, sobre todo si se dan estos comportamientos:
- el bebé solo dice “mamá” y solo quiere estar con ella todo el tiempo
- no quiere que nadie más le vista, le bañe, le dé de comer…
- llora si desapareces hasta el punto de tener una rabieta
- te reclama constantemente, así que no te deja hacer nada. Si no lo coges en brazos, se agarra a tus piernas
- tiene celos exagerados si coges a otro bebé o juegas con otro niño
- refiere estar a solas contigo, y cuando hay otras personas (incluido su padre) hace cualquier cosa para llamar tu atención y evitar que hables o te relaciones con los demás
- por la noche solo tú puedes consolarlo
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