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Consejos para padres de adolescentes enamorados

Consejos para padres de adolescentes enamorados

¿Has notado cómo ha ido cambiando la actitud de tu hijo últimamente? ¿Se pasa horas mirando la pantalla del móvil y sonriendo? No, no son sus amigos. Probablemente sea la chica de su clase que tanto le gusta y sí, hay que aceptarlo, tu hijo ya no es ningún niño y se ha enamorado.

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El amor romántico en la adolescencia

No cabe duda de que la adolescencia es la etapa de la vida en la que aparece la capacidad por sentir amor romántico. Algunos adolescentes, la gran mayoría de ellos, comienzan a experimentar este sentimiento tan único. Y no, no busquéis las diferencias entre tu hijo y tu hija porque no las hay. Los cambios que se viven en la adolescencia afectan por igual a los chicos y a las chicas y recuerda que en el amor ¡todo vale!

La adolescencia es una etapa conflictiva, sí, pero también muy especial. De hecho, este periodo de la vida que va desde la aparición de la pubertad hasta el inicio de la edad adulta es una fase en la que se sufren una serie de cambios (tanto buenos como malos), por ejemplo, el humor en los hijos se altera generalmente provocado porque a ellos les resulta complicado lidiar con sus padres en esta etapa y, al contrario, sucede lo mismo.

Al tratarse de la cuarta etapa del desarrollo humano y ser posterior a la niñez, el cambio se ve de manera más drástica. ¿Por qué? Pues bien, principalmente porque son los mismos adolescentes quienes se creen ya adultos (y se equivocan) y porque sus padres se piensan que sus hijos todavía son niños (pero también se equivocan). Por eso, es importante que tanto unos como otros tengan este punto claro ya que todavía no son esos adultos que pueden hacer lo que les venga en gana, pero tampoco son los niños que deben manejar los padres a su antojo.

Además, los padres y madres de chavales adolescentes deben ser conscientes de que, aunque esta etapa sea difícil, en muchas ocasiones se pueden evitar algunas discusiones con ellos si intentamos mantener la calma y estar tranquilos. Y sí, aunque utilicen mucho más a menudo de lo que os gustaría su grito de guerra preferido: "¡Que me dejes!", hay que tener paciencia. Los adolescentes utilizan esa frase con frecuencia porque necesitan su espacio y se vuelven bastante celosos de su intimidad. La adolescencia, como decíamos, es un momento de cambios y de reafirmación de la identidad que se irá construyendo poco a poco, gracias a la familia, por supuesto, pero, sobre todo, gracias al espacio de privacidad que el adolescente tenga.

 

¿Cuándo van a notar los padres más los cambios en sus hijos adolescentes?

Está claro, ¿no? Cuando se enamoren. El amor es una de las emociones humanas más bonitas que existen en el mundo. Y aunque hay varios tipos de amor: el fraternal, el filial o el de amistad, en realidad aquí hablamos del amor romántico en la adolescencia. Ese sentimiento expresivo y placentero de una atracción emocional hacia otra persona, ese romance tan único por ser el primero.

¿Quién no recuerda todavía a su amor adolescente? Todos vosotros lo recordáis, sí, unos con más cariño, otros con algo menos, pero todos, al fin y al cabo. Aunque, eso sí, la forma en la que se hace, la manera en la que se vive el amor romántico va cambiando siempre a lo largo de la adolescencia, ya que, de hecho, en la primera adolescencia, cuando comienza a aparecer el amor romántico, la mayoría de los jóvenes lo viven como una forma de encajar mejor en un grupo. Tener una relación con alguien es, generalmente, la fórmula que utilizan muchos de ellos para formar parte de su grupo de amigos, a diferencia de lo que ocurre ya en el final de la adolescencia, pues a medida que van pasando los años, el amor romántico se convierte en la vía para encontrar una pareja con la que compartir todo en la vida.

Sea como sea, todos estos adolescentes tienen derecho a vivirlo y a disfrutar, por supuesto, del amor en esta etapa. Y sí, quizás para ellos resulta idílico, pero probablemente para los padres no sea tan fácil de asumir. Los adolescentes cambian y su carácter también, ya lo veíamos, y además, es en esta etapa cuando comienzan a salir con su grupo de amigos, a mantener relaciones sexuales y es por estos motivos por los que hay que intentar darles los mejores consejos.

Enséñales la diferencia entre querer, gustar y amar. Sabemos que estar enamorado o enamorada es un estado excepcional, sentirse en las nubes, que revoloteen mariposas en su estómago es espectacular. SIn embargo, como padres hay que transmitirles que no siempre es amor verdadero, ya que el enamoramiento condiciona muchas veces el cariño, por unos motivos u otros. Por ello, es fundamental también enseñar a tus hijos que el amor verdadero es incondicional, nunca superficial, y que a veces es frágil, puede romperse y la vida sigue porque todavía es eso, un adolescente.

Muéstrales que las relaciones deben ser independientes. Habla con ellos de forma clara para no lleguen a enamorarse hasta el punto de permitir que su novio/a se vuelva el centro de su vida. Es difícil, sí, pero todos deben aprender a no depender nunca de su pareja. Edúcales para que puedan encontrarse felices en pareja, pero también si están solos.

Déjales claro que las faltas de respeto no son ningún juego. En una relación constructiva no hay maltrato, manipulación ni celos. Que hablen con propiedad sin insultos ni gritos.

Finalmente, y sobre todo después de este último consejo, por supuesto, hay que tener claro que enamorarse en una edad demasiado temprana puede acarrear unas consecuencias algo graves. Todavía no son adultos y existen muchos conceptos en su cabeza algo equivocados. El machismo, los celos, etc. pueden traer problemas a muchas jóvenes que acaban de conocer el amor por primera vez y que, en la mayoría de las ocasiones, no saben dónde están los límites.

De hecho, según un estudio de violencia de género en la adolescencia elaborado por la catedrática de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, María José Díaz Aguado, “siete de cada diez adolescentes aprenden que los celos son expresión de amor”. Además, la catedrática ponía de manifiesto el incremento de los adolescentes que han escuchado de adultos ese mensaje, y afirmaba que, si en el año 2010 el porcentaje de chicas que había recibido esta falsa enseñanza a menudo o muchas veces era del 29,3%, en el año 2013 había aumentado hasta el 35,8%. En el caso de los chicos, se pasó del 29,3% al 36,8%.

Asimismo, recordaba Díaz Aguado que “los celos no son una expresión normal del amor. El control voraz es un antecedente de la violencia de género y no podemos bajar la guardia", y también señaló que "un posible problema con el que hay que tener muchísimo cuidado" es con que la sociedad en general se acostumbre a los titulares de la televisión y de Internet y deje de alertarse porque lo acaben viendo “como algo habitual”.

Cabe destacar también que, según un informe del CIS en el año 2015 sobre la percepción de la violencia de género entre los jóvenes, era un tercio de los entrevistados los que valoraban como "aceptable" o "inevitable" las conductas de control. A su vez, los especialistas señalaban que las prácticas no eran detectadas como peligrosas por las chicas y todavía la herencia cultural sobre el amor continuaba trasladando una idea de pertenencia y control en la pareja.

El amor adolescente es único y especial, sí, pero hay que saber cuidarlo, protegerlo y nunca infravalorarlo.


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