• Buscar

"La mediación familiar es una forma efectiva de resolver un conflicto familiar", María Verde

María Jesús Hernandez Verde, abogada y mediadora experta en mediación familiar y mentoring, nos habla en esta entrevista de qué es la mediación familiar, en qué casos puede ser útil y cómo resolver de la mejor manera posible los conflictos familiares.

Publicidad

TodoPapás: ¿Qué es exactamente la mediación familiar?

María Jesús Hernández Verde:
Los mediadores somos expertos en comunicación y la mediación familiar, básicamente, es una forma de comunicarse, con la ayuda de uno de estos expertos, ante un conflicto familiar que querramos resolver.

A través de la comunicación establecemos contacto con las personas, transmitimos nuestros pensamientos y sentimientos. En este sentido, todos, por muy distintos que seamos, queremos ser escuchados, comprendidos y tenidos en cuenta. Aprendemos el proceso de comunicación en la familia, que supone el origen de las relaciones sociales. En la familia aprendemos nada más nacer cómo nos sentimos, cómo nos relacionamos y cómo nos comunicamos. Es en el ámbito familiar donde se producen los primeros procesos de comunicación. En este sentido, la mediación familiar, a través de la figura de los mediadores, acompaña a sus integrantes a identificar dónde se encuentran las situaciones que han sido origen de conflicto e incluso a prevenirlos.

Las familias que no tienen una comunicación fluida fracasan en algunos ámbitos, sobre todo ante los hijos. Los padres debemos tener siempre presente que la buena comunicación familiar, aparte de fortalecer el compañerismo entre los integrantes, es muy importante para que exista unión y mayor afecto. Los vínculos, aunque se dañen, pueden reestablecerse.

La mediación familiar es un proceso por el que los conflictos en familia pueden reconocerse desde otra perspectiva gracias al acompañamiento del mediador, ofreciendo con ello una función transformadora.

TPP: En tu web hablas también del mentoring… ¿en qué consiste?

MJHV:
La labor del mentoring es la de acompañar a los integrantes de una unidad familiar a proyectar las necesidades que se pueden originar al nacer un hijo (los celos entre hermanos), o al originarse una situación de dependencia por esta misma causa (la crianza, métodos más adecuados según los trabajos de los padres…) o por tener enfermos a quienes atender (abuelos en situación de dependencia…). Desde el mentoring se pueden prevenir los conflictos que se originan en la familia, desarrollando habilidades para emprender o mantener las relaciones entre sus integrantes.

TPP: ¿En qué casos puede ser útil la figura de un mediador familiar?

MJHV:
Siempre. En el ámbito de la familia creo importante hacer referencia a la ética de los abogados de familia. Si recurrimos al cine para ejemplificar el tema del que hablamos, existen dos películas que, a pesar de corresponder a épocas muy distintas, siguen tratando el eterno dilema de las relaciones de pareja.

KRAMER CONTRA KRAMER

Ted Kramer (Dustin Hoffman) es un brillante hombre de negocios con una bella mujer (Meryl Streep) y un hijo de cinco años, Billy. La relación pasa por ser la habitual para la época (1979). Ted se encarga de trabajar y Joanna se encarga del cuidado de la casa y del hijo en común. Existen todos los ingredientes adecuados para que la familia sea feliz, éxito, dinero… todo debería ser fácil, aunque lo cierto es que Joanna se siente infeliz; Billy ha crecido y ella desea reiniciar su actividad profesional. Ted no atiende a sus llamadas de atención y Joanna abandona el hogar, dejando solo una nota.

A partir de esta secuencia veremos cómo comienza la relación de Ted con su hijo Billy. Para hacerse cargo de la situación necesita realizar un cambio en su vida personal y profesional; la transformación está servida. Ted aprende a resolver los asuntos prácticos de la crianza de su hijo, así como a reconocer “sentimientos nuevos”.  Consigue manejar la situación adaptando su vida profesional al cuidado de su hijo; para ello ha tenido que renunciar al éxito y al dinero que parecía reconocerlo. Pero, como en la vida misma, ocurre lo que no se esperaba, y es que Joanna regresa y con ella el conflicto de querer llevarse a Billy.

Ambos recurren a respectivos abogados que llevarán la defensa de su “necesidad” (quedarse con Billy) utilizando métodos legales y poco éticos. El “juego” de la custodia pone de manifiesto “verdades incómodas” en los procesos contenciosos de separación o divorcio. Durante el proceso del juicio los abogados ponen de manifiesto a sus clientes, Ted y Joanna, cuáles serán sus tácticas de defensa. El abogado de Ted reconoce de manera abierta que, al no tener la legislación habitual en estos casos de su parte (las custodias suelen entregarse a las madres), necesitará “herramientas” que no vienen en los manuales de Derecho para conseguirla: desacreditar a la madre, para lo que utilizará el interrogatorio de Ted en el juicio. Las preguntas dirigidas hacia una respuesta preparada intentarán condicionar la decisión del Juez: la madre no es adecuada para educar al  niño porque lo “abandonó” y, por lo tanto, debe continuar sólo con el padre.

Lo cierto es que detrás de esta visión de ejercicio del Derecho, vemos a un Ted y a una Joanna infelices, que no se identifican con la agresividad puesta de manifiesto por sus abogados; en ocasiones llegan a recriminar a los mismos la dureza de sus preguntas. La sentencia del Juez será favorable a Joanna, aunque el final no es el que parece.

Cuando la responsabilidad del cuidado de los hijos se utiliza como arma arrojadiza contra “el otro”, el mayor perjudicado es siempre en quien no pensamos al hacerlo, el niño. No se refleja en la película todo el trasfondo que existe en el proceso de divorcio, aunque se intuye. Creencias obsoletas establecidas no hace mucho, sobre que el cuidado de los niños debe corresponder a las madres o que deben ser ellas las más beneficiadas a la hora del divorcio. Aunque la problemática se mantiene en este siglo.

HISTORIA DE UN MATRIMONIO

En Historia de un matrimonio (2019), Scarlett Johansson y Adam Driver protagonizan  a un director de teatro y su mujer que luchan por superar un divorcio que, de nuevo, les lleva a una crisis que les obligará a aprender a convivir para lograr una estabilidad para su hijo pequeño. Al contrario que en Kramer contra Kramer, ambos trabajan y mantienen una relación “igualitaria”, por lo menos a primera vista, sin embargo, en el fondo hay una gran insatisfacción por parte de Nicole (Scarlett Johanssen). Ambos recurren a un mediador que, cuando invita a ambos que escriban lo que le gusta a uno del otro, Nicole (Scarlett Johanson) se avergüenza de leer el suyo en voz alta y renuncia a seguir trabajando con el mediador. Una de las características principales de la mediación es que es voluntaria y sólo se basa en la voluntad de las partes para realizarse. Ambos han pactado no recurrir a los abogados para llevar a cabo el divorcio, aunque Nicole accede a Nora (Laura Dern) y contrata sus servicios. Charlie (Adam Driver) decide no contratar a un abogado despiadado y se hace representar por Bert (Alan Alda), que tiene un talante conciliador. Ambos consiguen reconducir sus vidas y finalmente llegar a los acuerdos necesarios para cuidar a su hijo.

TPP: ¿Existen más problemas actualmente en el seno de las familias o estos son más visuales?

MJHV:
Ja, ja, ja. ¿Tú crees que antes, por no hablarlos, los problemas no existían?

Yo creo que no, que la comunicación es esencial a las personas y no tenemos más conflictos sino mejores herramientas para enfrentarlos.

Como botón de muestra y por lo que me toca destaco la labor de Asociaciones como AIEEF (www.aieef.net) que,  a lo largo de sus más de 30 años de trayectoria, ha trabajado en la promoción de la cultura del diálogo y de la paz. Desde el comienzo se trabajó bajo el paradigma de la investigación-acción, construyendo un modelo que va de la teoría a la práctica y viceversa, el modelo interdisciplinario de mediación. Cumplida esta etapa, comenzó a utilizar dicho modelo tanto en el ámbito familiar, como en el de las relaciones sociales, escolares y comunitarias. Hoy en día continúa investigando las necesidades del ámbito familiar para darle respuesta a través de la mediación y ofrecer la formación más especializada a los profesionales que trabajan en él. Desde la citada Asociación, con la que colaboro, hemos podido observar desde los centros de Mediación municipales que supervisa, así como desde los Puntos de Encuentro Familiares, que, en los últimos años, es más representativa la afluencia a los servicios jurídicos de las parejas que tienen conflictos; aunque también hemos podido observar que este método no satisface las necesidades por las que los iniciaron, ni siquiera obteniendo una sentencia favorable.

TPP: ¿Qué beneficios aporta un mediador a un conflicto familiar?

MJHV:
En todo conflicto, mira por ejemplo el que tenemos en Catalunya, siempre tienes abierta la vía judicial, y la mediación no te la cierra.

Pero hay que ser conciente de que los procesos judiciales en el ámbito familiar (separaciones, divorcios, herencias, incapacidades, tutelas…) suelen ser lentos y tediosos, ya que no trabajan las relaciones de sus integrantes y, por ello, no pueden dar respuesta al origen de los conflictos; solo establecen medidas para mitigar las consecuencias. Así ocurre cuando interpuesta una demanda de divorcio ante el Juzgado hay que esperar casi un año hasta obtener respuesta (es el periodo que tarda aproximadamente en resolverse el juicio y obtener la sentencia). En los procesos de mediación familiar se habla con la pareja, incluso con los hijos y con todos aquellos integrantes que se vean inmersos en la convivencia. El mediador acompaña el proceso de comunicación entre los integrantes para reconocer el origen de los conflictos, pudiendo obtener finalmente un acuerdo que tiene validez legal (es asimilable a un convenio regulador).

Todos los abogados sabemos que parte de nuestra labor es la de defender “lo mejor posible” los intereses de nuestros clientes, incluso en contraposición a los propios, aunque creo que existe un límite y es el que marca la ética de los temas de familia. Cuando accedemos a la Mediación, este proceso “se sana”. No necesitar la decisión de un tercero (juez) ajeno a la realidad familiar evita generar “herramientas” que manipulen las soluciones. Por encima de cualquier libertad o valoración en el ejercicio de la defensa, está la responsabilidad de la parentalidad; ellos, loas niños que engendramos, no nos eligieron y no pueden verse condicionados hasta el trauma por nuestras decisiones.

TPP: ¿Cuáles son los conflictos más habituales en las familias?

MJHV:
Te vas a reir de mí por lo que voy a responderte pero tengo que morderme la lengua para no decirte que los conflictos familiares son naturales y de hecho necesarios. La unidad familiar integra a varios individuos en distintos procesos de desarrollo y, por ello, con distintas necesidades vitales. Reconocer y comunicar cómo nos afectan, cuáles son los intereses que buscamos sin sentir que por ello somos culpables de “romper la familia” es una necesidad vital. El mediador acompaña este proceso de comunicación donde se transmiten las necesidades de cada integrante, reconociendo cuáles son las responsabilidades de cada uno y se buscan las soluciones que nos lleven a evitar las culpas transformando con ello de forma sana la situación, de acuerdo a los intereses de todos.

La labor multidiciplinar que realiza AIEEF (www.aieef.net)  es fundamental a la hora de reconocer los conflictos más habituales en el ámbito familiar. En este sentido, el nacimiento de un hijo pone de manifiesto la incompatibilidad de los trabajos de los padres con el proceso de crianza o cuando los hijos llegan a la adolescencia y, en ocasiones, no encuentran espacio para comunicar sus necesidades.

TPP: ¿Cómo debemos gestionar adecuadamente los conflictos familiares?

MJHV:
Bueno, lo primero es escucharse, después escuchar al Otro en tanto que Otro, y si no podemos hacerlo o no estamos satisfechos con el resultado hay que consultar a un profesional.

Lo primero que hay que evitar es instalarse en el: “yo me merezco. Tú tienes que”, desde ese lugar no existe solución posible.

Los Puntos de Encuentro Familiar son el observatorio que en última instancia permiten a los profesionales que trabajan en el ámbito de la familia, a través de la mediación, a reconocer el origen del conflicto; los menores son este caso los que necesitan de mayor atencion, ya que son utilizados como “moneda de cambio”en las separaciones y divorcios. El apego, tan necesario para ellos, se ve “roto” ante un divorcio conflictivo. La solución no es apartarlos, sino acompañarles a comprender que las lealtades hacia sus padres no son un instrumento de manipulación. La mediación resuelve estas situaciones.

TPP: ¿Qué consejos darías a una pareja con hijos que inicia los trámites del divorcio?

MJHV:
 Cualquier pareja con hijos, sea cual sea su condición (casados, parejas de hecho, parejas de convencia, parejas del mismo sexo…), puede recurrir a la mediación cuando se encuentran ante el conflicto que supone seguir conviviendo juntos como mal menor para no perjudicar a los hijos; ante cualquier indicio de insatisfacción, deben acudir a un mediador y solicitar esa compañía profesional esa ayuda tan necesaria cuando la comunicación puede verse resentida.


Fecha de actualización: 24-01-2020

Redacción: Irene García

Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×