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Separación con un hijo pequeño: cómo gestionarla de una manera sana

Separación con un hijo pequeño: cómo gestionarla de una manera sana

La situación de separarse o divorciarse con algún hijo en común es cada vez más corriente. Socialmente ya no supone el drama con el que podía ser percibido hace años. No obstante, para los niños constituye un cambio importante que conviene que sea gestionado con atención.

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Un cambio importante

No hay duda de que los tipos de familia están cambiando. En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los hogares monoparentales son los que más han crecido en los últimos años. Y el número de separaciones y divorcios también sigue una tendencia en aumento. Además, también de acuerdo el INE, la mitad de los matrimonios que se separan o divorcian lo hacen con hijos menores de edad. 

Es inevitable que tu hijo note el cambio de la separación. El quid de la cuestión es que su nueva realidad no esté marcada por emociones negativas como el rencor, la incomunicación, inestabilidad o incluso el odio entre sus padres; sino que lo perciba como algo orgánico, una separación en la que siga sintiendo el afecto de sus padres y no les vea tristes o enfadados. Y es que no es tanto el divorcio o la separación en sí, sino cómo los gestionéis, lo que marcará la diferencia en cómo vuestro hijo percibe ese importante cambio.

Es normal que los niños se sientan inseguros ante los cambios. Puede que muestre miedo a la oscuridad o a quedarse solo/a, o incluso un comportamiento agresivo. La severidad de la ansiedad que muestre dependerá de la seguridad y confianza que los padres aportéis al pequeño durante el proceso.
 

¿Cómo afrontarlo y gestionarlo?

La separación trae consigo una serie de nuevos retos de crianza a los que tanto vosotros como vuestro hijo os debéis adaptar. No tengas miedo a cometer ciertos errores; nadie nace sabiendo, y tanto tu expareja como tú iréis aprendiendo en el proceso. Vamos a ver algunas estrategias para afrontar y gestionar la separación con tu hijo:

- Estableced rutinas claras. Los hábitos rutinarios darán a tu hijo una crucial sensación de seguridad y bienestar. Comida, baño, juego…Poned puntos en común para que sienta la mayor estabilidad independientemente de con quién de los dos esté.

- Contestad de manera honesta. Sed sinceros y abiertos sobre las preguntas que vuestro hijo tendrá. Hablad con él de que papá y mamá ahora están separados porque así ellos están más contentos y que los dos le queréis igual que siempre. A partir de los tres años, puede que le ayude leer algún libro que trate sobre el tema, para que se sienta reflejado y no lo vea como algo trágico.

- Fortaleced su relación con los dos progenitores. Sus padres son de las personas más importantes que un niño tiene. En la infancia son sus referentes de seguridad y sus modelos a seguir. Por eso, los dos debéis trabajar en que la relación con ambos no se vea resentida y en seguir siendo fuente de afecto y apoyo para él. Evita hablar mal de su otro progenitor delante de tu hijo e infórmale claramente de cuándo le va a ver de nuevo. La presencia de los dos en su vida es importante.

- Evitad discutir delante de él. Este punto es especialmente importante con niños pequeños, que aún no entienden la complejidad de las relaciones. Una discusión que para vosotros no sea demasiado grave puede ser una fuente de ansiedad e inseguridad para él. Ante un desacuerdo, mantened un tono de conversación normal o no lo habléis en su presencia.

- Mantened una estrategia de educación y disciplina común. Además de la rutina diaria (cuidados, tiempo de ocio…), hablad sobre reglas y disciplina para establecer unos puntos comunes. No olvidéis que, aunque no compartáis convivencia, seguís teniendo la crianza de vuestro pequeño en común.

- Compartid información. El teléfono de la canguro, las charlas con sus profesores, un plan para las pertenencias de vuestro hijo (ropa, juguetes, libros…). Intentad mantener una comunicación abierta sobre todo lo relativo a vuestro hijo.

Recordar que la separación es de los padres, no de los hijos. Por lo que intentad que la relación de cada uno con vuestro hijo cambie lo menos posible y sienta vuestro afecto y respaldo a pesar de los cambios. 


Fuente:

Coleman, Paul (2001), ¿Cómo decirlo? A los niños, México, Pearson Educación.

Fecha de actualización: 24-03-2023

Redacción: Irene Gómez

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