• Buscar

Celos ante la llegada de un nuevo hermanito

Celos ante la llegada de un nuevo hermanito

Los celos son un sentimiento normal que puede comenzar ante el nacimiento de un nuevo hermano y prolongarse hasta la adolescencia. Cada niño lo manifiesta de manera distinta y muchos tratan de ocultarlo. Es una reacción normal y pasajera, en la que necesitan apoyo y comprensión por parte de sus padres.

Publicidad

Indice

 

Todos los niños pueden sentir celos ante la llegada de un hermano

"Yo entiendo lo que te pasa y te quiero mucho. Pero, no te permito ese comportamiento incorrecto que estás teniendo”. Esta es la postura que deben tomar los padres ante los celos de los niños, comprensiva y tolerante. Dejando claros los límites y normas de convivencia familiar.

“Yo de pequeña lo pasé tan mal cuando nació mi hermano pequeño que por eso decidí no tener más que un hijo - nos cuenta Ana, mamá de Anita y de Lucía - pero, mi marido no compartía mi opinión. Me convenció y decidimos tener a Lucía, nuestra segunda hija. Para mi sorpresa, ante el nacimiento de su hermana, Ana no hizo más que intentar colaborar conmigo y echarme una mano dentro de sus posibilidades.”

Cada niño reacciona de forma diferente ante esta situación; hay algunos que tratan de ignorar al nuevo hermanito y no quieren ni oír hablar del pequeño, volcando sus sentimientos de hostilidad hacia su madre con la que tienen un comportamiento provocador y de oposición o desprecio, nos explica la psicóloga y pedagoga infantil Pelancha Gómez-Olazábal. Estos celos, también pueden surgir en la escuela infantil, agrediendo a otros niños, especialmente a los más pequeños. Otros, como la hija de Ana, procuran colaborar y ayudar lo más posible en las tareas hacia el nuevo hermanito. Con este comportamiento, creen asegurarse el amor de su madre.

Hay niños que no manifiestan abiertamente sus celos y se dejan llevar hacia un sentimiento de apatía y de falta de participación y entusiasmo en los acontecimientos familiares y en sus juegos. “Ante esto, los adultos deben prestar especial atención – afirma Pelancha - pues es muy fácil que pase desapercibido la reacción del niño que no está pidiendo más que cariño y apoyo.”

En la primera etapa de los celos, pueden aparecer todo tipo de dificultades. De noche el niño duerme mal o tiene pesadillas, problemas de alimentación, descontrol de los esfínteres, lenguaje “aniñado”, etc. De repente piensa que el bebé le ha quitado lo que él más necesita: el tiempo que papá y mamá pasan con él; así cree que comportándose como un bebé le harán el mismo caso que a su hermano. Por eso es muy importante seguir pasando el mismo tiempo con el hermano mayor en el «ritual de acostarle», que para ellos es muy significativo. Con este comportamiento regresivo, el niño vuelve a etapas anteriores en su evolución. Aunque parezca paradójico, esta regresión constituye una etapa normal entre dos estatus bien diferenciados, ser hijo único y ser el hermano mayor. Por normal general este periodo no dura más de algunos días o semanas.

 

¿Qué deben hacer los padres?

Para Pelancha Gómez-Olazábal es fundamental preparar al niño antes del nacimiento del bebé. “Es un error pensar que es demasiado pequeño para entender tales cosas o bien pensar que para qué preocuparle antes de lo necesario. Hay que comunicarle personalmente la noticia desde el primer momento del embarazo; los niños son agudos observadores y a menudo notan los cambios físicos en el cuerpo de su madre, en su actitud e incluso en su humor. Ante esto, los niños piensan que se les ha dejado de querer y que algo terrible va a sucederle. Por este motivo hay que hablarle claramente, para disipar sus dudas y sus miedos. También sabemos que los pequeños escuchan las conversaciones de los adultos aunque aparentemente no estén prestando atención”.

Además de comunicarle la noticia, tranquilizarle y asegurarle que se le va a seguir queriendo exactamente igual que antes, una vez que haya nacido el bebé debemos ser pacientes y comprensivos. Hay que tener en cuenta que el niño gozaba hasta ese momento de la atención y cariño exclusivo de sus padres. Es normal que reaccione de las maneras que hemos citado antes cuando su idílica situación se ve interrumpida por la llegada del nuevo hermano a la familia. De pronto se ve obligado a compartir todo, cuando él todavía está en una etapa egocéntrica (hasta los 4 o 5 años aproximadamente), le resulta casi imposible tener un comportamiento generoso hacia su hermano.

 

10 Consejos para tratar los celos entre hermanos

1. Realizar los cambios necesarios en la vida del niño bastante antes de que llegue el bebé; como quitarle el chupete, el cambio de cama, la entrada a la escuela infantil o al colegio, etc. para que no los asocie con la llegada de su hermano. Y procurar que haya los menos cambios posibles durante un tiempo tras el nacimiento del bebé.

2. No es recomendable decirle que va a tener un hermano con el que podrá jugar, pues se sentirá muy decepcionado al comprobar que no es verdad, al menos durante un largo periodo.

3. Hay que permitirle que algunas veces siga comportándose como un bebé y, al mismo tiempo, estimularlo a abandonar algunas de sus demandas y conductas regresivas para que de esta manera vaya haciéndose más independiente y maduro.

4. Aplaudirle sus logros y progresos; mostrándole todas las ventajas que tiene por ser mayor que su hermano.

5. Es muy útil recordarle la época en que él nació, enseñarle fotos de cuando era un bebé, de cuando le bañaban, le daban de comer y le atendían como ahora hacen con su hermano. Y, alentar que el bebé es de toda la familia, no sólo de los padres y que, por lo tanto, hay que cuidarlo entre todos.

6. No hay que obligar al niño a demostrar unos sentimientos de amor que no siente. Frecuentemente se le dice que dé besitos y caricias a su hermano. Esa actitud no hace sino disfrazar los celos que siente. Es mejor que sea él solo quien poco a poco vaya acercándose a su hermano.

Articulo relacionado: Maternidad y relación de pareja

7. A pesar de que ahora el centro de atención es el recién nacido, no se debe olvidar que el hermano mayor también necesita su dosis de atención y de afecto.

8. Hay que saber diferencias entre hermanos. Cada uno tiene su propia personalidad y territorio que los padres deben respetar; así es importante reservar momentos de juego con uno u otro en función de sus gustos.

9. Cuando son un poco más mayores, si la tensión entre hermanos es muy fuerte, nada como un fin de semana separados. Por ejemplo llevar a uno a casa de los abuelos, para que comprendan que se echan de menos.

10. Ser pacientes, comprensivos y tolerantes con el niño, a fin de cuentas, ¿quién no ha sentido celos alguna vez? Y, sobre todo, no amenazarle nunca con quitarle el cariño, pues es precisamente lo que teme.
 

¿Cuándo preocuparnos por los celos de nuestro hijo?

Aunque los celos como conducta infantil son normales, la labor de los padres en esta etapa es fundamental para que este sentimiento vaya desapareciendo. Juan Pedro Valencia, experto en psicología especializado en ansiedad, miedos y problemas de conducta, nos lo explica así “si los celos se mantienen más allá de un tiempo prudencial, haciéndose permanentes e incluso pudiendo convertirse en patológicos, requerirían un tratamiento especial. Unos celos no resueltos de forma adecuada estarán en la raíz de las rivalidades fraternas y de los problemas de adulto en cuanto a las relaciones interpersonales. Si los padres en la educación de los niños han incluido seguridad, afecto, normas claras y un reparto equitativo del cariño, los celos se irán diluyendo para que su lugar sea ocupado por una buena relación entre hermanos, con las dificultades y rivalidades propias y características, pero siempre dentro de la normalidad.”

Al tener un hermanito el niño aprende a compartir el afecto y cariño de los padres, aprende a ser más generoso y empático con los demás. Esto es un enorme paso hacia la madurez e implica que el niño comienza a abandonar el espíritu posesivo propio de la infancia. “Cuando el niño vaya creciendo, encontrará una camaradería que se desarrolla entre él y su hermano menor, afirma Pelancha Gómez-Olazábal. En realidad los hijos únicos pagan un alto precio por su relación exclusiva con sus padres. Los celos y la envidia que le provocan esta relación de sus padres, se diluye al tener otros hermanos con los cuales intercambiar estos sentimientos.”
 

 


Fuente: Pelancha Gómez-Olazábal, psicóloga, pedagoga y directora de la escuela infantil Jauja - Arancha Sastre Reyes, psicóloga del Gabinete Sastre Reyes - Juan Pedro Valencia, psicólogo especializado en problemas de ansiedad, depresión, modificación de conducta, escuela de padres y miedos (Colegiado M-15229)

Fecha de actualización: 31-05-2022

Redacción: Lola García-Amado

Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×