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¿Por qué los niños siempre preguntan lo mismo?

¿Por qué los niños siempre preguntan lo mismo?

Entre los 2 y los 5 años llega la edad de las preguntas y los niños no paran de preguntar “por qué” a todo lo que hacemos o decimos. Incluso cuando les damos una respuesta, siguen preguntando y preguntando lo mismo una y otra vez, lo que puede acabar sacándonos de quicio. ¿Qué hacer en estos casos?

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Índice

 

¿Por qué los niños hacen tantas preguntas?

A partir de los 3 años el desarrollo del lenguaje y del cerebro de los niños hace que su curiosidad aumente, lo que les lleva a preguntar el porqué de todo, hasta de las cosas más sencillas… ¿Por qué llueve? ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué hay que bañarse? ¿Por qué las manzanas saben así? Múltiples preguntas que a los padres pueden acabar cansándonos, aunque debemos responder siempre a ellas de la mejor manera posible y con paciencia ya que es algo bueno para ellos.

Y no solo hacen muchas preguntas, sino que pueden preguntarnos lo mismo varias veces, incluso cuando ya les hemos dado una respuesta, siguen preguntándonos sobre lo mismo, lo que puede acabar por hacernos perder la paciencia.

Como decíamos, es algo normal debido al desarrollo del habla, físico e intelectual de los niños, por lo que no debemos preocuparnos. Al contrario, es signo de que nuestro niño es curioso y tiene una mente despierta y activa.

Los niños tienen una curiosidad innata y un deseo de aprender. Quieren entender cómo funcionan las cosas, cómo se relacionan entre sí y por qué suceden ciertos eventos. Hacen preguntas para satisfacer su curiosidad y ampliar su conocimiento.

Además, hacer preguntas es una forma activa de construir conocimiento. Los niños realizan conexiones mentales y desarrollan su comprensión del mundo a medida que obtienen respuestas a sus preguntas.

Como decíamos, también es una forma de desarrollar su lenguaje. A medida que hacen preguntas, los niños aprenden nuevas palabras, mejoran su vocabulario y perfeccionan sus habilidades de expresión oral.

Por otra parte, los niños pueden hacer preguntas para buscar seguridad y claridad en situaciones desconocidas o confusas. Hacer preguntas les ayuda a comprender mejor lo que está sucediendo y a sentirse más seguros en su entorno.

También es una forma de interactuar y conectarse con los demás. Los niños buscan la atención y el apoyo de los adultos al hacer preguntas, y esto fortalece los lazos emocionales y fomenta la comunicación.

Por lo tanto, en general, y siempre que no vaya unido a otros síntomas, no debes preocuparte porque tenga un Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) o un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Este tipo de trastornos, al igual que el autismo, van acompañados de otros muchos síntomas como ansiedad u obsesiones en el caso de los TOC o hiperactividad y problemas para concentrarse en el caso del TDAH, por lo que solo el hecho de que un niño haga muchas preguntas no debe preocuparte.
 

¿Por qué pregunta lo mismo varias veces?

En cuanto al por qué preguntan algo varias veces, puede parecer que es porque no prestó atención la primera vez o no nos escuchó, pero muchas veces se debe a que diferentes áreas del cerebro están procesando a la vez la nueva información, por lo que puede necesitar más tiempo para ello y por eso pregunta de nuevo, para que le quede más claro.

Si, por ejemplo, te preguntan qué es un objeto y solo les dices el nombre, pueden seguir sin saber qué es, por lo que volverán a preguntar “qué es” hasta que la respuesta les aclare realmente su duda.

Por lo tanto, en general, los niños preguntan varias veces lo mismo porque necesitan más aclaraciones o porque las respuestas que les has dado no les han servido, así que debes seguir respondiéndoles hasta que se queden tranquilos.
 

¿Qué hacer ante sus contantes preguntas?

Lo primero y más importante es responder a sus preguntas con paciencia, por mucho que nos agoten. Recuerda que es parte esencial de su desarrollo, por lo que debes tener paciencia y responder siempre de la mejor manera.

Las respuestas deben ser claras y concisas, adaptadas a la edad y la comprensión del niño. Busca un vocabulario que pueda entender y no te líes con explicaciones demasiado complejas. Si te pregunta por qué llueve, no le expliques el ciclo del agua, tan solo dile que las nubes están hechas de agua y, cuando se chocan unas con otras, esa agua se cae a la tierra.

Si te hace la misma pregunta varias veces, puede que sea porque no entiende bien tu respuesta o porque no sabe preguntar exactamente lo que quiere expresar. Presta atención a  sus palabras, trata de entender lo que quiere decirte y busca otra forma de explicárselo.

Mírale a los ojos al responder a sus preguntas para poder notar si te está escuchando atentamente o no.

Puedes añadir preguntas para saber si se queda satisfecho con las respuestas o no, como “¿Lo entiendes”, “¿Qué te parece la respuesta”?, “¿Cómo crees tú que ocurre?”.

Y si no sabes la respuesta a algo, no pasa nada. Dile que no lo sabes exactamente y buscad juntos las respuestas. Lo importante no es tanto saber la respuesta como que él vea que le ayudas a encontrarla.

Lo que debes evitar siempre es decirle al niño que no sea 'pesadito' o 'eso no se pregunta'. Tampoco debes prohibirle que te pregunte sobre temas embarazosos. No hay nada que no pueda preguntar, así tendrá confianza en ti y recurrirá a ti cuando tenga dudas sobre cualquier tema.

Es fundamental contestar a sus preguntas con paciencia para fomentar el vínculo y la comunicación entre vosotros. Haciéndole caso, sientas las bases de una buena relación, fundamental cuando tu niño se haga adolescente.

Y si se pone muy impertinente y ninguna respuesta le vale, puede que lo que busque sea llamar tu atención o retarte porque está enfadado, aburrido o cansado. En ese caso, debes procurar cambiar de tema, distraerle con otra actividad o hacerle ver que, si no se toma en serio tus respuestas, tú tampoco sus preguntas y no seguirás respondiéndole si no te hace caso.

Y si te pregunta en un momento en el que no puedes responder, estás ocupado o la situación es incómoda, házselo saber. No le regañes y, después, cuando estéis solos, explícale por qué hay ciertas ocasiones en las que no se pueden hacer determinadas preguntas.

Lo importante es hacerle siempre caso para que no se sienta ignorado.


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 03-07-2023

Redacción: Irene García

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