• Buscar

¿Cómo realizar una comunicación familiar asertiva y yoica?

¿Cómo realizar una comunicación familiar asertiva y yoica?

La comunicación familiar es fundamental para establecer una buena relación entre padres e hijos que permitan convivir en un ambiente de amor y confianza. Una buena forma de mejorar esa comunicación con nuestros hijos es desde una comunicación asertiva y yoica, un tipo de lenguaje que favorece la comunicación desde el respeto, a la vez que transmite seguridad y firmeza.

Publicidad

Índice

 

¿Qué es la comunicación yoica?

La comunicación yoica es un tipo de comunicación en el que nos expresamos desde el “yo”, es decir, todo aquello que queramos dar a conocer al otro, está expresado desde nuestros sentimientos, opiniones o deseos: “Yo creo”, “Yo pienso”, Yo siento”, etc. Así, en lugar de reprochar las malas conductas del otro o hacer un juicio de valor, comunicamos cómo nos sentimos para que nos puedan entender y ponerse en nuestra piel.

Este tipo de comunicación transmite asertividad, seguridad, firmeza, pero también confianza y autonomía en nuestros hijos. De esta forma, no se humilla ni se falta al respeto a los hijos, con lo que se mejor ala comunicación y la relación, pero también al obediencia. Los niños son más propensos a hacer caso cuando se les trata con respeto y se les explican las cosas que cuando se les imponen.

Ante un conflicto, la comunicación desde el "yo" facilita la escucha. Es importante que los hijos sepan claramente qué nos pasa, cuándo y por qué.
 

¿Cómo llevar a cabo la comunicación yoica?

1- Describir conductas en lugar de etiquetar o hacer juicios de valor. Las etiquetas son una mala elección al educar a nuestros hijos, ya que no les permite desarrollarse y evolucionar, sino que se les “marca”, haciéndoles cree que solo pueden ser de una manera. Además, los juicios de valor son ofensivos, una forma de insulto y dificultan la comunicación. En lugar de etiquetar o decir cómo es alguien, debemos describir la conducta sin enjuiciar. Por ejemplo, en lugar de decir: “Eres un vago”, podemos decir “Llevas toda la mañana jugando y todavía no has hecho los deberes”. De esta forma, expones un hecho objetivo y no etiquetas ni insultas a tu hijo. Es importante ser claros y concisos.

2. Describir cómo te sientes ante dicha conducta. Una vez que has expuesto la conducta que no te parece adecuada, debes explicarle a tu hijo cómo te sientes por ella. Eso sí, siempre haciendo referencia  al conducta, no a tu hijo. “Cuando veo que no has hecho los deberes, me siento triste y preocupada”. Así entenderá cómo te sientes y por qué se lo haces notar.

3. Dejar claro cuál es el comportamiento que te parecería adecuado. Por último, el niño tiene que comprender qué quieres de él y qué esperas diciéndole eso. “Me gustaría que hicieras ya los deberes para que no tengas que hacerlos a última hora, cuando ya estás cansado”. Es importante que al aclarar el comportamiento, dejes bien claro a lo que te refieres y lo que quieres que haga, ya que los niños a veces no entienden las generalidades. Es mejor ser concreto: “Me gustaría que hicieras ahora los deberes que tienes de Lengua.
 

Bases de la comunicación yoica

Para que esta comunicación sea efectiva y respetuosa, hay que seguir siempre una serie de técnicas:

- Explicar cómo te sientes desde el “yo”, nunca hacer mención al “tú” ni insultar o hacer juicios de valor.

- Respetar la decisión de tu hijo, aunque pienses que está equivocado. En este caso, explicarle por qué crees que se equivoca, siempre con respeto.

- Dejar claro qué es lo que nos preocupa y por qué nos sentimos así. Por ejemplo, nos preocupa que se haga daño, que saque malas notas, que tenga un problema en clase, etc.

- Practicar la escucha activa. Para mejorar la comunicación es tan importante saber hablar como saber escuchar. Una vez que le has planteado a tu hijo lo que te preocupaba y lo que quieres que haga, toca escuchar lo que tenga que decirte. Debes escucharle sin prisas ni impaciencia, sin anticipar juicios ni entrar en discusiones. Pregúntale lo que necesites aclarar, ponte en su lugar e intenta comprenderle. No le interrumpas y muéstrale confianza para que te cuente lo que sea.

- Llegar a consensos. Con los niños pequeños es más fácil imponernos, pero con los adolescentes no se puede ni se debe. A esta edad es importante hablar las cosas y llegar a acuerdos que dejen satisfechos a ambas partes.

- No creer que solo nosotros tenemos la razón. Todos creemos que nuestras opiniones e ideas son las mejores y las más acertadas, pero nadie tiene la verdad absoluta. La realidad y los valores son subjetivos, por lo que no debemos tratar de imponernos a nuestros hijos, sino hacerles ver nuestro punto de vista. Es mejor convencer que imponer. Debemos dar argumentos razonables, nunca recurrir a los castigos o imposiciones.

- Nunca gritar, elevar la voz o hablar cuando estamos enfadados, es mejor esperarnos a estar tranquilos y calmados. Cuando estamos enfadados, enseguida recurriremos a los juicios de valor y los insultos. Hay que hablar siempre con respeto y educación. Debemos ser un buen ejemplo para conseguir que ellos también nos hablan con respeto.

- No tratar más de un problema a la vez, ya que puede entorpecer la comunicación y el entendimiento.

- Respetar los turnos. Ser respetuosos les enseña a serlo.

- Favorecer espacios para la reflexión y la comunicación, incluso buscando un momento al día para ello.

- Ir al grano y ser concisos. Sobre todo con adolescentes, no hay que enrollarse ni dar mil vueltas a las cosas.

- La mayor parte de lo que decimos es no verbal. Los gestos, la mirada, el tono o la intensidad expresan mucho, así que hay que cuidar también los gestos. 

De esta forma, conseguiremos que haya menos tensiones y discusiones en casa, logrando un clima de confianza y respeto que conseguirá mucho más que si nos pasáramos el día con gritos y castigos. Cuando hay problemas con los hijos, estos acaban ocultando cosas y haciendo actividades poco recomendables.


Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×