¿Cómo evitar las etiquetas en los niños?

Indice

• El impacto negativo de definir a un niño con "etiquetas"
• ¿Cómo evitar algunas etiquetas?

 

El impacto negativo de definir a un niño con "etiquetas"

Cuando etiquetamos a un niño desde pequeño le estamos imponiendo una manera de ser determinada. Los niños “viven su etiqueta” como si fuera algo suyo propio que no pueden cambiar. Piensan que “eso es lo que les ha tocado”, como ser rubio o ser bajo, y que no pueden hacer nada por evitarlo.

Así, un niño que quizá no sea travieso pero que ha hecho alguna travesura, si no paramos de decirle “qué travieso eres”, acabará pensando que él es así y que así debe ser, cometiendo travesuras solo por “obligación”.

Las etiquetas merman la seguridad y la autoestima y evitan que una persona cambie y mejore. Por eso, los padres deben estar muy atentos al mensaje que transmiten a su hijo cuando le regañan. No es bueno caer en generalidades, hay que hacerle ver lo que ha hecho mal, sin englobarle dentro de una etiqueta como “trasto, malo, vago”.

 

¿Cómo evitar algunas etiquetas?

- “Eres un trasto” o “eres un bicho”: En vez de usar estas expresiones, dile qué ha hecho mal y qué debe hacer para corregirse. Es bueno que le expliques ideas y frases concretas.

- “Eres un vago”: “Hoy no has hecho los deberes” u “Hoy no has recogido los platos” es mejor que calificarle de vago. Se trata en primer lugar de acotar el tiempo, cuándo no ha hecho lo que debía, y especificar qué es lo que no ha hecho. Si le dices que es un vago, pensará que nunca hace lo que debe, en lugar de darse cuenta de aquello en lo que ha fallado en ese momento.

- “Eres malo”: Quizá una de las peores etiquetas, un niño nunca debe creer que es malo ya que no lo es por el simple hecho de haber cometido un error. Todos nos equivocamos. Como en anteriores ejemplos, lo que debes es censurar el acto erróneo, la norma que ha incumplido, y explicarle qué es lo correcto.