¿Cómo es el desarrollo del lenguaje en los niños autistas?

Índice

• Frases de sus dibujos favoritos. El lenguaje autista
• El desarrollo gestáltico del lenguaje
• «Mi hijo todavía no habla»
• 5 claves para ayudar a tu hijo neurodivergente

 

Frases de sus dibujos favoritos. El lenguaje autista

Me siento al lado de Pablo, de cuatro años, y observo cómo empuja un pequeño coche por la rampa del parking de juguete que tengo en el despacho. Primero lo hace con prudencia, como quien limpia el polvo sobre la porcelana de la abuela. Unas pocas veces después, lo lanza con fuerza. El coche baja por la rampa e impacta en el suelo, dándose la vuelta y rebotando, hasta quedar sobre las cuatro ruedas. Acto seguido dice, entusiasmado: “Eso no es volar, es… ¡Caer con estilo!”. Su mamá, Clara, sonríe. Me explica que es una frase de su película favorita: Toy Story.

Pablo es autista. No necesitamos la interpretación de Clara para deducir que su hijo estaba compartiendo conmigo su admiración por ese coche que, a pesar de haber dado vueltas de campana, se había quedado derecho. Pero ¿por qué necesita recurrir a frases que otros han construido antes que él? Porque es un procesador gestáltico del lenguaje.

 

El desarrollo gestáltico del lenguaje

Hoy en día, sabemos que el lenguaje se desarrolla de, al menos, dos maneras. Una de ellas es la analítica, en la que el bebé asocia un significado a cada palabra de forma aislada, es decir, aprende que su fruta favorita se llama “manzana” y que la persona que lo amamanta es “mamá”. Alrededor del año de edad comienza a expresar sus primeras palabras y, conforme avanza en su desarrollo, creará frases a partir de la combinación, primero de dos y después tres o más palabras.

En el procesamiento gestáltico, el peque atribuye significados a bloques más grandes de lenguaje, es decir, a frases que ha oído de su entorno. Por ejemplo, si su padre suele ofrecerle una manzana diciendo: “Te he traído tu fruta favorita”, es posible que un procesador gestáltico se refiera a ella utilizando toda esta frase. Esto es así porque ha hecho una asociación entre la fruta y lo que le dice su papá; incluso, mantiene la misma entonación. Los niños como Pablo pueden expresarse con bloques de lenguaje o “gestalts”, más conocidos como ecolalias. Con el tiempo, estos se dividen en bloques más pequeños, hasta llegar a las palabras individuales que utilizarán para generar frases con gramática elaborada, aunque siempre podrán recurrir a sus gestalts favoritos.

Tanto el desarrollo analítico del lenguaje, como el gestáltico son formas naturales de adquisición del lenguaje y se pueden dar en cada uno de nosotros en mayor o menor medida.
 

«Mi hijo todavía no habla»

Matías acude a la consulta con sus papás. Tiene tres años y todavía no habla. Algunos hitos del desarrollo del lenguaje, como les solemos llamar los profesionales, no se han producido. Matías rehúye el contacto visual. Cuando quiere que papá le baje un cuento de la estantería, no alarga el dedo para señalarlo, sino que le toma del brazo y lo dirige al cuarto. La familia me cuenta que balbuceó un tiempo y después dejó de hacerlo. También me explican que otros profesionales y amigos les han desalentado a consultar con una logopeda y les aconsejan tener paciencia con el famoso “ya hablará”.  

Navegar en la historia de Matías es hacerlo en la dolorosa realidad de muchas familias que reconocen que han tenido serias dificultades para comunicarse con su hijo desde que era un bebé. Aunque los niños autistas no se desarrollan de forma idéntica, uno de los aspectos más relevantes que experimentan son los desafíos en las relaciones sociales. Al contrario de lo que algunos piensan, esto no significa que eviten el contacto o el vínculo con los demás. Esto quiere decir que hemos de sintonizar con su forma de comunicarse, desde nuestro cerebro neurotípico o alista, y ofrecer oportunidades de adquirir estrategias que no siempre van a pasar por lenguaje oral. El autismo es una condición del ser humano que implica un desarrollo cerebral distinto al de las personas alistas. Es fácil perdernos en estas diferencias. Sin embargo, para poder comprender el funcionamiento y el desarrollo del lenguaje autista, desde un cerebro alista, debes poner tu mirada en aquello que compartimos.  

 

5 claves para ayudar a tu hijo neurodivergente

1. Da significado a los actos comunicativos de tu peque. Invierte tiempo en conocer y entender a tu hijo y ofrece siempre una respuesta adecuada a sus expresiones verbales, emocionales y de conducta. Contempla que hay muchas formas de comunicar y hazte preguntas. ¿Por qué se pone nervioso cada vez que vamos a la compra? ¿Qué significa ese gesto que hace cuando un perro se acerca?

2. Aprende a comunicarte con tu peque desde sus necesidades, no desde las tuyas. Hemos normalizado que los niños sean seres pasivos que deben seguir nuestro ritmo y nuestras normas. Apenas les permitimos participar en sus propias rutinas. Creemos que todo lo que tienen que comunicar son peticiones: “quiero comer, quiero tal juguete, quiero a mamá, etc.”. Sin embargo, los niños no sólo piden los cuentos que hay encima de la estantería, también comparten su asombro cuando un coche de juguete queda de una pieza tras un trombo.

3. Apóyate en sistemas aumentativos y alternativos a la comunicación (SAAC). Tu hijo se comunica contigo todo el tiempo, sin embargo, no siempre podrás comprenderlo. Puedes utilizar un comunicador de alta tecnología con pictogramas, lenguaje escrito, los signos o cualquier forma de comunicación que no sea verbal u oral. La evidencia científica ha demostrado que los soportes alternativos y aumentativos de la comunicación facilitan el desarrollo del lenguaje y del habla. Son un gran recurso para crear puentes entre tu peque y su entorno y generar oportunidades de aprendizaje y de socialización.

4. Empápate de las experiencias de personas autistas. El autismo va mucho más allá del desarrollo lingüístico, y puedes encontrar numerosos testimonios en los libros, en artículos periodísticos, entrevistas, documentales y en el cine. Existen vidas inspiradoras que te ayudarán a comprender a tu peque y a construir un vínculo sano y seguro con él.

5. Sigue tu intuición y busca ayuda en cuanto sientas que tu hijo y tú la necesitáis. Hoy en día, sabemos que una intervención logopédica temprana tiene un mayor impacto en las habilidades lingüísticas y comunicativas de los niños en la primera infancia. Rodéate de profesionales que te acompañen de forma respetuosa en los momentos de vulnerabilidad. Como digo en mi libro: Cómo no estimular el lenguaje. 12 errores comunes y su solución, nadie conoce a tu peque mejor que tú. Confía en ti.