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¿Cómo ayudar a mi hijo mentiroso?

¿Cómo ayudar a mi hijo mentiroso?

Suele ser bastante común que cuando llegan a una determinada edad (normalmente entre los seis y los siete años) los niños comiencen a mentir. Y, aunque no todos lo hacen, una gran mayoría de niños a esta edad puede mentir a sus padres y a sus madres, a sus hermanos e incluso a sus amigos del colegio. Ante ello, lo primero que deben tener claro es que la mentira es inaceptable, que es algo que no está bien y que, por tanto, no pueden mentir. ¿Lo lograremos?

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¿Por qué mienten los niños?

Generalmente los engaños infantiles denotan frustración o ganas de llamar la atención, aunque en muchas ocasiones también delatan un exceso de exigencia por parte de los padres y las madres, pero ¿se les puede frenar si mienten demasiado? Algunas de las investigaciones realizadas en relación con las mentiras infantiles recalcan que uno de los factores de prevención principales de la falsedad o la mentira a cortas edades es la actitud que muestran sus progenitores. Algunos expertos afirman que la contribución más importante que ellos mismos pueden hacer para educar a niños sinceros es desarrollar una relación fundada de manera sólida en la confianza.

Otros, como, por ejemplo, Paul Ekman, autor del libro “Por qué mienten los niños”, señalan que el pilar fundamental para evitar la mentira es siempre la sinceridad. Por tanto, lo que debe estar claro es que los menores necesitan un ambiente en el que se sientan libres, tranquilos y relajados, pero también que el entorno familiar y escolar premie una verdadera comunicación, algo que implica, además, la ausencia total de la depresión y el miedo.

Todas las investigaciones que se han ido realizado en torno a este tema revelan que, cuando se trata de no decir la verdad, las motivaciones infantiles no difieren mucho de las de los adultos. Y las causas que explican el porqué de estas mentiras son:

- frustración: cuando por ejemplo el niño cuenta que tiene muchos juguetes porque en realidad tiene muy pocos.

llamada de atención: cuando se inventa una determinada dolencia o falsea sobre un problema. El pequeño lo que hace es emplear estas mentiras para captar la atención del adulto al sentirse desatendido.

- exceso de exigencia: es probable también que a veces los padres sean los principales culpables de las mentiras del niño. De hecho, cuando el adulto pone “el listón muy alto” a su hijo pueden provocar que mienta para hacer creer a su padre o a su madre que está al nivel que le exige y no defraudarle.

- imitación: el niño que ve como la mentira es utilizada por los adultos para obtener algún beneficio hace que tienda a imitarle.

- miedo al castigo: el temor a la reprimenda o la reprobación es también, sin duda, uno de los principales motivos de la mentira infantil.


¿Cuándo comienzan las mentiras infantiles?

Por norma general, los especialistas marcan la edad de siete años como el inicio de la etapa de las mentiras infantiles, que cuentan además con una intencionalidad clara y definida, orientada a distorsionar y falsear la realidad para obtener un beneficio.

¿Por qué en esta edad? Pues bien, principalmente porque en periodos anteriores las mentiras infantiles forman más bien parte de la imaginación del pequeño, un reflejo de su incapacidad de distinguir entre realidad y fantasía, ya que normalmente a estas edades los niños todavía no tienen la capacidad de mentir con el propósito de engañar.


¿Qué deben hacer los padres ante las mentiras de sus hijos?

- Ser un ejemplo para ellos. Aunque sean “mentirijillas”, debemos intentar, al menos, que nuestros hijos no estén delante para que no lo tomen como referencia para posteriormente hacerlo también.

- Hacerles ver los efectos en cadena de las mentiras y sus graves repercusiones.

- Demostrarles que serán valorados y queridos en todo momento y que no será necesario ni mentir ni exagerar para que se los quiera más.

- Ser firmes y hacerles ver que mentir es algo inaceptable. No dejar pasar sus mentiras porque acabaríamos contradiciéndonos.

- Y, por supuesto, enseñarle el valor de la verdad. En algunas ocasiones, la mentira puede causar mucho daño, pero decir la verdad se premia de alguna manera. La desconfianza tras las mentiras implica que en algún momento nadie crea en nuestras palabras.

Y cuando efectivamente lo admitan, también podremos optar por reconocer su valentía al decirnos “la verdad de la mentira”, aunque siempre teniendo en cuenta que esta no puede ser aceptada bajo ningún concepto. El castigo podría ser menos severo tras reconocer el error, pero esto siempre dependerá de cada uno.


Consejos para ayudar niños mentirosos compulsivos

Es importante saber que las mentiras patológicas pueden convertirse en un trastorno grave con importantes consecuencias para el bienestar y la vida de la persona. Por eso es importante prevenir y tratar esta adicción a las mentiras. Estos son algunos de los consejos más importantes que el padre o la madre del niño mentiroso compulsivo puede seguir:

1. Analizar el origen de las mentiras. Labor personal que ha de hacer el niño y que es quien padece la adicción. Buscar el patrón que las origina: si se trata de una baja autoestima, si se trata de una necesidad de aprobación, etc.

2. Establecer un diario de mentiras donde anotar cuando se miente. Es decir, por qué lo hace, a quién miente, cómo se siente, etc. De esta manera se podrá obtener una radiografía completa de la conducta y se podrá comprobar hasta qué punto afecta.

3. Tratar de controlar los impulsos. Es importante que el pequeño controle sus impulsos y que, en vez de hablar y comenzar a mentir, respire profundo y espere a hablar para decir otras cosas, pero evitando siempre las mentiras.

4. Antes de hacerlo pensar en si realmente es necesario mentir. Es importante que el niño sea consciente de que mentir es, en realidad, algo que no necesita hacer en absoluto y que no le aporta nada bueno, sino más bien todo lo contrario.

5. Desarrollar autoestima. El conjunto de acciones, percepciones, pensamientos, sentimientos y evaluaciones que están dirigidas a otras personas, hacia su manera de ser y hacia los rasgos del propio cuerpo y el carácter es lo que conocemos como autoestima, es decir, la percepción evaluativa de uno. Es importante que el niño la desarrolle adecuadamente para no mentir.

6. Empezar a decir la verdad poco a poco. Una muy buena forma de que el niño empiece a decir la verdad poco a poco es que sepa valorarla. Enseñar las consecuencias negativas de mentir y también mostrar el valor de la verdad son cosas fundamentales. También sería bueno explicar al niño la importancia de la confianza y la credibilidad, pero también cómo la mentira disminuye ambos valores.

Y tu hijo ¿sabes que te está mintiendo? Ayúdale a cambiar ese hábito tan perjudicial para él con estos consejos.


Fuentes:

AEP

Fecha de actualización: 11-07-2022

Redacción: Ana Ruiz

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