¿Hasta qué edad hacen siesta los niños?

Indice

• Dormir es una necesidad básica en los niños pequeños
• Beneficios de tomar la siesta
• ¿Hasta cuándo tomará siestas mi hijo?
• ¿Cuánto debe dormir mi hijo?
• ¿Cuándo debe dejar la siesta mi hijo?

 

Dormir es una necesidad básica en los niños pequeños

Se recomienda que los niños tomen un pequeño descanso para cerrar los ojos un poco después de haber comido. Este es un buen hábito para los pequeños de hasta cuatro a cinco años de edad. Este pequeño descanso llamado siesta tendrá un punto positivo en su desarrollo, salud, educación...

Y es que la siesta es un excelente reparador natural que respeta el ritmo circadiano natural de una persona. Normalmente, nuestro ritmo circadiano esto tiene dos periodos de somnolencia, en medio de la noche y en la tarde entre las 14:00 y 15:00 horas. Por eso, dormir una siesta a es ahora es muy beneficioso para la salud.

 

Beneficios de tomar la siesta

La escasez de sueño en los primeros años de vida puede ser un punto malo para el desarrollo del lenguaje y desempeño de un niño. La siesta les permitirá recuperar su energía física, eliminará su estrés, descansarán y mejorarán su humor para la segunda parte del día.

Este hábito ayudará a tu hijo en los siguientes aspectos:

- Estar tranquilo.

- Menos irritable.

- Más abierto.

- Más atento.

- Puede reducir la hiperactividad.

- Puede reducir la ansiedad.

- Combate la depresión.

- Ayuda al aprendizaje y a las tareas de la tarde.

 

¿Hasta cuándo tomará siestas mi hijo?

La primera siesta, que es en la mañana, desaparecerá en torno a los 12 meses debido a la energía que tiene tu hijo para aguantar más actividades durante el día. Sin embargo, la de la tarde perdurará un poco más, debido a que, en efecto, sigue siendo pequeño y se cansará de las tareas que realiza a lo largo del día.

Una vez que los niños cumplen alrededor de los cinco años de edad deciden dejar de tomar siestas, puesto que su cuerpo ya no las necesita para reponerse del agotamiento. Ahora serán más grandes y podrán aguantar jornadas más extensas de tareas. No obstante, es importante que te asegures de que duerme lo suficiente por la noche para estar descansado por el día y aguantar la jornada.

 

¿Cuánto debe dormir mi hijo?

Los niños con unos 2 años deben dormir cerca de 12 horas diarias para conseguir un desarrollo pleno. Por eso es que durante ese tiempo deben distribuir sus horas de descanso entre la noche y las dos siestas durante el día (generalmente, unas 10 horas por la noche y dos siestas de una hora, aunque depende de cada niño).

La siesta de después de comer, pasados los 12 meses, suele durar entre una hora y media y tres horas, aunque depende de cada niño y de sus necesidades.

Es sabido que cada cuerpo funciona de distinta manera, por lo que es probable que tu hijo no duerma tanto como su hermano y, aún así, siempre tenga más pila que él que duerme más horas. No debes angustiarte si duerme menos de 12 horas si ves que está descansado, y alegre. No todo el mundo necesita dormir lo mismo.

 

¿Cuándo debe dejar la siesta mi hijo?

Te podrás dar cuenta fácilmente de que ya no la necesita porque empezará a tener dificultar a la hora de dormir por la noche; esto es porque ya no necesita tomar siestas, puesto que su cuerpo ya aguanta más tareas y tiene mayor energía que antes, por lo que solo necesita descansar durante las noches.

Sin embargo, si lo ves por la tarde irritable, somnoliento y más tontete, es porque todavía necesita siesta, aunque sea una más corta de 30 minutos. De hecho, pasados los 5 años lo mejor es que la siesta no sea muy larga para no interrumpir su sueño nocturno.

Recuerda que restringir la siesta no va a ayudar a que el niño duerma mejor de noche si realmente necesita dormir, de hecho, puede ser peor. Pero si la siesta es muy tarde, cercana a la hora de dormir o la cena, va a interferir con el inicio del sueño nocturno. Por eso, la siesta debe ser hacia las 14 horas.

Lo más importante es que inculques este hábito en tu hijo para que siempre tenga la energía suficiente a la hora de realizar sus tareas. Nunca lo obligues a tomar una siesta o en realidad nunca las tomará, lo cual puede perjudicar su rendimiento debido al cansancio acumulado.

Si tienes dudas, consulta a su profesional de pediatría.