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¿A partir de qué edad los niños pagan en el autobús?

¿A partir de qué edad los niños pagan en el autobús?

No cabe duda de que el transporte público en algunas zonas de España es algo esencial y Madrid es una de ellas. Actualmente son muchas las personas que no disponen de coche propio y hacen uso del transporte público. Tanto adultos como niños viajan frecuentemente en autobús, metro o cercanías, pero ¿cuánto pagan en el autobús? ¿Los niños también pagan? ¿Hasta cuando viajan gratis?

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Depende donde vivas es gratis, o no

Dependiendo de la comunidad autónoma en la que nos encontremos la gratuidad del transporte público para los más pequeños varía, y el coste también. Por ejemplo, en Madrid los niños no pagan el autobús hasta los siete años, pero en Valencia no pagan hasta los diez y en Barcelona hasta los 16, pero en Málaga a partir de cuatro años ya tienen que pagar. En Sevilla, donde viajan gratis hasta los cuatro, se ha aprobado una medida en la que los menores de doce años no deban pagar por viajar, aunque todavía no está establecida. En el caso de Zaragoza, por ejemplo, sucede lo mismo, aunque la amplitud de la gratuidad se ampliaría solamente hasta los ocho años. Ibiza, por su parte, ha sido la primera ciudad española en extender la gratuidad del transporte público a todos los menores de edad.

Con ello podemos observar, por tanto, que el Mapa de Movilidad Infantil evidencia la falta de uniformidad a la hora de fijar la edad máxima para viajar gratis en autobús, metro y trenes de cercanía. Según algunos expertos como Jesús Herrero, secretario general de la Asociación del Transporte Urbano (ATUC), “las políticas de seguridad del transporte público son interesantes para fomentar el ahorro en las familias, sobre todo en las que tienen hijos menores. Si se les ofrecen facilidades se contribuye, además, a que dejen el coche aparcado en casa, si lo tienen, y se generen menos atascos disminuyendo los niveles de contaminación. Se favorece al mismo tiempo que desde pequeños los niños usen el transporte público concienciándoles de su uso como una estupenda alternativa para cuando sean mayores y deban tomar sus propias decisiones de cómo desplazarse”.

Para Herrero, el problema es que cada ayuntamiento va por libre y tiene potestad de decidir cómo se costean los billetes y la parte que asume el usuario. Una disparidad que, según él, “responde a las distintas sensibilidades a la hora de fomentar el uso de este servicio y el desacuerdo a la hora de asumir los costes”. Asimismo, considera necesario homogeneizar todas estas diferencias de criterios para evitar que el asunto deje de ser un tema de interés social para pasar a convertirse en una cuestión de interés político. Además, con este objetivo desde ATUC insisten en que la gratuidad para los niños, así como cualquier otra subvención o bonificación debe reflejarse en una ley de financiación de transporte público y de la que España carece, como excepción en Europa. Algo que evitaría la disparidad entre ciudades.

En España, Madrid, por ejemplo, cuenta con una importante red de autobuses urbanos pertenecientes a la Empresa Municipal de Transportes (EMT) que recorre prácticamente toda la ciudad. Existen zonas a las que no llega el metro, pero sí los autobuses. En las principales calles, por ejemplo, hay carril bus, pero cuando el tráfico es demasiado denso estos acusan falta de fluidez haciéndoles ir más lentos que lo que iría el metro.

Alrededor del 30% de los españoles utiliza el transporte público, una cifra que sitúa a la población española entre las personas que más usa el transporte público en Europa, donde la media es tan solo del 21%.

No obstante, aunque un gran porcentaje utilice el autobús para desplazarse como medio de transporte, en España el coche sigue siendo la principal alternativa, pues al tratarse de un vehículo privado es la preferencia de muchos en la mayoría de las áreas para desplazamientos por cualquier motivo (32-53%). La marcha a pie es el segundo (30-45%), pero sobre todo en ciudades medianas y pequeñas. Por motivos de trabajo se utiliza más el coche especialmente en áreas pequeñas y medianas. En Madrid y Barcelona, por ejemplo, el uso del coche no supera el 45% colocando al transporte público como el medio más utilizado en el resto de las áreas. En cambio, por motivos distintos del trabajo, como bien puede ser el ocio, las compras o las visitas, la marcha a pie es la que tiene más peso (40-50%) y en las grandes áreas adquiere mucha importancia también el transporte público (25-30%). La ciudad de Madrid es la que registra mayor índice de motorización.


El impacto del transporte público en el medio ambiente

La movilidad, ya sea en transporte público o privado, dentro de los núcleos urbanos está adquiriendo un protagonismo creciente. El mundo se desplaza cada vez más y se hace más urbano, tanto interior como exteriormente. Actualmente más del 50% de la población mundial vive en ciudad. Mientras que en la Unión Europea (UE) el 80% de los ciudadanos vive en zonas urbanas, en España lo hace hasta el 70%.

Las emisiones relacionadas con el transporte por carretera son el principal problema ambiental de este sector y el más perceptible. Al transporte rodado le corresponden el 75% de las emisiones del sector, siendo la causa directa de estas emisiones en las tramas urbanas. La combustión de motores produce fundamentalmente monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, partículas en suspensión y compuestos orgánicos volátiles, pero también dióxido de carbono, que a pesar de no ser tóxico favorece el cambio climático.

El tráfico rodado de las ciudades es, por tanto, el mayor causante de la contaminación atmosférica de las mismas. Esto se debe al gran incremento de vehículos que transitan por las ciudades, a pesar del uso de motores y combustibles más limpios. En los últimos años, se han implantado mejoras técnicas para reducir su efecto al medio ambiente, aunque no han obtenido resultados demasiado satisfactorios. Y es que, a pesar de todas estas mejoras, casi la totalidad de los vehículos que circulan por las calles siguen presentando motores de combustión y continúan contaminando. Frente a eso, el transporte público colectivo o no motorizado sigue siendo la medida más factible para reducir las emisiones.


Fuente:

ATUC aboga por armonizar la gratuidad del transporte público infantil https://www.atuc.es/comunicados/atuc-aboga-armonizar-gratuidad-transporte-publico-infantil

Fecha de actualización: 18-02-2021

Redacción: Ana Ruiz

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