¿Qué puede comer un niño alérgico a la proteína de leche?

Indice

• ¿Qué es una alergia?
• Alergia a la proteína de leche de vaca
• ¿Qué puedo darle a mi bebé alérgico a la proteína de leche de vaca?

 

¿Qué es una alergia?

Las alergias suelen ir reluciendo en la vida de una persona con el paso de los años, pues hasta que tu organismo no entra en contacto directo con el alérgeno, no se puede saber si eres alérgico o no a esa sustancia.

Actualmente existen pruebas para saber si eres alérgico, pero usualmente estas las pide un alergólogo, con quien llegarás después de haber presentado varios síntomas relacionados a una reacción alérgica.

Cuando nuestro cuerpo responde inmunológicamente ante sustancias que no suelen ser molestas para la mayoría es cuando ocurre una alergia. Algunas de las cosas que causan alergia son las siguientes:

- Polen

- Polvo

- Animales

- Picaduras de insectos

- Medicamentos

- Alimentos

Lo normal es que el sistema inmunológico responda ante situaciones donde debe proteger al cuerpo de algo que puede hacerle daño, pero en el caso de las alergias suele ser una falsa alarma en la que el cuerpo responde ante algo que no es dañino.

Las alergias pueden presentar distintos síntomas para cada tipo de alergia. Algunos de estos son:

- Escurrimiento nasal

- Sarpullido

- Comezón

- Asma

No son lo mismo que la intolerancia a la lactosa, donde no se descompone bien la enzima lactasa. 

Alergia a la proteína de leche de vaca

La alergia a la proteína de leche de vaca es la alergia más común en los pequeños y esta se presenta cuando el sistema inmunológico del bebé relaciona la proteína que se encuentra en esta sustancia como peligrosa.

Las proteínas que con más frecuencia producen alergia son la caseína, la alfa-lactoalbumina y la beta-lactoglobulina.

El bebé puede presentar distintos síntomas de alergia según el área donde ocurran.

1.- Cutáneos. Salen edemas o la piel se pone roja, también puede haber urticaria.

2.- Digestivos. Hay vómitos, estreñimiento, dolor de estómago o regurgitación.

3.- Respiratorios. Dificultad de respirar por tos o asma.

Los síntomas pueden ocurrir en cuestión de minutos (esto se denomina alergia a la leche de aparición rápida) o varias horas después e incluso días de ingerir algo que contengan proteínas lácteas.

 

¿Qué puedo darle a mi bebé alérgico a la proteína de leche de vaca?

Una vez que el médico ha diagnosticado a tu hijo como alérgico a esta proteína en la leche de vaca debes buscar una nueva fuente de leche para que tu hijo absorba los nutrientes necesarios de esta.

Evitar una alergia se trata simplemente de eso, eliminar la sustancia que provoque esta reacción, pero puedes pensar que es difícil encontrar algo que sustituya la leche de vaca y otros lácteos en la alimentación de tu hijo.

La leche hidrolizada o de fórmula es un sustituto para la leche de vaca, por lo que el bebé va a poder tomarla ya que no contiene las proteínas que hay en la que le causa alergia. Cuando crezca, puede tomar también leches vegetales. 

Este tipo de leche está adaptada para nutrir a tu hijo de la manera correcta y hacer que tenga un crecimiento apto.

Si sigues amamantando a tu hijo, debes de asegurarte de eliminar la leche de vaca de tu consumo porque podrías afectar a tu hijo a través de la leche materna.

Generalmente, la alergia desaparece por sí sola cuando el niño tiene entre 3 y 5 años, aunque hay algunos niños que no la superan con la edad y tendrán que continuar con una dieta libre de proteína de la leche de vaca.

Es recomendable no saltarse la dieta (ni en ocasiones especiales) en niños con alergia severa. En caso de alergias leves, es posible que cantidades pequeñas de leche no causen síntomas aparentes, pero pueden reactivar una alergia que está descendiendo, por lo que hay que ser estrictos para conseguir que la alergia desaparezca.

Además, hay que leer bien la etiqueta de los alimentos que el pequeño vaya a consumir y evitar todos aquellos que contengan proteínas de vacuno, los cuales pueden venir bajo diversos nombres:

– Caseinato, caseinato de: magnesio, amonio, hierro, calcio, potasio, sodio, zinc y de cuajo.

– Mantequilla, aceites y suero de mantequilla.

– Colorante y esencia de caramelo.

– Caseína, caseína hidrolizada.

– Queso, requesón.

– Leche: evaporada, condensada, deshidratada, de cabra, de bajo contenido graso, malteada, sin grasa, en polvo, descremada, entera.

– Crema, cuajadas de crema, crema agria.

– Flan, margarina, turrón, yogur.

– Suero: deslactosado, desmineralizado y en polvo.

– Saborizantes.

– Harinas con elevado contenido proteínico.

– Proteínas lácteas hidrolizadas, lactoalbumina, fosfato de lactoalbumina, lactoferrina, lactoglobulina.

– Lactato, ácido láctico.

– Lactosa y lactulosa.

– Polvo lácteo, sólidos lácteos, sólidos de crema y leche agria.

– Suero, suero en polvo, concentrado de proteínas, proteínas hidrolizadas de suero.

No te preocupes por su consumo de calcio, lo tienen otros alimentos y productos fortificados como las leches de fórmula. 

Consulta siempre con su profesional de pediatría y medicina.