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Caídas en el embarazo

Caídas en el embarazo

A lo largo de los nueve meses que dura un embarazo, es probable sufrir algún tipo de traumatismo. Durante la gestación una mujer es más proclive a caerse. El peso de la barriga, los cambios anatómicos, los mareos, la flexibilidad de los ligamentos, etc. son factores que favorecen la pérdida de equilibrio y el riesgo de caídas y golpes.

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El peligro de la caída varía en función del trimestre del embarazo

La mayoría de mujeres sufre accidentes de este tipo en el transcurso de su embarazo y todas, lógicamente llegan a temer por la vida o el bienestar del feto.

Indudablemente las consecuencias pueden ser serias tanto para la mamá como para el bebé, pero dependen de numerosas variables, entre ellas la intensidad del golpe o la edad gestacional. Pero al contrario de lo que suele creerse, el feto es menos vulnerable al principio de la gestación. Durante los primeros cuatro meses, su tamaño aún es muy pequeño y le permite protegerse entre los huesos de la pelvis. A medida que el útero y el feto se desarrollan y aumentan su tamaño, están más expuestos a los efectos de una posible lesión y los riesgos suelen ser mayores (desprendimiento de placenta, parto prematuro, ruptura uterina y pérdida de líquido amniótico, ruptura prematura de membranas, muerte fetal…).

Afortunadamente la mayoría de las caídas suelen ser ligeras y las consecuencias menores, por lo que lo normal es que no revistan peligro para madre o bebé. Estas se limitan a contusiones, torceduras, magulladuras, edema, etc. En algunos casos, rotura de un hueso. 

Ahora bien, hay que estar especialmente alerta a partir del tercer trimestre, cuando suceden la mayor parte ellas, concretamente un 80%. Esto es debido al desplazamiento del centro de gravedad que las grandes dimensiones de la matriz ha provocado, también al peso del útero gravídico, a la alteración postural que se ha producido para compensar este aumento de peso, a la laxitud de las articulaciones y ligamentos por el efecto de las hormonas, al cansancio típico de este periodo, a la hipertensión, etc.

No obstante existen otros traumatismos de especial gravedad que pueden poner en grave peligro la salud de la madre, y el desarrollo del feto. Los accidentes de tráfico pueden provocar la muerte fetal, incluso sin apreciarse signos aparentes en la madre. Igualmente las consecuencias de los malos tratos pueden ocasionar partos prematuros, cesárea de urgencia, bajo peso al nacer y en el peor de los casos muerte fetal y/o materna.
 

¿Qué hacer ante un accidente?

Una caída tiene que ser muy importante para comprometer la vida fetal. El bebé generalmente está a salvo dentro del vientre materno debido al amparo que le proporcionan las paredes del útero y la bolsa amniótica, cuyos líquidos sirven de amortiguación. Pero es normal que el instinto de protección o el desconocimiento de cualquier madre en ciernes, le haga preocuparse por su bebé. Por ello, tras una caída o accidente, acude a un profesional de la medicina inmediatamente o a un hospital.

Obviamente la respuesta médica a una caída depende de la gravedad del golpe y de la parte o partes perjudicadas, pero además esta se verá afectada por la nueva condición de la mujer. El embarazo conlleva cambios anatómicos y fisiológicos importantes, que afectan a casi todos los órganos. Estas modificaciones influyen en la valoración de la embarazada y pueden incluso alterar sus síntomas, los signos de las lesiones y el resultado de las pruebas realizadas.

Asimismo hay que tener en cuenta la presencia del feto, por lo que en estos casos el médico ha de atender a dos pacientes simultáneamente, a la madre y al feto.

El mejor tratamiento en los accidentes graves es el que se le aplica a la madre, pues de su supervivencia dependerá la del feto.

En estos casos además, a las mujeres con Rh negativo pueden administrarles una inyección de gammaglobulina, por si el traumatismo pudiera haber producido un paso de glóbulos rojos del bebé a la circulación sanguínea de la madre, poniendo en riesgo el desarrollo del pequeño.
 

Prevenir caídas y accidentes en el embarazo

La prevención, como en casi todo, es fundamental. Siguiendo algunas recomendaciones evitarás caídas o al menos atenuarás sus consecuencias.

- Haz ejercicio regular. Te ayudará a estar en forma, tener más fuerza, a ser más ágil y a moverte mejor en tu estado. Una buena opción es el Pilates adaptado a embarazadas. Te mostrarán ejercicios posturales y cómo estirar los músculos.

- Acude a tus citas con tiempo suficiente para evitar tener que correr.

- Haz varias comidas ligeras al día. Al menos 5. Así evitarás las bajadas de tensión y los mareos típicos del embarazo.

- Utiliza zapatos planos o con poco tacón.

- Si tienes que agacharte, hazlo poniéndote en cuclillas, nunca doblando la cintura hacia abajo. De esta forma tu espalda no se resentirá y no perderás el equilibrio con tanta facilidad.

- Utiliza cinturón de seguridad en tus desplazamientos en coche. Si te encuentras molesta, emplea un adaptador especial para embarazadas.
 

¿Puedo operarme si estoy embarazada?

Generalmente sí es posible operarse durante el embarazo. La anestesia utilizada no supone un riesgo para el feto en desarrollo, si bien, se prefiere posponer los tratamientos quirúrgicos al no ser que sean totalmente necesarios o urgentes.


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El obstetra realizará un seguimiento del aumento de peso en el embarazo por meses con el fin de minimizar los riesgos de adquirir más kilos de los precisos. Engordar más de 12 kilos en total puede acarrear problemas tanto a la madre gestante como para el bebé.

Fuentes:

https://jamanetwork.com/journals/jamasurgery

Guía de práctica clínica de atención en el embarazo y puerperio, Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/Guia_practica_AEP.pdf

Fecha de actualización: 01-09-2020

Redacción: Irene García

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