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Síntomas del parto prematuro

Síntomas del parto prematuro

El parto prematuro es el que se produce antes de la semana 37 de gestación. Por lo tanto, hablamos de parto pretérmino cuando éste tiene lugar entre la semana 22 y 37. Antes de la semana 22 o 24 el feto, de producirse el parto, no es viable, es decir, rara vez es compatible con la vida.

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¿Cuáles pueden ser las causas de un parto prematuro?

Aproximadamente en la mitad de los partos prematuros es imposible determinar la causa, pero hay determinados factores que lo pueden provocar. Estos son:

- Problemas de la madre, como infecciones urinarias, enfermedades renales, cardiacas, tiroideas, diabetes, anemias graves, etc.

- Alteraciones en el embarazo como eclampsia y preeclampsia.

- Haber tenido partos prematuros en embarazos anteriores.

- Alteraciones en el útero materno, como desprendimiento de la placenta o placenta previa.

- Aumentan las probabilidades de parto prematuro en madres menores de 27 años y mayores de 35.

- Estado en el que se encuentra la madre: estrés, depresión, maltrato, carencias alimentarias, fumar, consumir alcohol o drogas.

- Embarazos múltiples.

- Alteraciones en el feto, como malformaciones cardiacas o cromosómicas, infecciones intrauterinas, etc.

- Exceso de ejercicio físico.
 

La importancia de detectar a tiempo un posible parto prematuro

Es importantísimo tratar este tipo de partos lo antes posible, para poner los medios necesarios y tratar de evitar que llegue a producirse, o en el caso de que, a pesar de poner todos los medios este finalmente llegue, por lo menos aportar una medicación que favorezca la maduración del feto y tenga así mayores garantías de sobrevivir y además, de hacerlo sin problemas en el exterior de la matriz.

Por ello es fundamental estar atentos a los síntomas que alertan de que un parto de estas características puede producirse.
 

Síntomas del parto prematuro

El síntoma más significativo es la aparición anormal de contracciones de parto. Éstas no deben confundirse con las falsas contracciones o también llamadas contracciones de Braxton Hicks, que es el nombre del tocólogo inglés que las describió en el s. XIX. Este tipo de contracciones esporádicas que no anuncian un parto, son habituales también a partir de la semana 20, y la mujer que las padece nota cómo se le endurece el vientre para volver a relajarse pasados unos segundos. Pero a diferencia de las verdaderas contracciones, suceden de vez en cuando, son irregulares, desaparecen con el movimiento y no suelen ser dolorosas. Pero si, antes de la semana 37, las contracciones se hacen más llamativas, más largas, más regulares y más molestas, entonces cabe la posibilidad de que nos encontremos ante una amenaza de parto pretérmino. Es el momento de acudir al médico sin perder tiempo.

Aunque en ocasiones no es fácil, incluso para los propios ginecólogos, distinguir las contracciones de Braxton Hicks de las de una verdadera amenaza de parto prematuro, es preferible, ante la duda, avisar al ginecólogo. Para cerciorarse de que son auténticas contracciones de parto, conviene saber que lo habitual es que se produzcan más de 4 contracciones con cierta regularidad a lo largo de una hora.

Además de las contracciones de parto puedes sufrir:

- Presiones sobre el pubis, como si el bebé estuviera empujando hacia abajo.

- Dolor en la zona lumbar.

- Cólicos parecidos a los de la menstruación.

- Dolor en el abdomen, puede ir acompañado o no de diarrea.

- Aumento de las secreciones vaginales y/o flujo vaginal de color amarrando o sanguinolento.

- Sangrado vaginal.

- Rotura de la bolsa

 

¿Qué hacer ante los primeros síntomas?

Desgraciadamente es muy difícil detener el parto pretérmino, pero sí se puede ralentizar el proceso y reducir los riesgos con algunas medidas.

Si éste es tu caso y percibes contracciones, supuestamente de parto, dolorosas, regulares y frecuentes durante al menos una hora seguida, debes tumbarte de lado, reposar y tratar de relajarte. Si no se pasan acude al ginecólogo inmediatamente.

Allí, seguramente llevarán a cabo dos pruebas: un registro cardiotocográfico con un monitor externo para detectar esas contracciones (cómo son, qué regularidad tienen y qué intensidad), y una exploración ginecológica para ver si se están produciendo modificaciones en el cuello uterino (si se ha reducido o empieza a abrirse). En el supuesto de que las contracciones se estén produciendo en el cuello de útero, entonces nos encontramos ante una amenaza de parto prematuro, que implica un riesgo para el feto, que al nacer antes de lo previsto, puede manifestar complicaciones derivadas de su inmadurez. Si así lo consideran pueden recomendarte reposo absoluto hasta el día del parto o, en las situaciones de riesgo de parto inminente, es posible que te ingresen y te administren una medicación para detener o reducir las contracciones y otra para favorecer la maduración de los pulmones del feto.

No todos los bebés prematuros presentan complicaciones, pero cuanto antes nazcan mayor será la probabilidad. Alargar el tiempo de gestación es esencial para garantizar la salud del bebé.

Los pulmones son la clave en el momento del nacimiento de cualquier feto. Es conveniente que todo esté maduro, pero lo que es imprescindible para la vida es que estén maduros los pulmones. Estos órganos son los que van a permitir respirar y oxigenarse al bebé y son los que tienen la llave fundamental para el desarrollo posterior de ese feto. Administrando una medicación a base de corticoides, se desarrolla y se acelera la maduración de los pulmones, de modo que en el caso de no conseguir detener el parto al menos se habrá conseguido que las condiciones de ese feto sean las mejores al momento del nacimiento.

Por lo general las cesáreas son la mejor forma de resolver un parto prematuro, aunque en algunos casos se puede producir un parto vaginal. El bebé debe ser atendido en una unidad especializada para recibir el trato que requiera según sea más o menos prematuro.


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 15-06-2020

Redacción: Irene García

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