La importancia de la vitamina D en el embarazo
Las necesidades de calcio se incrementan durante el embarazo y la lactancia hasta un 30%, siendo la lactancia cuando se produce una mayor demanda de nutrientes. Para llegar a las ingestas recomendadas de calcio y vitamina D en estos periodos es necesario consumir lácteos enriquecidos en ambos nutrientes.
Indice
- ¿Qué aporta la vitamina D y el calcio al embarazo?
- ¿Cómo suplir estas carencias?
- Riesgos de un déficit de vitamina D en la gestación
¿Qué aporta la vitamina D y el calcio al embarazo?
La vitamina D y el calcio son fundamentales en una alimentación sana, especialmente en determinadas etapas clave como el embarazo o la lactancia. Debido a los cambios fisiológicos que se producen en estas situaciones, el cuerpo necesita entre un 20 y un 30% más de calcio sobre la cantidad normal diaria para un adulto, fijada en 1 g. En el caso de la vitamina D, imprescindible para que el calcio pueda fijarse en los huesos, la variabilidad no es tanta, pero no debe bajar de los valores adecuados a cada edad, que son de 10μg (400 UI) diarios.
Así lo explicó el Dr. Javier Haya Palazuelos, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, en el “Taller Calcio y vitamina D en situaciones especiales”, que tuvo lugar durante el XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), celebrado en Santa Cruz de Tenerife. El experto también ha señalado que la alimentación a través de una dieta equilibrada, rica en calcio y vitamina D, es la opción más natural y recomendable para cubrir las necesidades diarias de ambos nutrientes.
Durante el embarazo, confirmó, una pauta básica es incrementar la ingesta de calcio en un 20-30% (1.200 mg diarios) en relación a la mujer no embarazada. En el caso de las vitaminas “todas interesan en el embarazo, pero importa sobre todo la vitamina D, que interviene activamente en la absorción y metabolismo del calcio, por lo que su necesidad se duplica en los 2 últimos trimestres de la gestación”.
Los requerimientos nutricionales no son menores durante la lactancia, todo lo contrario. En general, según el mismo ginecólogo, la lactancia significa para la madre una mayor demanda de nutrientes que el embarazo. Esto es así porque la madre continúa siendo la única fuente de aprovisionamiento de alimento y en las primeras semanas el recién nacido experimenta un crecimiento extraordinario, que debe ser soportado por la madre.
Sin embargo, a pesar de las recomendaciones de los expertos, los estudios demuestran que un 21,4% y un 64% de mujeres embarazadas y en lactancia, respectivamente, realizan ingestas inferiores de calcio. El déficit es mayor si hablamos de la vitamina Ddurante el embarazo, siendo un 78,6% de mujeres en esta situación quienes no toman las cantidades adecuadas de este nutriente. El porcentaje de mujeres en lactancia que presentan una carencia en la ingesta de vitamina D se mantiene en el 64%.
¿Cómo suplir estas carencias?
Los lácteos son el alimento estrella por su alto contenido en calcio y vitamina D y por su facilidad de absorción. Así, la nueva guía sobre osteoporosis de la Sociedad Europea para los aspectos Clínicos y Económicos de la Osteoporosis (ESCEO) y la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF) recomienda el consumo de lácteosenriquecidos con calcio y vitamina D, ya que aportan al menos el 40% del calcio (400 mg) y 200 IU (5 µg) de vitamina D en cada unidad.
La misma guía señala que la alimentación es la mejor opción para cubrir las necesidades diarias de calcio y vitamina frente a los suplementos farmacológicos.
En palabras de Julie Andreu, experta del Programa NUSA, “el yogur es una de las fuentes de calcio más importantes de la dieta. El consumo de 3-4 productos lácteos al día ayuda a mantener a lo largo de toda la vida una buena densidad ósea, y su efecto es todavía mayor si está enriquecido con calcio y vitamina D”.
Además de la leche, el yogur y el queso, el pescado y los moluscos, las verduras y el helado son otros alimentos ricos en calcio. En cuanto a las fuentes de vitamina D, destacan los pescados grasos (atún, caballa, salmón, etc.), los alimentos enriquecidos con vitamina D, como algunos productos lácteos, zumo de naranja, leche de soja y cereales; carne de hígado; queso y las yemas de huevo. Además, el sol es la principal fuente de vitamina D y lo recomendable es combinar una adecuada exposición solar con una alimentación rica en este nutriente.
“Y no sólo una correcta ingesta de alimentos ayuda, es importante también mantener un estilo de vida saludable, incluyendo la práctica de ejercicio de forma regular”, añade la experta del Programa NUSA.
Sobre la frecuente asociación entre ingesta adecuada de calcio y consumo excesivo de calorías, el doctor ha destacado la utilización cada vez más frecuente de productos fortalecidos con calcio y vitamina D desnatados. De este modo, se aportan las cantidades necesarias de calcio con un menor coste en aporte calórico.
Riesgos de un déficit de vitamina D en la gestación
En caso de padecer carencia de vitamina D a lo largo de la gestación, tanto el bebé como la madre pueden sufrir diversos problemas:
- raquitismo o retraso de crecimiento intrauterino
- fragilidad en sus huesos y articulaciones
- diabetes gestacional
- vaginosis
- preeclampsia
- parto por cesárea
- parto prematuro
Por todo ello, debes asegurarte de que la ingesta de vitamina D en estos meses es la adecuada. Si en algún análisis de sangre se detecta que tus niveles de vitamina D son bajos, te mandarán algún suplemento dietético.
Fuentes:
XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Programa NUSA.
Fecha de actualización: 19-01-2021
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