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Riesgos de bebés prematuros

Riesgos de bebés prematuros

Aunque hoy en día es normal que un bebé nazca un poco antes o un poco después de la fecha que el médico especialista ha estimado, lo ideal es que la duración media sea de cuarenta semanas.

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Índice

 

La supervivencia de los prematuros

Antes, un nacimiento prematuro era una causa muy común e importante de muerte infantil porque se desconocían los cuidados que estos bebés necesitaban y además las técnicas médicas eran bastante escasas. Sin embargo, actualmente la supervivencia de los bebés prematuros es cada vez mayor. Según los últimos datos recogidos, de todos los bebés que nacen, incluso en la semana veintiocho, el ochenta por ciento sobrevive.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “un niño es prematuro cuando nace antes de haberse completado las treinta y siete semanas de gestación, cuando el desarrollo de un embarazo normal dura aproximadamente cuarenta semanas”. Esta organización contempla, además, que la mayoría de estos partos ocurren de manera espontánea.

Cada año nacen unos quince millones de niños prematuros en el mundo, cifra que va en aumento y a la cual contribuyen tanto los países desarrollados como los países en vías de desarrollo. En España, por su parte, 28.000 bebés aproximadamente nacen de forma prematura cada año, lo que supone uno de cada trece nacimientos, una cifra que se sitúa en una de las tasas más altas de la Unión Europea.

Los bebés prematuros se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional:

prematuros extremos (menos de veintiocho semanas). Pesan entre 500-1.500 gramos y miden entre 25 - 43 centímetros. Las secuelas pueden afectar a uno de cada tres nacidos antes de las 29 semanas, aunque son más probables cuanto más pequeño nazca el bebé. La tasa de supervivencia varía entre el 50% a las 24 semanas y el 80% en la semana 28. Estos bebés deberán pasar semanas en la unidad de cuidados intensivos y precisarán asistencia respiratoria con oxígeno y surfactante y necesitaran alimentación endovenosa.

muy prematuros (de veintiocho a treinta y dos semanas). Pesan entre 1.000 - 1.800 gramos y miden entre 32-46 centímetros. Muchos neonatos necesitan oxígeno suplementario, aunque algunos pueden respirar por sí mismos. La tasa de supervivencia para estos bebés es de 95%, y las secuelas sólo afectan al 15 % de los casos.

prematuros moderados a tardíos (de treinta y dos a treinta y siete semanas). Pesan entre 1.700 - 2.500 gramos, y miden entre 40-46 centímetros. Están bastante desarrollados y no suelen necesitar estar mucho tiempo en la UCI de neonatología o incluso nada, según la semana exacta. Pasada la semana 35 no tiene problemas de respiración ni succión. La tasa de supervivencia para estos bebés es de 98-100%.
 

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Causas de los partos prematuros

El término prematuridad en medicina hace referencia al nacimiento de un bebé antes de tiempo, y las complicaciones relacionadas con esta son la principal causa de defunción en los niños menores de cinco años. La prematuridad es la condición neonatal que conlleva el riesgo más elevado de mortalidad, morbilidad y discapacidad. Según la Asociación de Padres de Niños Prematuros (APREM), “el bebé prematuro es el bebé que nace antes de las treinta y siete semanas de gestación y/o con un peso inferior a los 2.500 gramos”.

A pesar de que los partos prematuros suelen ser más habituales en las madres adolescentes, ya que de hecho un alto porcentaje da a luz antes de la semana treinta y siete de gestación, actualmente es cada vez más habitual que los bebés sean prematuros debido a algunos factores como el estrés laboral, las técnicas de reproducción asistida, el retraso en la maternidad, etc. El problema viene porque, a medida que avanzamos en el tiempo, por ejemplo, la incorporación de las mujeres en el mundo laboral ha ido aumentando y esto ha provocado que las mujeres españolas pospongan cada vez más la maternidad y a mayor ritmo que la media de la Unión Europea.

Según algunos expertos, “en nuestro país esto tiene mucho que ver con la rigidez del curso de la vida, sumado además a las circunstancias personales de cada uno”, y son ellos mismos los que afirman que “se tienen menos hijos y más tarde porque hay barreras que lo impiden”. Entre esas trabas figuran el difícil acceso al mercado laboral y la falta de ayudas e incentivos por parte del Estado.

El retraso de la maternidad, por tanto, conlleva a recurrir rápidamente a técnicas de reproducción asistida. Muchas mujeres que desean ser madres cuando ya están cerca de los cuarenta o más años optan por técnicas y tratamientos médicos destinados a favorecer el embarazo en caso de problemas de fertilidad. ¿Por qué? Como sabemos, la edad más idónea para ser madre (en términos biológicos) es aproximadamente a los 25 años, siendo cada vez más difícil a medida que van pasando los años.

Todos estos factores que propician un mayor número de bebés prematuros conllevan a su vez a una mayor probabilidad de riesgos, secuelas, complicaciones de salud y alguna enfermedad que pueden originarse desde el momento de su nacimiento.
 

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Riesgos en los bebés prematuros

Los bebés prematuros no están totalmente preparados para la vida extrauterina, es decir, fuera del útero. Se enfrían con más facilidad y pueden necesitar más ayuda para alimentarse que el resto de los bebés. Normalmente, los bebés prematuros pueden presentar problemas que afecten a su salud a corto, medio y largo plazo. ¿Por qué? Su organismo todavía no está desarrollado por completo ni listo para adaptarse al mundo con facilidad. Son bebés que necesitan cuidados especiales para superar algunas dificultades. Estos son algunos de los riesgos en los bebés prematuros:

- Los niños prematuros pierden más fácilmente el calor corporal, lo que puede provocarles una hipotermia. Estos bebés necesitan más energía y cuidados para conservar mejor el calor y poder desarrollarse de manera adecuada.

- En cuanto a la alimentación, los bebés prematuros pueden tener dificultades a la hora de alimentarse dado que la coordinación de su reflejo de succión y deglución no está del todo desarrollada.

- La respiración de muchos niños prematuros comienza de forma autónoma desde el momento en que nacen, pero otros necesitan reanimación. Si, por ejemplo, los pulmones no han terminado de desarrollarse, los bebés prematuros podrán tener dificultades para respirar.

- Además, las infecciones graves son más frecuentes en los bebés prematuros. Su sistema inmunitario no está totalmente desarrollado y corren un mayor riesgo de morir si contraen una infección.

- Los bebés prematuros pueden sufrir hemorragias cerebrales durante el parto y en los días posteriores a este. Aproximadamente uno de cada cinco bebés que pesa menos de dos kilos al nacer suele padecer este problema y también pueden sufrir lesiones en el cerebro debido a la falta de oxígeno.

- Finalmente, los ojos de los bebés también pueden verse perjudicados. Al no estar preparados para estar en el mundo exterior, estos pueden dañarse por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos de la retina, causando lo que se conoce como retinopatía de la prematuridad.

También pueden tener problemas de desarrollo al crecer, incluyendo problemas de aprendizaje, motricidad gruesa y fina, lenguaje, memoria, etc. No obstante, con estos bebés siempre hay que tener en cuenta la edad corregida a la hora de valorar sus avances, es decir, la edad real que el bebé tendría si hubiera nacido en la fecha que le hubiera tocado naturalmente.


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