Bebés prematuros y lactancia materna

Indice

• Importancia de la lactancia materna en bebés prematuros
• Consejos para una lactancia exitosa en niños prematuros
• ¿Cuándo poner al bebé prematuro al pecho?
• ¿Cómo conseguir un amamantamiento eficaz en el niño prematuro?

 

Importancia de la lactancia materna en bebés prematuros

La mayoría de las madres tras el parto espera la lactancia como un acto natural. Sin embargo, en algunos casos el pequeño llega antes de tiempo en un parto prematuro y hay que trasladarlo a la Unidad de Neonatos, donde le conectan a tubos de respiración, vías intravenosas y monitores. Además, puede que no puedas cogerlo en brazos ni tocarlo. Por estas razones, es muy difícil que pienses lograr amamantarlo.

No obstante, todos los médicos recomiendan la lactancia materna del bebé prematuro porque

- Se adapta a las necesidades del bebé ya que su composición es única y diferente gracias a la mayor biodisponibilidad de sus componentes, sus propiedades inmunológicas y la presencia de enzimas, hormonas y factores de crecimiento. Además, tiene más nutrientes (proteínas, sodio, hierro y cloro) que la leche de una mujer cuyo parto ha sido en término.

- El calostro –primera leche materna– le aporta al recién nacido sustancias que le benefician para adaptarse al nuevo mundo al que ha llegado antes de tiempo y, por consiguiente, que pueda resistir ante los peligros de infecciones. Principalmente, linfocitos, inmunoglobulina, neutrófilos, proteínas son las propiedades que le transmite.
 

Consejos para una lactancia exitosa en niños prematuros

- Sácate la leche lo antes que puedas tras el parto, cuando te sientas físicamente capaz. Esta extracción estimulará la producción láctea, sobre todo el calostro.

- Es mejor que optes por extraer frecuentemente –9 o 10 veces al día– en pequeñas tomas.

- Cuando vayas a conservar la leche extraída, recuerda que los bebés prematuros comen muy poco en cada toma y es por ello que debes almacenarla y congelarla en pequeñas cantidades para que no se deseche lo que no tome.

- Lo ideal es que el pequeño se alimente del pecho de su madre lo antes posible. Cada vez más los hospitales se apuntan al Método Madre Canguro, que permite sacar al bebé de la incubadora para beneficiar al contacto piel con piel de madre e hijo.

- Igualmente, es importante saber que debes colocar al bebé en el pecho cuando su estado lo permita. Evita también el uso de biberones y tetinas artificiales para no confundir al pequeño y dificultar la correcta succión.

Por último, ten en cuenta los siguientes consejos para adoptar la correcta postura a la hora de amamantar a un bebé prematuro:

- Coloca a tu bebé en tu antebrazo con su cabecita apoyada en el pliegue del codo. Con la mano de ese mismo brazo, sujétale el culito y sostenle junto a tu pecho.

- Lo más probable es que te tengas que extraer la leche para estimular la producción, puesto que tu pequeño al principio no es capaz de hacerlo de forma eficaz.

- Evita cambiarle de pecho frecuentemente.
 

¿Cuándo poner al bebé prematuro al pecho?

Tan pronto como sea posible se ha de poner al bebé al pecho, pero dependerá de la edad gestacional con la que nazca y de su estado de salud.

La gran mayoría de los prematuros no va a tener dificultades de alimentación, ya que son capaces de amamantarse directamente del pecho de su madre.

Los prematuros más inmaduros que están en la Unidad de Cuidados Independientes más tiempo necesitan tiempo para crecer y desarrollar sus músculos y la coordinación para engancharse, succionar, tragar y respirar durante el amamantamiento, por lo que es posible que necesiten que se les administre la leche por un tubito que, introducido por la nariz, llega hasta el estómago (la sonda nasogástrica).

Aun así, lo ideal es que, mientras se le administre la leche por la sonda, permanezca piel con piel con su madre y que, en cunato sea posible, succione directamente del pecho.
 

¿Cómo conseguir un amamantamiento eficaz en el niño prematuro?

Hay que favorecer la succión directa al pecho, reduciendo gradualmente el volumen de toma que se administra por sonda cuando la succión y deglución esté madura.

Si es necesario suplementar, se hará después de la toma de pecho y con métodos diferentes al biberón, como la sonda, la jeringa o el vasito para no confundir al bebé.

La sonda nasogástrica se retira cuando el bebé realiza al menos 4 tomas completas de pecho y el resto lo toma por jeringa, vasito o cucharita.

Los bebés más prematuros pueden precisar fortificadores, que son aditivos que se añaden a la leche de madre que aportan proteínas, calcio y fósforo para favorecer el crecimiento y la mineralización ósea.

En el caso de que la madre no tenga leche o esta sea insuficiente, la mejor opción es la leche de banco de leche humana donada.