Tasa de supervivencia de bebés prematuros

Indice

• Relación entre números de semanas de gestación y prematuridad
• La prematuridad, en aumento
• Las causas más frecuentes de la prematuridad
• Secuelas de la prematuridad

 

Relación entre números de semanas de gestación y prematuridad

Dentro de todos los nacimientos pretérmino se distinguen diferentes categorías de bebés prematuros según el momento en el que nazcan. La supervivencia de estos bebés depende, por lo tanto, de las semanas que hayan permanecido dentro del útero, ya que cada día que pasan dentro sus sistemas se desarrollan y aumentan las posibilidades de sobrevivir fuera del vientre materno:

- Límite de viabilidad: los bebés nacidos 22 y 25 semanas se encuentran en el denominado "límite de viabilidad".

- Prematuros extremos: cuando el parto se produce antes de las 28 semanas de amenorrea.

- Muy prematuros: el nacimiento ocurre entre las 28 y las 32 semanas.

- Prematuros moderados: nacen entre las 32 y las 35 semanas. 

- Prematuros leves, casi a término: entre las 35 y las 37 semanas.  Antes de la semana 22 es prácticamente imposible que el bebé sobreviva fuera del vientre materno. Pero a partir de entonces la probabilidad de supervivencia aumenta progresivamente, no sin dificultades en el bebé y a costa de padecer complicaciones y largos ingresos hospitalarios. 

Según un estudio de la Sociedad Española de Neonatología (SEN) la tasa de supervivencia de los bebés nacidos antes de las 23 semanas en España es "excepcional", sin embargo, las posibilidades de que vivan pueden triplicarse en aquellos que nacen una semana más tarde. Sin olvidar que la supervivencia de éstos está condicionada también por otros factores como la existencia de otras enfermedades, el peso al nacer, el sexo, etc. 

Los resultados de este estudio, realizado en 2014 en más de 3.000 niños nacidos con menos de 26 semanas, revelaban las siguientes tasas de supervivencia específica por edad gestacional:

- 22 semanas: 12,5 por ciento

- 23 semanas: 13,1 por ciento

- 24 semanas: 36,9 por ciento 

- 25 semanas: 55,7 por ciento

- 26 semanas: 71,9 por ciento

Afortunadamente, las tasas de supervivencia de los prematuros ha mejorado en los últimos años, y seguro que siguen mejorando con las mejoras en las UCIS neonatales. 

 

La prematuridad, en aumento

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que uno de cada diez bebés nacidos en el mundo es prematuro. Concretamente la tasa de nacimientos pretérmino en el mundo (en los 184 países estudiados) oscila entre el 5% y el 18% del total de recién nacidos. De estos, el 1% son bebés muy prematuros, nacidos antes de la semana 32 y menos del 1% prematuros extremos. 

En España, atendiendo a los mismos datos de la OMS, la tasa de nacimientos prematuros alcanza el 7,4%. Esto significa que cada año nacen antes de tiempo 29.000 niños en nuestro país. Una cifra preocupante si tenemos en cuenta, además, que estos nacimientos precoces han aumentado un 36% en los últimos 18 años. 

 

Las causas más frecuentes de la prematuridad 

Las razones que explican el aumento de la prematuridad en el mundo son diversas y dependen de cada país. En España parece que las técnicas de reproducción asistida, el creciente número de partos múltiples asociados a estas técnicas, el modo de vida y el estrés laboral, ciertos problemas de salud en la madre o el retraso de la maternidad, así como la suma de varios de estos factores, están detrás de este incremento de los partos prematuros. 

El problema es que los partos prematuros ponen en riesgo la vida del bebé si este nace mucho antes de haber terminado su desarrollo, sobre todo en algunos sistemas u órganos como los pulmones o el cerebro.
 

Secuelas de la prematuridad
 

Los bebés prematuros pueden desarrollar muchas secuelas según la edad gestacional al nacer y otros problemas que puedan haber surgido en el embarazo. Las más importantes son: 

- Problemas de aprendizaje

- Hiperactividad (comportamiento inquieto del niño que no es capaz de estarse quieto) 

- Déficit de atención

- Retraso simple del lenguaje

- Alteraciones visuales (desde las más leves, como ambliopía, hasta las más graves, como retinopatía de la prematuridad)

- Parálisis cerebral

- Alteraciones auditivas (hipoacusia, sordera…)

- Discapacidad intelectual

- Dislexia (alteración de la capacidad de leer por la que se confunden o se altera el orden de letras, sílabas o palabras)

- Trastorno del espectro autista

Para evitar estas secuelas es importante atender al prematuro desde el primer momento en una unidad especializada y vigilar su desarrollo en los primeros 5 o 6 años de vida, ya que muchas de estas secuelas no se descubren hasta que el niño entra al colegio y comienza el aprendizaje de ciertas tareas como leer, escribir, etc.

No obstante, también hay que tener en cuenta que, la mayoría de las veces, se trata de secuelas temporales que tienen tratamiento. Por ejemplo, son comunes las dificultades en el aprendizaje, la dislexia o los retrasos en el habla, pero todos estos problemas se pueden solucionar con logopedia, apoyo extra en el colegio, etc. 

En cuanto a las secuelas más graves, como la discapacidad intelectual o la parálisis cerebral, son menos comunes.