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Mi bebé no imita

Mi bebé no imita

El ritmo desarrollo de los bebés es muy complejo de entender, es por eso que hasta los 18 meses no te tienes que preocupar demasiado de lo que hace o deja de hacer tu bebé. A partir de ahí, si notas que tu bebé no imita, puede que sea debido a algún problema.

 

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Índice

 

¿Puede tener mi hijo algún Trastorno del Espectro Autista (TEA)?

Cada vez con más frecuencia los padres acuden con los niños a la consulta para cerciorarse de que sus hijos no tienen TEA. Puede que parezca que no, pero este es un trastorno bastante frecuente, por eso cada vez la sociedad está más sensibilizada. No es que haya más casos ahora que antes, sino que ahora se diagnostican más.

Por eso es importante la revisión que se le hace a los bebés entre los 18 y los 24 meses. Esta revisión es una de las más importantes en cuanto al desarrollo psicomotor se refiere. En esta revisión el médico suele invertir más tiempo en hacer preguntas sobre tu bebé.

Existen signos más precoces de TEA, pero es más fácil diagnosticarlos después de los 18 meses ya que antes existe una gran variabilidad en cuanto al ritmo de desarrollo de los niños. Es común que algunos bebés antes de los 12 meses se desarrollen antes o después que otros. Esto puede hacer que un diagnóstico demasiado precoz sea erróneo y acabar etiquetando al niño de manera incorrecta.

De todos modos, hay una serie de signos que tener en cuenta y por los que puede que debas prestar más atención al comportamiento y desarrollo de tu hijo.

Se debe prestar más atención si tu hijo antes de los 12 meses:

- Tiene poca frecuencia del uso de la mirada dirigida a personas.

- No muestra anticipación cuando va a ser cogido en brazos.

- No muestra demasiado interés en juegos interactivos simples como el de “cucu-tras”.

- Falta de sonrisa social.

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- Falta de ansiedad ante los extraños sobre los 9 meses.

Desde los 12 a los 18 meses:

- Tiene un menor contacto ocular.

- No responde a su nombre.

- No señala.

- No te enseña objetos.

- Tiene una respuesta inusual a los estímulos auditivos.

- Falta de interés en los juegos interactivos simples.

- No mira hacia donde los otros señalan.

- Ausencia de imitación espontánea.

- Ausencia de balbuceo social o comunicativo como si conversara con un adulto.

Ten en cuenta que, ante estos signos, hay que mantenerse cautos, ya que, como hemos dicho, lo mejor es realizar el diagnóstico entre los 18 y los 24 meses.

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Los signos de alarma entre los 18 y los 24 meses son:

- No señala con el dedo para pedir algo que quiere.

- Tiene dificultades a la hora de seguir la mirada de los adultos.

- No mira hacia donde otros señalan, pueden mirar al dedo, pero no al objeto.

- Retraso en el desarrollo del lenguaje comprensivo o expresivo.

- Falta de juego funcional con juguetes o presencia de formas repetitivas de juegos con objetos.

- Ausencia de juego simbólico (cocinitas, médicos, etc.).

- Falta de interés en otros niños o hermanos.

- No responde por su nombre cuando se le llama.

- No imita ni repite gestos o acciones que otros hacen (aplaudir, muecas, etc.).

- Tiene pocas expresiones para compartir afecto positivo.

- Antes usaba palabras, pero ahora no (regresión en el lenguaje).

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A partir de los 24 meses estos signos cada vez son más evidentes ya que, al hacerse mayores, los niños de su entorno tienen las habilidades sociales más desarrolladas y se interesan por el mundo que les rodea, en cambio, los niños con TEA se aíslan del mundo. En los niños con TEA de esta edad se pueden observar déficits en 3 áreas:

- Comunicación: retraso del lenguaje, ni siquiera intenta hacerse entender. No imitan. Repiten las palabras refiriéndose a si mismos en 2ª o 3ª persona. Además, pueden presentar una entonación normal, no devuelve las sonrisas y es autosuficiente, no pide las cosas.

- Alteraciones sociales: no miran a otras personas y no se interesan por el resto de los niños. Además, no interpretan las emociones como la alegría, la tristeza, etc. Los niños con TEA prefieren jugar en solitario. Tampoco te muestra objetos o juguetes, ni a ti ni a los demás. Asimismo, tienen limitaciones a la hora de imitar.

- Alteraciones de la conducta: los niños con TEA son muy rutinarios y no tienen mucha tolerancia a los cambios. Les gustan los juegos repetitivos (como apilar objetos, alinear los lápices, encender o apagar las luces, etc.). Los sonidos también les suelen incomodar, al igual que al tacto o a ciertas texturas. Pueden presentar una respuesta inusual al dolor y tener movimientos repetitivos de manos, pies o cabeza.
 

Si no es autismo, ¿cuándo se puede empezar a hablar de un retraso del habla o del lenguaje?

Suele ser difícil para los padres distinguir si tu hijo está tardando más de lo posible en alcanzar un hito evolutivo de su desarrollo o realmente tiene un problema del lenguaje o del habla. Es importante que un bebé que no reacciona a los sonidos o no vocaliza sea evaluado por un médico lo antes posible.

Estas son algunas de las cosas en las que te tienes que fijar sobre el desarrollo de tu hijo. Llama al médico si tu hijo:

- Con 12 meses no utiliza gestos, como señalar o despedirse con la mano.

- Con 18 meses prefiere comunicarse con gestos en lugar de con sonidos.

- Con 18 meses tiene dificultad para imitar sonidos.

- Tiene dificultades a la hora de entender órdenes verbales sencillas.

- Con 2 años solo imita el habla o los actos ajenos, pero no genera palabras o frases de forma espontánea.

- Con 2 años solo emite algunos sonidos o palabras de forma repetitiva y no puede utilizar el lenguaje oral para comunicar más que sus necesidades inmediatas.

- Con 2 años no puede seguir instrucciones sencillas.

- Con 2 años tiene un tono de voz extraño o una pronunciación extraña (como ronquera o nasalidad).


Fuentes:

Kids Health, https://kidshealth.org/Levine/es/parents/not-talk-esp.html

Fecha de actualización: 26-05-2021

Redacción: Sara Tizón

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