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Enseñar al bebé a gatear

Enseñar al bebé a gatear

No tenemos que enseñar a nuestros hijos a gatear, ni a andar ni a hablar, es algo innato en el ser humano y todos los niños alcanzarán en uno u otro momento estos hitos de desarrollo. Lo que sí podemos hacer es estimularles y darles las herramientas necesarias para fomentar su desarrollo.

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Indice

 

El gateo en bebés

Gatear es moverse a 4 patas por el suelo y es un movimiento que los bebés aprenden a hacer hacia los 8 meses de edad. Antes, han conseguido arrastrarse por el suelo hasta que logran levantar el culete y gatear de verdad, lo que les permite moverse rápidamente por toda la casa.

No todos los niños gatean igual, algunos se desplazan más bien sentados, o con una pierna estirada o deslizándose sobre su tripa… Sea como sea, es importante que los niños gateen antes de andar ya que el gateo ofrece muchos beneficios a su desarrollo y aprendizaje:

1- Influye en el desarrollo de sus emociones ya que el movimiento, hasta que empiezan a hablar, es una manera para ellos de comunicarse. Los niños que no han gateado pueden tener más problemas a la hora de superar dificultades afectivo-relacionales y motoras.

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2- Favorece las conexiones futuras de todo tipo entre los dos hemisferios cerebrales, de las que depende el correcto desarrollo de las funciones cognitivas y motrices.

3- Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo, es decir, le ayuda a saber dónde están las partes del cuerpo de uno mismo.

4- Desarrolla la visión.

5- Favorece la oposición cortical que mejora la motricidad fina, esencial para escribir.

6- Abre su mente y le permite explorar y conocer mejor el mundo que le rodea.

7- Ayuda a establecer la futura lateralización, es decir, que uno de los dos hemisferios sea dominante sobre el otro, importante ya que la lateralización cruzada puede presentar problemas al niño.

A pesar de todos estos beneficios, son muchos los niños que no gatean hoy en día y pasan de estar sentados a andar. Esto se explica por varios motivos: casas pequeñas en las que apenas hay espacio para que el pequeño juegue, padres ansiosos que enseguida quieren que sus hijos anden sin darse cuenta de lo importante que es respetar todas las fases de desarrollo, poco tiempo de los padres a causa de los horarios laborales para estimular y potenciar el gateo.


¿Cómo ayudar al bebé a gatear?

Como decíamos, ni hay que forzar a los niños ni hay que enseñarles. Hay que dejar que se desarrollen libremente ya que cada niño tiene su propio ritmo y alcanza cada hito en un momento o en otro. Si tu hijo tiene 8 meses y no gatea, solo se arrastra, no debes preocuparte, seguro que con 10 meses lo hará. Dale su tiempo y ten paciencia.

Lo que sí puedes, y se recomienda hacer, es favorecer su desarrollo y estimularle. Para favorecer el gateo puedes seguir estos consejos:

- Coloca sus juguetes favoritos u objetos llamativos delante de él para que tenga que moverse para alcanzarlos por sí mismo.

- Plantéalo como un juego y no como un ejercicio. Ríete o hazle gracias a la vez que intenta coger los juguetes y, si se pone nervioso, dáselos tú mismo.

- Coloca una alfombra o suelo de goma EVA por la que pueda moverse sin peligro y a su aire. Cuidado con enchufes, muebles o jarrones cerca que pueda tirar o con los que pueda hacerse daño.

- Es mejor gatear descalzo o sin calcetines, los zapatos le pueden estorbar.

- Gatea tú a su lado para que te vea y te quiera imitar.

- Antes de empezar podéis hacer otros ejercicios para calentar y activar sus funciones motrices, como tumbarle boca arriba y mover sus piernas haciendo la bicicleta. 
 

¿Tu hijo no gatea? ¿Es eso un problema?

El gateo es un clásico del desarrollo del movimiento de los niños que precede a los primeros pasos del bebé y que aporta ventajas, como el entrenamiento de la coordinación de movimientos, pero que, si no se presenta, hay que saber que no implica ningún freno en el desarrollo del niño.

El gateo es una manera particular de desplazarse de los bebés que recuerda al modo de hacerlo de los gatos cuando son cachorros y que es la antesala de los primeros pasos, que se producen entre los doce y los quince meses de edad. No se considera patológico el hecho de que un bebé no gatee, ni existe evidencia científica sobre por qué unos lo hacen y otros no.

Porque, aunque el gateo puede resultar un buen entrenamiento para ejercitar brazos y piernas y ganar confianza a la hora de que el bebé se suelte a andar, no pasa nada si algunos no lo hacen. Recuerda que el niño que no gatea, acabará por caminar también.

Se ha señalado que alrededor de un 20% de niños sanos no gatea y no existe una causa que lo explique. Hay niños que practican otras variantes del gateo, como lo que se denomina shuffling o arrastramiento, porque los niños se mueven sentados en el suelo y remando o impulsando el cuerpo con los brazos, pero también hay otros que gatean apoyando una rodilla y un pie. Asimismo, se puede dar el caso de bebés que después de comenzar a caminar vuelven al gateo, lo que en muchas ocasiones preocupa a los padres. Esto no debe ser visto como un problema.

De hecho, lo cierto es que el inicio del desplazamiento autónomo se produce entre los 9 y los 12 meses. Este desplazamiento puede darse de diferentes formas: arrastrándose, culeando, reptando, gateando o directamente caminando de pie. Y, por tanto, lo importante es que se produzca este inicio del desplazamiento, y no tanto la manera cómo lo haga. Por eso podemos afirmar rotundamente que el gateo no es un ítem imprescindible en el desarrollo y que un niño no gatee no indica que tenga un problema.


Fuentes:

AEP

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.

Fecha de actualización: 11-03-2021

Redacción: Irene García

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