¿Cuándo un bebé empieza a darse la vuelta?

Índice

• Desarrollo de la motricidad gruesa
• ¿Y si no se da la vuelta con 7 meses?
• Consejos para estimular su motricidad

 

Desarrollo de la motricidad gruesa

La motricidad gruesa es aquella que implica todas las actividades y movimientos que los niños realizan utilizando los grandes grupos musculares, involucrando las extremidades inferiores, superiores y la cabeza. Habilidades como sentarse, andar, correr, subir y bajar escaleras o trepar son algunos de los hitos relacionados con la motricidad gruesa que el bebé irá alcanzando en sus primeros dos años de vida.

Al nacer, los bebés apenas si pueden sostener su cabeza y solo son capaces de mover de manera descoordinada brazos y piernas. Pero a medida que pasan los meses, sus músculos van ganando en fuerza y destreza y con 3 meses, por ejemplo, ya son capaces de sostener su cabecita solos.

Entre los 5 y los 6 meses consiguen mantenerse sentados sin ayuda, aunque al principio solo durante unos segundos. A partir de esta edad ya no querrá pasar mucho tiempo en la misma postura y, tumbado boca abajo, será incluso capaz de arrastrase un poco por el suelo para moverse hacia algo que le llame la atención.

Los músculos del tronco se vuelven más robustos que los de las extremidades inferiores, que se desarrollan un poco más tarde, por lo que puede levantar el torso tumbado boca abajo y soportarlo mucho tiempo para mover el cuello y poder ver bien lo que le rodea. Su curiosidad aumenta cada día e intenta superarse y alcanzar nuevos logros a cada momento.

Entre los 5 y los 7 meses comienza a darse la vuelta tumbado boca abajo. De repente, su cuerpo se gira y se encuentra tumbado boca arriba. Al principio este movimiento es involuntario y se produce por sorpresa cuando, intentando ponerse de lado para coger algo, su cuerpo se da la vuelta entera. Pero, gradualmente, aprenderá a controlar este movimiento y podrá hacerlo cuando quiera.

Un poco después podrá darse la vuelta desde la otra postura, es decir, tumbado boca arriba, girarse hacia abajo. Cuando adquiera destreza y agilidad para realizar estos movimientos, los repetirá con mucha frecuencia.

Entre los 6 y los 8 meses descubrirá que, tumbado boca abajo, puede desplazarse hacia los lados o hacia delante y hacia detrás haciendo fuerza con las manos y las piernas. Primero lo hará arrastrándose sobre la tripa, pero pronto será capaz de ponerse a cuatro patas, cuando los músculos de sus piernas tengan más fuerza, y empezar a gatear, algo que sucede entre los 9 y los 11 meses.

Después, empezará a ponerse de pie agarrado a los muebles y las paredes y a dar pasitos cogido de tu mano. Y, entre los 12 y los 15 meses, se soltará y comenzará a andar sin ayuda. A partir de ahí, sus piernas irán ganando en destreza y dureza para poder correr, subir y bajar escaleras, trepar, etc.
 

¿Y si no se da la vuelta con 7 meses?

Aunque cada niño es distinto y tiene un ritmo diferente, lo habitual es que sean capaces de girarse solos entre los 4 y los 7 meses desde la postura de boca abajo. Y que lo hagan también al revés entre antes de los 9 meses.

Si pasados los 7 meses tu bebé no es capaz de darse la vuelta estando boca abajo, puedes consultar con tu experto en pediatría en sus revisiones habituales, aunque no debes alarmarte si no hay otros indicios de un retraso en el desarrollo ya que, cuando existe un problema, suelen aparecer varias señales juntas. Si tu hijo ha alcanzado otros hitos normales a esta edad, pero lo único que no puede hacer es darse la vuelta, no te preocupes, aunque siempre es bueno consultar al pediatra.

Lo normal, si no hay otras señales de retraso ni problemas que puedan haber causado este frenazo en su desarrollo (problemas en el embarazo o el parto, infecciones, prematuridad, etc.), es que se deba a la falta de estimulación. Los bebés que se pasan mucho tiempo en el carrito o en una hamaca suelen tardar más en conseguir estos hitos de desarrollo motriz al no poder experimentar con su cuerpo de la misma manera que si lo colocas a menudo en una superficie plana y segura en la que pueda ir probándose a sí mismo. Por eso es conveniente que lo coloques, siempre que el niño quiera y no esté incómodo, en un suelo de goma eva o una superficie blanda, pero firme, en la que pueda practicar.

También debes tener en cuenta si es prematuro ya que en ese caso deberás tener en cuenta la edad corregida y no la de nacimiento.

 

Consejos para estimular su motricidad

Para ayudarle en su desarrollo motriz, puedes practicar con él ciertos juegos y actividades sencillas, siempre sin forzarle y respetando su ritmo natural de desarrollo:

1- Colócale a menudo boca abajo en una superficie plana, dura y segura para que pueda practicar y sus músculos ganen en fuerza.

2- Mientras está tumbado boca abajo, puedes sostener suavemente sus piernas y manipularlas para ayudarle a girar o hacerlo con sus bracitos colocándole primer de lado.

3- Coloca algún juguete atractivo fuera de su alcance, pero lo suficientemente cerca para que lo vea e intente girarse para cogerlo. Puedes incluso poner una almohada debajo de su pecho para que le sirva de palanca y le ayude a girar al estar un poco más elevado.

4- Túmbale sobre una manta o toalla y tira suavemente de un lado para que gire sobre sí mismo y aprenda ese nuevo movimiento.

5- Para fortalecer sus músculos, puedes colocarlo tumbado sobre su espalda y, agarrando sus manos, tirar suavemente de él hacia ti hasta colocarlo sentado. Con las menos agarradas y con cuidado, túmbalo de nuevo.

6- Llámalo desde el otro lado de la habitación para que intente girarse para encontrarte.