• Buscar

¿Por qué suspiran los bebes?

¿Por qué suspiran los bebes?

El suspiro es el gesto más utilizado para expresar, según el contexto, cuando alguien está enamorado, cansado, triste, decepcionado, derrotado, aburrido, nostálgico o incluso frustrado. Por eso es tan extraño observar a un bebé que suspira, pues resulta casi imposible que intente comunicarse de otra forma diferente al llanto ya que aún no ha aprendido a expresar sus emociones y mucho menos a tener conciencia de ellas. Esto confirma que, a pesar de que muchas veces el suspiro sea utilizado conscientemente para decir algo de forma no verbal, otras muchas sólo es un acto reflejo que funciona como respuesta automática a cuestiones psicológicas y fisiológicas.

Publicidad

Índice

 

Articulo relacionado: Los bebés y sus madres

¿Por qué suspiran los bebés?

Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Oslo, dirigido por Karl HaivorTeigen, cuando una persona ve suspirar a otra suele intuir connotaciones de sentimientos negativos. Curiosamente el significado cambia según la perspectiva ya que este estudio también demostró que cuando uno mismo suspira suele ser por un sentimiento de frustración, pero no de tristeza. Otro de los puntos clave es que según los investigadores es igual de frecuente suspirar en solitario que en presencia de otras personas, por lo que se descartó que el suspiro fuese una forma de comunicación. Más bien, se trataría de una especie de “botón de reinicio” mental, que nos permite tomar un segundo aire para intentar de nuevo un ejercicio o actividad que nos resulta difícil y cansada, o para sobreponernos a un estado emocional agotador.

A diferencia de los adultos, es difícil determinar por qué suspira un recién nacido, pero normalmente tiene consecuencias positivas: las inspiraciones profundas desempeñan un papel importante para ayudar a la función mecánica de los pulmones sanos. Los bebés, que aún están desarrollándose –su tejido pulmonar es relativamente rígido y la pared torácica es más flexible en comparación con los adultos–, necesitan activar su sistema respiratorio. Los suspiros son generados en dos pequeños racimos nerviosos del cerebro, los mismos que automatizan la respiración, el sueño y el ritmo cardíaco. Por tanto, al suspirar activamos los alvéolos en los pulmones, unos ‘pequeños saquitos’, que controlan el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre los pulmones y el sistema circulatorio. Al coger más aire de lo normal en una respiración común, le estamos dando a nuestro cuerpo una dosis extra de oxígeno, que puede necesitar por una sobrecarga de información o por una necesidad puntual en el caso de los bebés. También ayudan a abrir de nuevo las partes del pulmón, sobre todo las vías respiratorias muy pequeñas, o los alvéolos (que son propensos a derrumbarse). Por eso, si un bebé suspira puede ser porque necesite mantener los pulmones inflados para hacerlos más eficientes y posiblemente también para mejorar el intercambio de gases de óxido a dióxido.

Además, un suspiro no le provocará mucho gasto de energía ya que se necesita un impulso cerebral de tan solo 200 neuronas para realizar esta acción corporal. Es decir, un suspiro gasta el mínimo de actividad cerebral para ejecutarse.
 

¿Puede suponer un problema de salud?

Pero bajo el punto de vista clínico, las alteraciones del control de la respiración ocurren especialmente cuando sufren alguna enfermedad. Esto en ningún caso quiere decir que necesariamente tu hijo tenga una enfermedad ya que los bebés prematuros suelen tener una fase transitoria llamada respiración periódica en el cual hacen una pequeña pausa tras una respiración regular. El problema es que cuando estas pausas duran por un período anormalmente largo se denominan “apneas”. Estas pausas son especialmente largas y pueden resultar un peligro debido a la alteración del sistema regulador de la respiración. En el peor de los casos esto puede verse en enfermedades como el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Aunque, como decíamos, estos son casos puntuales ajenos a los suspiros, que no son determinantes. No obstante, si crees que más que ‘suspirar’ tu bebé sufre interrupciones largas de la respiración, acude a su pediatra.

Suspirar en sí es positivo, ya que puede jugar un papel crucial en el restablecimiento de mecanismos para el sistema de retroalimentación negativa responsable de control de la respiración, ya que el mismo suspiro presenta un aumento significativo en la variabilidad de la frecuencia respiratoria y el volumen de oxígeno necesario. Por lo que si tu bebé suspira de vez en cuando porque sí, probablemente sea normal y sea un indicativo de que está creciendo correctamente.

En cuanto al por qué los bebés suspiran, continúa siendo un misterio. Unas veces lo harán porque quizá no puedan obtener el suficiente oxígeno, por ejemplo, cuando están semisentados respiran peor – el oxígeno casi siempre circulará mejor si están tumbados–. Pero otras será simplemente que sus millones de alvéolos necesitan oxígeno extra para no colapsar, y su cerebro le mandará una señal al cuerpo para que genere un suspiro –que es esencialmente una segunda inspiración en un pulmón que ya está lleno de aire– y les entregue esa dosis más de aire. O simplemente, para entrenar y aumentar el volumen de sus pequeños pulmones.

Articulo relacionado: Odiar a los bebés y a los niños

Sea como sea, suspirar no sólo es un acto comunicativo que indica tristeza o cansancio, el suspiro es un reflejo que ocurre varias veces por hora y que es necesario para la respiración humana. Tanto es así que se estima que tu cuerpo suspira cada cinco minutos aunque tú no seas consciente. De hecho, los suspiros son tan importantes que hasta existen máquinas que imitan esta acción del cuerpo para ayudar a las personas que no son capaces de respirar por sus propios medios.

 

 


Fuentes:

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.

Mahé, Véronique (2008), Los 100 primeros días del bebé, Barcelona, Robin Book.

Fecha de actualización: 05-10-2021

Redacción: María Segura

Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×