¿Por qué mi bebé tiene granitos?

Indice

• ¿Por qué mi bebé tiene granitos?
• ¿Cuál es el tratamiento para la miliaria en niños?

 

¿Por qué mi bebé tiene granitos?

En cuanto nos convertimos en mamás y podemos cargar a nuestro bebé en nuestros brazos vamos a querer protegerlo en todo momento por el resto de su vida, lo cual es totalmente normal y por ello es bueno saber cuándo algo realmente le está haciendo daño o no.

Tu bebé es muy delicado al nacer y lo va a ser durante mucho tiempo, por lo que dependerá totalmente de ti en todos sus cuidados y necesita de toda tu atención para poder tener un desarrollo óptimo, puesto que en caso de haber alguna complicación el niño sólo va a poder llorar para avisarte de que algo le ocurre.

Por eso debes estar pendiente de todo lo que ocurre con el pequeño, ya que debes atenderlo pronto y llevarlo al médico cuando sea necesario.

Cuando no sepas qué es lo que está pasando con tu bebé es bueno que consultes algún blog para papás, ya que no siempre vas a atinarle a lo que está ocurriendo, pero recuerda que el médico es el más indicado para decírtelo.

Como decíamos anteriormente, el cuerpo de tu bebé es inmaduro en muchos aspectos, pues apenas se está acostumbrando a sus distintas funciones.

La piel del bebé también forma parte de este proceso ya que, aunque sea muy suave, también es muy delicada, por lo que es probable que ciertas secreciones naturales como el sudor lleguen a tapar los poros de la misma, ya que todavía no puede transpirar adecuadamente.

La sudamina, también conocida como miliaria, es una alteración en la piel que se aprecia como granitos de color blanco, pero esta no es dañina en ningún aspecto para el bebé por lo que debes ser paciente y evitar que tu hijo se encuentre cerca de los factores que la pueden provocar o mantener activa.

 

¿Cuál es el tratamiento para la miliaria en niños?

No hay un tratamiento como tal para la miliaria en niños, ya que esta suele desaparecer con el tiempo y al evitar que haya contacto con el factor que la haya causado.

Lo que sí puedes hacer para que a tu bebé no le dé sudamina es lo siguiente:

- No cambies a tu bebé de un ambiente seco a uno húmedo de manera brusca

- No utilices soluciones dermatológicas como crema o talco

- Dale un baño fresco al bebé cuando los granitos disminuyan

- Utiliza un jabón neutro para lavar la piel del bebé

- Lava con delicadeza la piel de tu hijo

- Viste al bebé con la ropa adecuada según el clima, pero siempre evita que sude gracias a esta
 

Otras causas de granitos en los bebés

Además de la miliaria, los granitos pueden aparecer en la piel de un recién nacido por otros motivos:

- Acné neonatal o neonatorum: suele aparecer en la segunda semana de vida del neonato. Son granitos rojos con una cabecita blanca que suelen aparecer en las mejillas. No duelen ni causan prurito y aparecen por las hormonas transmitidas por la madre a través del cordón umbilical durante el embarazo. Normalmente desaparecen solos, al cabo de unas semanas, cuando desciendan los niveles hormonales, sin necesidad de tratamiento. No los explotes, basta con lavar la cara con agua y jabón neutro.

- Acné del lactante: aparecen más tarde, hacia el tercer mes de vida del niño, y pueden durar hasta los 18 meses. Los granitos pueden ser rojizos, negros y blancos, como el acné de los adolescentes. Salen aparecer casi siempre en las mejillas. La causa no está clara, parece estar la genética detrás de ellos. Si la inflamación es grande se pueden recetar cremas con  peróxido de benzoilo, que reducen las bacterias, o eritromicina, antibióticos que reducen la inflamación. Y, solo en los casos muy graves, antibióticos orales.

- Eritema tóxico del bebé: a pesar del nombre, es una erupción cutánea benigna parecida a picaduras de algún insecto. Son pequeños granitos rojos rodeados de rojeces muy numerosos que aparecen nada más nacer y desaparecen en torno a los 10 días. Suelen aparecer por todo el cuerpo menos en las manos. N necesitan ningún tratamiento específico, solamente mucha hidratación.

En cualquier caso, aunque la mayoría son benignos y desaparecen solos, es conveniente que consultes a su profesional de pediatría por si en algún caso se trata de una erupción o exantema causado por una enfermedad infecciosa que necesita ser tratada o revisada, como varicela, sarampión, escarlatina, etc. En estos casos habría además otros síntomas como fiebre alta, dolor de garganta, malestar general...