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Cómo cuidar a un bebé sietemesino

Cómo cuidar a un bebé sietemesino

Los partos prematuros son los partos que se producen entre las semanas 21 y 37 de gestación. Este nacimiento prematuro puede causar serios problemas de salud al bebé, o incluso su muerte, sobre todo si el nacimiento se produce muy temprano.

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Problemas en sietemesinos

Por norma general, cuanto más maduro sea el bebé en el momento del nacimiento, más probabilidades hay de que sobreviva y menos de que tenga problemas de salud, pues permanecerá más tiempo en el útero lo que hará que logre desarrollarse mejor y obtener mayores defensas. Así, los bebés nacidos a los siete meses tienen mayores posibilidades de sobrevivir que los que estuvieron seis meses en el vientre materno.

La única cosa que está clara, por tanto, es que la mejor incubadora para el bebé es el útero materno, un medio cálido que le permite desarrollarse y mantenerse protegido de agresiones externas durante nueve meses. Además, sabemos que el bebé experimenta su mayor crecimiento en las últimas ocho semanas, ya que en las primeras 32 adquiere solamente un tercio del peso total.

El bebé sietemesino es el que nace alrededor de las 28 o 30 semanas. Es en este caso cuando se hace indispensable mantener al pequeño en la incubadora y en terapia intensiva, donde se le proporcionarán los tratamientos y cuidados especiales para que maduren todos sus sistemas, en especial los pulmones, pues estos son los órganos más afectados, dado que para que dichos órganos puedan funcionar de manera correcta y realizar el intercambio de oxígeno hacia los tejidos se requiere de surfactante, una sustancia básica para llenar los pulmones de aire ambiental. Sin embargo, el bebé prematuro no posee una cantidad suficiente de esta sustancia, por lo que se le tiene que administrar de forma artificial y dar soporte respiratorio con aparatos.

Además, debemos tener en cuenta que el aspecto físico del bebé sietemesino es muy característico. Estos bebés presentan la cabeza grande, tienen la piel muy fina y brillante que deja ver las venas y arterias superficiales, la masa muscular es pobre y las palmas de las manos y las plantas de los pies se encuentran enrojecidas y con pocos surcos. En cuanto a los niños, sus testículos no han descendido al escroto y los labios mayores no cubren a los menores en el caso de las niñas.

También muestran graves problemas para adaptarse al medio extrauterino debido a la inmadurez y al bajo peso. Ambas condiciones representan gran riesgo y susceptibilidad de padecer algunas enfermedades en los sistemas respiratorio, nervioso, digestivo, renal e inmunológico. Además, manifiestan dificultad para controlar su temperatura corporal y la ictericia (coloración amarillenta de la piel y las mucosas producida por el aumento de la bilirrubina en la sangre), y su curva de ascenso de peso es más lenta que la de los bebés nacidos a término completo (entre la 39 y la 40 semana).


Nos vamos a casa, y ahora ¿qué?

Una vez estéis en vuestro hogar tenéis que ser conscientes de que el bebé va a requerir una mayor atención por el simple hecho de ser prematuro y existen algunos cuidados completamente necesarios para que crezcan sanos y fuertes.

En cuanto a la temperatura en la habitación del bebé, esta debe estar comprendida entre los 20 y los 24º C. Por eso si el radiador está en funcionamiento será necesario humidificar el aire. Además, hay que tener cuidado con las corrientes y las ventanas abiertas. Si hace frío hay que cubrir sus pequeños pies con algo de ropa y es necesario un gorrito para dormir durante las primeras semanas. También es bastante recomendable colocar la pequeña cuna lejos de rendijas de donde puede salir el aire. 

A la hora de salir a la calle (aunque solamente en las primeras semanas) será necesaria cierta cautela cuando el bebé tenga que afrontar el paso del ambiente del hospital al de fuera. Previo a esto hay que asegurarse de que el niño está bien y de que crece adecuadamente, algo que confirmará el médico, quien además será el que dé la autorización para salir con el bebé. Recordemos que la piel de los bebés prematuros no está lista nada más nacer para hacer frente al medioambiente, pues esta es muy delicada. La superficie corporal del bebé es superior a su propio peso, lo que dificulta el mantenimiento del calor del cuerpo.

Además, al principio no es aconsejable bañarle todos los días porque su piel, como decimos, es fina y delicada. Por tanto, el baño se limita a una o dos veces a la semana y el resto de los días será suficiente si se le pasa un pañito suave y húmedo por las zonas donde puedan encontrarse restos de leche o suciedad.

A las visitas también hay que prestarles atención pues se debe evitar que tanto familiares como amigos se amontonen alrededor del niño. Si sucediese lo contrario, el bebé estaría expuesto a posibles contagios. De ahí que sea importante tomar las precauciones necesarias si un familiar está resfriado o tiene gripe para evitar contagios. Además, si la madre está enferma se aconseja utilizar una mascarilla cuando da el pecho o tiene al bebé cogido en brazos.

Finalmente, tanto la vacunación como la nutrición son conceptos fundamentales que tratar cuando nos referimos a los bebés prematuros. En cuanto a vacunación, será el pediatra la persona encargada de evaluar las vacunas que el pequeño necesita y cuándo se deben administrar. Por otro lado, en cuanto a nutrición se debe prestar mucha más atención. Los bebés prematuros (sietemesinos) precisan un adecuado aporte nutricional.

A pesar de que la leche materna es preferible, si esta es escasa puede completarse con leches de fórmula específicas. Quizás la alimentación del bebé prematuro supone el trabajo más duro tanto para la mamá como para el bebé, ya que este se cansa más fácilmente de succionar. Por eso la mejor manera de actuar según los pediatras es estableciendo unos horarios fijos para las comidas.

Y, sin duda, uno de los cuidados más importantes son las revisiones y controles. Los bebés prematuros tienen un sistema inmunológico más frágil de lo habitual, por lo que los controles médicos frecuentes son completamente necesarios. Dependiendo de la semana del nacimiento del bebé el pediatra indicará el calendario para seguir dichos controles rutinarios. 


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El calendario materno incluye los meses del bebé así como la fecha probable de nacimiento del bebé, que se calcula sumando 280 días al primer día de la última regla de la mujer.

Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 04-10-2021

Redacción: Ana Ruiz

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