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¿Cómo saber si mi bebé come bien?

¿Cómo saber si mi bebé come bien?

A menudo los papás y las mamás dudan sobre si la alimentación de sus hijos es la adecuada o no. Para muchos pediatras, además, esta es considerada como una de las consultas más frecuentes. 

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Dudas sobre la alimentación del bebé

¿Está mi hijo comiendo bien? ¿Se estará alimentando lo suficiente? ¿Come muy poco o demasiado para su edad? Sin duda, todas estas preguntas son muy comunes entre los papás y las mamás primerizos, aunque también para aquellos que ya lo fueron y todavía dudan por mucha experiencia que ya tengan del pasado, pues, como decimos siempre, cada niño es diferente y es imposible establecer unas mismas pautas exactamente iguales para todos.

Los pechos de la madre producen la cantidad de leche que el bebé necesita y es por este motivo por el que el volumen de leche aumenta o disminuye según la necesidad del bebé ya que cuando succiona de forma eficaz y logra vaciar toda la leche del pecho de su mamá, esta rápidamente se genera ya para la siguiente toma. Es cierto que nunca se va a vaciar del todo, pero la madre sí va a poder notar la sensación de plenitud al iniciar la toma y el pecho blando al final.

Es bastante más común de lo que creemos que los bebés no se alimenten lo suficiente y, si esto sucede, es decir, si el bebé no lo logra, la mamá deberá extraer la leche de forma manual o con un extractor de leche materna. No obstante, debemos saber que algunas madres optan, por ejemplo, por ofrecer a su bebé un biberón con leche de fórmula después de un amamantamiento insuficiente si su bebé está irritado debido a que no puede obtener la leche que desea. Cuando el bebé comienza a recibir leche de fórmula, se va acostumbrando a hacer tomas más cortas, el intervalo entre cada toma se alarga reflejando que el bebé está satisfecho, cuando en realidad lo que sucede es que la leche de fórmula tarda algo más en digerirse que la leche materna.


¿Cómo identifico que la producción de leche es insuficiente?

Por suerte, existen algunas señales que indican a las mamás que la producción de leche es insuficiente:

- El bebé está intranquilo después de haber sido amamantado.

- Llora cuando la mamá le retira del pecho porque desea mamar constantemente.

- Cuando se amamanta lo hace en tomas muy largas y frecuentemente.

No obstante, una de las mejores señales que indican que la producción de leche es baja es cuando el bebé no aumenta de peso de forma adecuada, aunque si está dentro de los parámetros correctos de peso es necesario descartar la baja producción y buscar otras causas que lo justifiquen.


Toma biberón, pero ¿con qué frecuencia debe hacerlo?

Es bastante habitual que todas las mamás estén pendientes del reloj porque se preocupan constantemente por la frecuencia en que su bebé debe tomar el biberón. Sin embargo, no hay de qué preocuparse. No hay que fijar ninguna hora determinada, pero tampoco establecer que deberá tomarlo cada dos o tres horas como esa costumbre tan antigua de nuestras abuelas.

La realidad es que la lactancia artificial se da a demanda igual que la leche materna, es decir, que el bebé pide en el momento exacto en que lo desea porque al igual que los adultos, ellos no tienen tampoco hambre con la misma frecuencia ni a la misma hora. Lo ideal, por tanto, es ofrecer al bebé su biberón cuando este dé señales de hambre, pero retirárselo en cuanto manifieste rechazo. Si se observa al bebé cada día, la mamá puede darse cuenta a medida que va pasando el tiempo de que no siempre toma la misma cantidad ni tampoco lo hace con la misma frecuencia y que, por supuesto, no pasa nada.


A veces no lo toma entero ¿qué hago?

Por norma general, los pediatras suelen recomendar una determinada cantidad de leche atendiendo a la edad del bebé, pero no por ello se debe pensar que es justamente la cantidad que vuestro bebé debe tomar siempre. La cantidad que se fija es aproximada, está calculada solamente para que ningún bebé pueda quedarse con hambre, pero tampoco le sobre la mitad de la toma. Sin embargo, como decimos, siempre será “a demanda”, es decir, que ellos eligen tanto la cantidad como el ritmo de las tomas.

En este punto es, por tanto, fundamental ser pacientes sin forzar nunca al bebé para que tome más o “lo recomendado exactamente por el pediatra” y esperar a que sea el pequeño quien establezca por sí mismo sus propias rutinas sin forzarle.


¿Cuándo empezar con la alimentación complementaria a la leche?

Alrededor de los seis meses aproximadamente. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, la alimentación complementaria debería comenzar a los seis meses, aunque siempre como complemento, en este caso, de la leche materna que debe alargarse hasta los dos años. Sin embargo, habrá niños que empiecen antes de cumplir los seis meses, aunque siempre como mínimo tener cuatro cumplidos para evitar posibles intolerancias, o bien, comenzar con la alimentación complementaria un poco más tarde por un motivo u otro. Y no, no pasa nada, pues lo más recomendable, además, es irse adaptando a la maduración del bebé, que debería ser capaz de sostenerse sentado casi sin ayuda para comenzar a alimentarse con cuchara, y también aprender a abrir la boca sin empujar los alimentos hacia fuera.


¿Es importante el orden?

A pesar de que el orden da igual, lo que sí es importante es empezar poco a poco para ir comprobando que los alimentos le están sentando bien. Se puede, por ejemplo, ir introduciendo uno o dos alimentos nuevos cada semana. Lo ideal es empezar a ofrecerle con la punta de la cuchara un poco de la comida que los papás y las mamás estén comiendo. De esta manera, el bebé se va acostumbrando y, además, de forma progresiva se va aumentando la variedad de los alimentos. Más verduras, legumbres, cereales, carnes, frutas, pescado o huevo, que van complementando a la leche y que durante el primer año resultan esenciales.


¿Cómo saber si está preparado para un nuevo método de alimentación?

El Baby Led Weaning (o BLW) es el método de alimentación complementaria a demanda. Una manera de introducir los alimentos sólidos en el menú del lactante dejando que sea él solo quien se inicie y experimente con la comida.

Articulo relacionado: Mi bebé no aumenta de peso

De esta manera, el bebé empezará a comer de forma autónoma decidiendo él mismo cuándo y cuánto comer, sin necesidad de hacerlo mediante purés o papillas ni tampoco con cantidades exactas. El niño aprende entonces a masticar la comida sólida antes que a tragarla, comiendo lo mismo que los adultos, sentándose con su familia y usando sus propias manos primero y los cubiertos más tarde.


¿Cómo sabemos si está preparado?

El bebé estará listo para comenzar a alimentarse gracias a este nuevo método si:

- Ya es capaz de sentarse solo de manera erguida

- Hace pinza con la mano y coge cosas

- Muestra interés por la comida del resto de la familia

- Ha superado el reflejo de extrusión

- Se lleva cosas a la boca

Y recuerda, ante todo, ¡mucha paciencia!
 

 


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Algunos padres se preguntan si la "cantidad de leche según el peso del bebé" es una buena manera para saber cuánta suministrar. Y la respuesta es que no. En todos los casos el bebé debe alimentarse a demanda ya que él mismo regulará sus necesidades.

Fuente:

Blog EnFamilia de la AEP: https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/alimentacion-durante-primer-ano-vida

Fecha de actualización: 25-01-2021

Redacción: Ana Ruiz

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