Alimentación saludable para niños según Julio Basulto

Indice

• No te obsesiones con la alimentación de tu hijo
• Alimentación por etapas
• ¿Por qué no come?

 

No te obsesiones con la alimentación de tu hijo

La alimentación es muy importante para el desarrollo y crecimiento de un hijo, por supuesto, pero no hay que obsesionarse con ella ya que hay otras cosas más importantes para lograr su felicidad y su buen desarrollo.

1- Seguridad: los accidentes son la primera causa de mortalidad infantil. Por eso, es esencial tener cuidado con las ventanas, escaleras, usar los sistemas de retención infantil correctamente…

2- Vacunas: al contrario de lo que algunos erróneamente piensan, las vacunas salvan vidas, no causan muertes, por lo que es importantísimo seguir el calendario vacunal.

3- Calidez en el hogar: en un hogar en el que hay calidez y amor, además, los niños comen mejor.

Por lo tanto, ¿cuál es la labor de los padres? Tenemos que conseguir que les apetezca comer bien, que quieran comer bien, no obligarles a ello.

Alimentación por etapas

1- 0 a 6 meses: Priorizar la lactancia materna. En esta etapa se debe dar el pecho a demanda y en exclusiva día y noche.

A demanda día y noche significa cuándo él quiera, lo cual es cierto que puede resultar un poco duro si es tragón pero el bebé es “como un invitado que viene a casa y hay que tratarlo como tal”.

En exclusiva, que no hay que ofrecerle nada más, ni cereales ni fruta ni nada.

2 - A partir de 6 meses: Es un error hablar de la introducción de la alimentación complementaria ya que la alimentación no se introduce, se ofrece.

¿Cuándo? En torno a los 6 meses, pero hay que saber escuchar y observar a nuestro hijo para saber si está preparado o no para empezar. Si se está erguido, coge cosas con la mano, muestra interés, etc.

Su alimentación básica seguirá siendo le lactancia (materna o de fórmula), pero hay que irle ofreciendo diferentes alimentos para que los prueba, los chupe, los toque, etc.

Los bebés tienen que aprender a comer y aprender a decidir qué quieren para tener sus propios gustos y preferencias, no debemos obligarles a comer nada.

Eso sí, siempre les ofreceremos alimentos sanos y les daremos ejemplo con nuestra propia alimentación.

Además, a partir de los 12 meses se le puede empezar a dar leche de vaca, no hacen falta las leches de crecimiento.

En cuanto al orden de incorporación de los alimentos, no hay un criterio único establecido ni razones ni guías serias… Depende un poco del país y la zona. Por lo tanto, la clave a partir de los 6 meses es empezar a ofrecerle comida. Lo único que sí se recomienda es introducir los alimentos alergénicos de uno en uno por si acaso.

Basulto, además, no tiene claro que las frutas o las verduras sean tan beneficiosas a corto plazo más allá de que las personas que las consumen suele ser personas diferentes: menos sedentarias, no fuman, no bebe… Es decir, el consumo de frutas y verduras suele ir ligado a una serie de hábitos de vida saludables.

Pero lo que sí está claro son sus beneficios a largo plazo por lo que hay que conseguir que las coman no solo un día, sino que les apetezca comerlas siempre para asegurar su salud futura.

¿Cómo conseguir que coman frutas, verduras, pescado..?

1- Ofreciéndoselas

2- Dándoles ejemplo

3- No siendo pesados ni diciéndoles a todas horas lo que tienen que comer i lo bueno que es algo ya que probablemente se conseguirá lo contrario

Asimismo, es más importante que no coma alimentos superfluos, como bollos, postres lácteos, bebidas azucaradas, etc. a que coma frutas, verduras o legumbres.

Por lo tanto, en casa debemos tener todos aquellos alimentos sanos que queremos que coman y evitar los insanos. Si no tienen otra cosa que comer, lo comerán.

Por otra parte, se aconseja seguir la alimentación dirigida por el bebé o Baby Led Weaning (BLW) y no alimentarle con cuchara ya que de esa forma no aprende. Si es el niño el que controla su comida, aprende más pronto a comer sólidos. Así lo recomienda también la EFSA (European Food Safety Authority), que los alimentos sean “finger foods”, es decir, que se puedan coger con los dedos.

Y es que muchos niños tienen que sufrir tres destetes:

1º en torno a los 2 meses al pasar del pecho al biberón.

2º en torno a los 6 meses al pasar del biberón a los purés.

3º hacia los 2 años al dejar los purés y empezar a comer sólidos.

¿Qué pasa con el riesgo de ahogamiento?

A muchos padres les da miedo el BLW por miedo a que el niño se ahogue con un trozo de comida. Lo primero hay que distinguir entre ahogamiento y atragantamiento. Cuando un niño se atraganta, tose y expulsa él solo el trozo, sin que pase nada grave. Si un niño se ahoga, sus vías respiratorias se obstruyen, no puede respirar y empieza a ponerse azul.

Ante el primer caso, solo hay que estar atento y vigilante y no dejarle comiendo solo nunca.

Si se ahoga, hay que iniciar una serie de maniobras a la vez que se llama a Urgencias. Lo primero es colocar al niño boca abajo, con la tripa sobre nuestro brazo derecho (o izquierdo si somos zurdos), ligeramente inclinado hacia abajo, con el culete más alto que la cabeza, y darle 5 golpes entre los omoplatos. Si se le pasa, perfecto, si no, hacer lo mismo pero con el niño boca arriba, dándole en el medio del pecho.

Probar varias veces cambiando de lado y, si no se logra nada, meter la mano para intentar extraer el trozo de comida.

3- A partir de los 2 años: Una dieta saludable a esta edad tiene que ser igual que la de un adulto que coma sano, pero no igual en cantidad, hay que respetar las porciones.

Asimismo, los alimentos de origen vegetal tienen que ser la base: integrales, frutas, hortalizas, legumbres… Como dice en su libro, “Más vegetales y menos animales”. Una dieta sana tiene que tener nada o casi nada de carnes procesadas y alimentos superfluos.

Entre estos alimentos que debemos evitar, y que por lo tanto no debemos tener en casa, están los que forman parte de la “Lista de Basulto” (en su libro Se me hace bola):

“Anillas fritas de maíz, aperitivos fritos con sabor a queso, barquillos, barritas de chocolate tipo Kinder, batido de cacao, batido de fresa ecológico, donuts de azúcar o chocolate, bizcocho, bloque helado de sabores, bollos, cacahuetes tostados y grajeados con chocolate (para que nos entendamos, Conguitos), cañas rellenas, caramelos de miel, cereales de desayuno, chocolate, conos fritos, conos helados, copa de chocolate y nata, cortezas de cerdo, cortezas de trigo, crema catalana, crema de cacao con avellana, cruasán normal, delicias de fruta, dulce de leche, ensaimada, flan de huevo, flan de vainilla, galletas, galletitas saladas, ganchitos, gelatina azucarada, gofres, gominolas, grageas de chocolate, hojaldres, horchata, lazos, leche condensada, magdalena, mermelada, morro frito, mousse, naranja helada, nata montada, natilla, ositos de goma, palmeritas, palomitas, pastas de té, patatas chips, pestiños, piruletas, polvorones, postres cremosos, refrescos azucarados o edulcorados, regaliz, roscos, ruedas de patatas, sobaos, surtido integral, tarta, té helado, tocino de cielo, tortas de aceite, yogur griego, zumo con fibra dietética y antioxidante, zumos en general”.

 

¿Por qué no come?

Básicamente, y en términos generales, los niños no comen porque no tienen hambre. Si se comparan los rangos medios de necesidades calóricas de los niños en diferentes edades, se considera normal, por ejemplo, que un niño de 1 mes coma de 300 a 700 calorías al día… Una diferencia tremenda, lo que demuestra que puede ser normal que coma poco o mucho, según lo que necesite.

También hay que tener en cuenta que, si damos al niño muchas calorías vacías en el desayuno o la comida de media mañana, a la hora de comer no tendrá hambre, y menos aún si le ofrecemos alimentos más sanos pero menos atractivos. Lo mismo pasa con la cena.

Por lo tanto, hay que tener paciencia, respeto y darle ejemplo. Nunca obligarle ni forzarle para conseguir que aprenda a comer. Y dejar de darle alimentos insanos.

Fuente: Julio Basulto en las I jornadas Educarnos para Educar.