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"La crianza respetuosa es una forma de vida. Es, ante todo, amor, empatía, respeto y coherencia"

Louma Sader Bujana es autora de múltiples bestsellers, entre ellos Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, y Happy Agenda, así como creadora de diversos cursos pioneros sobre maternidad, organización, emprendimiento y mindset, que devuelven el bienestar y la fluidez a la relación madre-hijo a la vez que acompañan a las madres en su desarrollo personal y profesional. Fundadora de Amor Maternal, y de la Academia de la Crianza Respetuosa, nos habla de qué significa este término y de cómo criar a nuestros hijos de esta manera. 

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TodoPapás: ¿Cómo nació Amor Maternal?


Louma Sader: Cuando era niña, recuerdo que más de una vez me regañaron por hablar en clase. Cuando volvía a casa, mi madre siempre me preguntaba qué hacía hablando si la maestra nos había explicado que no debíamos hacerlo, y yo siempre respondía con la verdad: que el niño o niña de al lado me había preguntado algo que no entendía y yo se lo estaba explicando. Esto continuó hasta la universidad, incluso una vez un profesor no muy simpático me regañó por ello a través de su micrófono, delante de 150 alumnos... Supongo que desde siempre he tenido ganas de enseñar o de ayudar a los demás en los temas que me apasionan, comprendo y domino en cierta medida.


Durante mis últimos años en la universidad comencé a dar clases de inglés como segundo idioma a jóvenes adultos, básicamente le daba clase a gente de mi edad o un poco mayores. Me encanta el rapport con el alumno, sobre todo cuando no se trata de una clase magistral, sino más bien de compartir experiencias, de aprender jugando, conversando, en un ambiente relajado... Disfruté mucho de esta etapa en la que por las mañanas iba con mi uniforme quirúrgico a atender mis últimos pacientes en la universidad, a ser evaluada por mis profesores, y luego del almuerzo me cambiaba y me iba con falda y tacones a ser profesora y a pasar un buen rato enseñando inglés. Guardo muy buenos recuerdos y amigos de esa etapa de mi vida. 


Desde que soy mamá, y voy igualmente leyendo ávidamente, tanto material con base científica, como aprendiendo de otras mamás en base a sus experiencias, tengo de nuevo ganas de compartir lo que voy aprendiendo. Poco después de que naciera mi hijo, una de mis primas quedó embarazada, y luego otra y sentí la necesidad de enviarles una carta contándoles todas nuestras experiencias, mis lecturas, las opciones para cada situación (por ejemplo, los tipos de parto), sus características, pros, contras y cómo y por qué me había decidido a hacer las cosas de las maneras en las que las hicimos al final.


Al poco tiempo, una amiga me contó que estaba embarazada y le envié el mismo e-mail que le mandé a mis primas, agregando algunas cosas nuevas que he aprendido en el resto del trayecto y me comentó que mi mail la había inspirado :) ¡Inspirar! me encantó esa palabra, me hizo sentir tan bien. Me dieron muchas ganas de hacer mi propio rinconcito en la web para ir escribiendo sobre las cosas que aprendo como mujer y como mamá, a ver si le sirven a alguien, como me han servido a mí tantas cosas que han escrito otras madres en internet, y que de cierta forma han contribuido en hacerme quien soy hoy.


Amor Maternal tuvo una excelente acogida desde el principio, y allí nacieron varios libros: una participación en Una Nueva Maternidad (ObStare, 2011) junto a 14 maravillosas mujeres; el primer libro sobre maternidad escrito desde dentro, desde la voz de las madre, y posteriormente Reflexiones Sobre Crianza Respetuosa, que alcanzó el puesto de bestseller número 1 desde el día de su lanzamiento.


TPP: ¿Cómo llega una Licenciada en Odontología a este campo?


LS: Durante mi embarazo estaba homologando mi título de odontólogo para poder trabajar en España y necesitaba -como profesional de la salud- sentir que estaba lo suficientemente documentada desde el punto de vista científico para poner mi mente en paz y parir sin nervios, sin miedos, confiando en mi cuerpo. Era una manera de aquietar la mente, de alcanzar la paz. Recordé lo perfecta que es la naturaleza, lo sabio que es el cuerpo y quise compartir lo que había aprendido con otras madres.


Al terminar mi baja maternal, me apetecía seguir junto a mi bebé, criarlo yo, consolarlo yo, seguirle dando el pecho, y decidí reinventarme: tomé cursos de blogging, diseño, y otros temas que me ayudaron a crear Amor Maternal. Escribí y trabajé tras el telón incansablemente durante meses, y justo el día de mi cumpleaños, decidí abrir mi web al público.


El recibimiento fue increíble, y eso me animó a continuar escribiendo, con mi niño dormido en brazos, o sentado en mi regazo.


Me di cuenta en poco tiempo que los dos temas que más preocupaban a mis lectoras eran las rabietas y la gestión del tiempo, por eso continué profundizando en estas dos áreas, en las que yo misma me las vi negra y de las cuales me contenta poder decir que salí airosa, y comparto mis aprendizajes para asistir a otras madres en su camino.


TPP: ¿Qué es para ti la Crianza Respetuosa?


LS: La crianza respetuosa es una forma de vida -no es un método ni una doctrina. Es, ante todo, amor, empatía, respeto, coherencia, y un aprendizaje continuo. Criar de manera respetuosa implica amor, por nuestros hijos, por nosotros mismos, y gracias a ese amor, nos planteamos ell reto de hacerlo cada día mejor, sin castigarnos, sin machacarnos, sin reprocharnos por cosas que pueden escapar de nuestras manos.


La crianza respetuosa implica ser coherentes, respetar en general, no sólo a nuestros hijos, sino también nuestras propias necesidades básicas -y una de las que las madres más a menudo dejamos insatisfechas es la del cuidado propio.


Al fin y al cabo, si tu familia es un árbol del cual la madre es el tronco, y el tronco se desmorona de cansancio, estrés, fatiga, falta de sueño y empieza a enfermarse, ¿qué pasa con las ramas, y los pajaritos que se posan en ellas?


TPP: ¿No crees que la mayoría de padres busca una crianza respetuosa? ¿De qué manera no se cumplen las características de este tipo de crianza al educar a nuestros hijos?


LS: Por supuesto, todos buscamos lo mejor para nuestros hijos. Estoy segura de que ninguna mamá hace o dice algo a un hijo con la intención de faltarle al respeto, ni de hacerle daño.


Lo que pasa es que se nos escapan cosas, repetimos patrones y actitudes tóxicas -aunque bienintencionadas- que tuvieron con nosotros nuestros padres, y a su vez, nuestros abuelos con ellos, quizás por falta de recursos, o de información, o por no detenernos a analizar las consecuencias de lo que hacemos, por haber normalizado esas palabras o acciones. Y ese es el detalle, aunque no tengamos la intención, el etiquetar a un hijo, el castigarlo, el pegarle, el gritarle, el amenazarlo... tiene consecuencias a corto, mediano y largo plazo, tal y como demuestran numerosos estudios.


Es interesante preguntarnos, cuando nos dirigimos a nuestros hijos, si hablaríamos así con ellos cuando sean adultos, con ese mismo tono y lenguaje gestual, o con el banquero, o una profesora de la universidad. Eso nos ayuda a poner las cosas en perspectiva, y muchas veces nos llevamos una sorpresa.


No son pequeños adultos, la responsabilidad la tenemos nosotros, tanto para dar el ejemplo, como para enseñarles a tomar decisiones acertadas. ¿Qué le enseñamos a un hijo cuando nos ponemos a gritar ante una situación de estrés, o le pegamos porque perdimos la paciencia?


TPP: ¿Es más complicado ser padre o madre hoy en día? ¿A qué retos se enfrenta los papás y mamás actuales?


LS: No lo sé, porque sólo tengo un hijo, je,je. No puedo comparar en carne propia, sólo puedo decir las diferencias que observo, y por ejemplo, ahora con internet, y los teléfonos inteligentes, tablets, etc. tenemos una herramienta para estar bien documentados como padres, desde fuentes fiables, por supuesto, para buscar apoyo en redes sociales, tejer redes con padres que crían con nuestra misma filosofía y, a la vez, están hiperconectados los niños. Y hay nuevos peligros para ellos que no existían cuando éramos niños, como el acoso online, el sexting entre adolescentes, el acceso prematuro a material pornográfico de toda índole, entre otros.


Creo que, como todo en la vida, tiene su lado positivo y el negativo también. Simplemente hay que saber gestionarlo.

Antiguamente las familias eran más grandes, criábamos en tribus y ahora vivimos en ciudades en familias mononucleares lo cual nos resta apoyo, perspectiva y también compañía. Son nuevos retos, pero también tenemos nuevas herramientas. Antes, si en tu familia a todos los niños les gritaban o pegaban “por su propio bien”, pues simplemente perpetuabas el patrón, probablemente sin cuestionártelo, pero ahora es más fácil toparte con estudios científicos que demuestran que el castigo físico hace daño…

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TPP: ¿Cómo conseguir tiempo libre si eres mamá?


LS: Ese es un punto muy importante. La mayoría de las madres estamos en un estado permanente de agotamiento, y la consecuencia de eso es que tenemos menos paciencia con nuestros hijos, nos cuesta más ser amables y comprenderlos -y como digo siempre-: tu hijo es tu mejor espejo, o lo que es lo mismo, “La Ley de Murphy de las Madres”, que nunca falla, y seguro has vivido en carne propia; mientras más estresada estés tú, más irritables y menos colaboradores estarán tus hijos, simplemente porque reflejan, y no saben cómo manejar el estrés que tienes tú.


Entonces, ¿cuál es la solución? Pues primero que nada, darte cuenta de que no puedes servir cuando tienes tu jarra vacía, y es ahí donde entra el auto cuidado, aunque la mayoría de las madres, cuando hacemos algo por nosotras mismas, nos sentimos terriblemente culpables, y no debería ser así -estamos dando el buen ejemplo a nuestros hijos. Ellos imitan más lo que hacemos que lo que decimos. ¿Cómo quieres que tu hijo sepa cuidarse si no te cuidas tú y él observa que no te cuidas…?


TPP: ¿Son pocas las mamás que realmente pueden decir que disfrutan de tiempo libre?


LS: Casi todas las madres, indistintamente de que tengan ayuda o no, estén casadas o solteras, trabajen en casa o no, nos vamos dejando de lado hasta llegar a niveles de cansancio y sacrificio que ya nos hacen daño. Tenemos que aprender a gestionar bien nuestro tiempo, a establecer prioridades, a delegar, para reservar siempre un rato de auto cuidado, sea leyendo, recibiendo un masaje, nadando un rato en el mar, yendo al gimnasio... lo que a ti te reponga, pero sin llegar a ese nivel de cansancio extremo.


TPP: ¿Gestionamos mal nuestro tiempo o cuál es el problema?


LS: Creo que tenemos grabado a fuego el modelo de que ser madre es sacrificado, y claro que lo es, pero también tiene que haber placer propio y placer compartido, descanso, recreación.


Si estableces eso como una de tus prioridades, y aclaras cuáles son las demás, te das cuenta en qué se te escapa el tiempo, y cómo sacar tiempo libre.

Foto: Paula Dietz 


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Fecha de actualización: 06-11-2017

Redacción: Irene García

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