Entrevista a José Chamizo de la Rubia

TPP: ¿En qué consiste su figura de Defensor del Menor de Andalucía y cuándo surge?

Es una figura análoga a los defensores, con las mismas funciones y características sólo que especialmente destinada al ámbito de la protección de los derechos de menores. Se creó por Ley 1/98 y se perfiló como un Adjunto adscrito en la propia oficina del Defensor del Pueblo Andaluz.

TPP: ¿Cómo ha ido evolucionando desde sus inicios?

Hemos aprovechado toda la experiencia y la trayectoria de la Institución madre del Defensor que viene funcionando desde 1984 con un perfil asentado y sólido entre las instituciones andaluzas. La creación no exigió grandes ajustes y su trabajo fue inmediato además de que, como es lógico, los menores fueron desde el comienzo de esta Institución una absoluta prioridad para el Defensor andaluz.

TPP: ¿En qué sugerencias legislativas e investigaciones está implicado actualmente?

Venimos incidiendo en muchos ámbitos. Impulsamos el desarrollo reglamentario de la Ley andaluza de derechos del menor o, por ejemplo, la creación de un orden jurisdiccional especial para Familia y Menores. También estamos analizando la situación de los centros de acogida de menores, los recursos parra menores infractores y la problemática singular de los menores inmigrantes.

TPP: ¿A través de qué medios le llegan las preocupaciones de padres y educadores?

El cauce principal es la queja individualizada, pero los contactos directos, entrevistas, jornadas, escuela de padres, AMPAS, etc. son igualmente muy habituales.

TPP: ¿Cuántas quejas le llegan de media anualmente?

Estamos en torno a las trescientas aunque se observa una tendencia al alza.

TPP: ¿Cuáles son los principales problemas de la infancia a día de hoy, y cuál es el que más le preocupa personalmente?

Me atrevería a decir que el principal reto que tiene la infancia es la necesidad de reforzar el papel integral de la familia como entorno primordial para el desarrollo completo de los menores. Pero desde un punto de vista más personal me preocupan los problemas que presenta lo que se viene en llamar “la nueva adolescencia”, es decir jóvenes que con edades en torno a los doce o menos años asumen papeles que hasta hace poco correspondía a edades más avanzadas. Son roles en algún caso poco adecuados o de riesgo y que se asumen por quienes no dejan de ser niños y niñas para la madurez efectiva que tienen.

TPP: ¿Ha notado algún tipo de cambio o evolución en los menores, en sus características y problemas, desde que ocupa este cargo hasta ahora?

Sociológicamente es poco plazo para detectar cambios sustanciales desde 1998, pero el aspecto que he comentado antes creo que se irá consolidando como un reto muy serio en próximos años.

TPP: ¿Qué soluciones ve a corto y a largo plazo para fenómenos como las bandas organizadas juveniles, el acoso escolar o la integración de los menores inmigrantes en las aulas españoles?

Son muchos temas e importantes. Para las bandas prevención y seguimiento; no significan por sí problemas de índole delictivo pero desde luego necesitan una atención especial desde los recursos públicos, sobre todo educativos. El acoso escolar sí puede ser más detectable y susceptible de intervención con una fórmula que es tan evidente como olvidada: la implicación de la familia en la vida escolar de los menores de la mano de los profesionales de nuestro sistema educativo.


Por lo que se refiera a menores inmigrantes es imprescindible hacer de la escuela una herramienta esencial de integración y normalización. Y no puede convertirse en un espacio que reproduce sistemas de concentración de alumnado inmigrante que provoca fórmulas de exclusión o marginación, como de hecho está ocurriendo. La escuela ya sea pública o concertada debe evitar sistemas que concentren a este alumnado repartiendo su presencia entre las plazas disponibles y propiciando una educación para todos y no erróneamente “especializada” en niños de fuera. 


TPP: ¿Qué propondría para que Internet fuese un espacio seguro para nuestros menores?

Creo que hoy las tecnologías ofrecen más soluciones de las que se quieren aplicar. Buscadores que bloquean determinados contenidos de riesgo, huellas informáticas que permiten controlar accesos inadecuados, etc. son fórmulas que pueden eliminar muchos de estos problemas. Pero insisto en lo que he dicho antes: el papel de la familia poniendo cuidado y ayudando en el buen uso de estas tecnologías es fundamental. No es normal abandonar a niños durante horas y horas delante de un ordenador por simple comodidad.

TPP: ¿Cree que los responsables de la programación infantil y de la protección del horario protegido han tomado medidas suficientes y apropiadas tras todo el revuelo que provocó este tema a principios de curso? 

Rotundamente no y me parece una vergüenza que no sepamos comprender el daño que se está haciendo con estos contenidos inadecuados, reconocidos por las cadenas y permanentemente incumplidos.

Algunos datos...

José Chamizo de la Rubia, nacido en Los Barrios (Cádiz) en 1949, es sacerdote y Licenciado en Historia de la Iglesia, por la Universidad Gregoriana de Roma, en Historia Contemporánea, por la Universidad de Granada, y tiene la diplomatura en Biblioteconomía por la Ciudad del Vaticano.

Está especialmente vinculado en tareas de asistencia y apoyo ante problemas de drogodependencias y de lucha contra la marginación y la pobreza, principalmente en la comarca del Campo de Gibraltar. Ha dirigido durante años la creación y organización de numerosas asociaciones y colectivos de lucha contra la droga. Su actividad en esta labor mereció en 1994 la concesión de la Medalla de Andalucía.

Fue designado Defensor del Pueblo Andaluz por el Pleno del Parlamento en julio de 1996 y reelegido para un nuevo mandato en noviembre de 2001.

Con fecha 18 de Diciembre de 2002 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.