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Pedro Núñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid

Pedro Núñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid

En TodoPapás empezamos con ésta, una ronda de entrevistas a Defensores del Menor de Madrid, Valencia y Cataluña, que nos cuentan sus preocupaciones e ilusiones sobre el mundo de la infancia y la juventud.

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Cuando el Defensor del Menor, D. Pedro Núñez, te saluda, en la puerta de su despacho, donde ha salido para recibirte, comprendes por qué la Asamblea le escogió a él para desempeñar la importante labor de defender los derechos de los niños. Es una persona cercana, cálida y amable, pero sobre todo, humana. Preocupada por la sociedad y su futuro, nuestros niños.

Casado y padre de 3 hijos, lleva más de 28 años en la Administración, donde ha ocupado puestos como Gobernador civil de Huelva, Diputado en la Asamblea de Madrid o Delegado del Gobierno en Madrid antes de llegar a ser, como el mismo se define, “la voz de los sin voz, los niños.”

TPP: ¿En qué consiste la figura del  Defensor del Menor y cuándo surge?

DM: Surge en el año 1996. En un principio se pensó que fuera en la Comunidad de Madrid porque, como ya estaba el Defensor del Pueblo, para crear una figura autonómica e independiente que fuera la voz de los sin voz; los niños. Un sector que aunque resulte chocante, es tan desconocido para la sociedad como lo es el menor. Y, por tanto se creó aquí. En un principio hubo un acuerdo del Senado proponiendo que se extendiera la figura a otras Comunidades, pero también es verdad que los Defensores del Pueblo de las Comunidades Autónomas, o bien se han transformado en Defensores del Menor, como en Andalucía, o bien tienen algún adjunto que defiende al menor. Yo creo que la decisión de la Asamblea de Madrid, con el acuerdo de los tres grupos parlamentarios, fue acertada. Somos una institución muy económica para los ciudadanos, somos un grupo muy reducido, que hace que la sociedad reflexione sobre la situación variadísima del menor desde un órgano independiente y que trata de ser punto de encuentro de las diferentes opciones y sensibilidades.


TPP: ¿Cómo ha ido evolucionando desde sus inicios?

DM: Hemos ido ampliando, en el sentido de la responsabilidad, abarcando mayores cotas en defensa del menor. Nuestra consideración es que cuando se trata de personas, y más de menores, no cabe parapetarse en criterios de competencia o en criterios geográficos. Todos debemos acudir en ayuda de quien nos necesita.

TPP: ¿En qué sugerencias legislativas e investigaciones está implicado actualmente?

DM: Si me lo preguntas mañana te diré otras diferentes, pero si me lo preguntas a día de hoy, estamos estudiando el ampliar a más leyes y a más infracciones el que los padres no sólo tengan que responder de los daños de los hijos, sino que también tengan que pagar las sanciones ante las infracciones de éstos a efectos de que haya una responsabilidad solidaria. Por otra parte, que la autoridad administrativa pueda, bien sancionar con dinero, bien con trabajos a favor de la comunidad. Por ejemplo, con que un menor tenga que cuidar a personas mayores, hacer de voluntario o limpiar, si ha dañado, mobiliario urbano. Que esa sea una posibilidad extendida.

 

“Tenemos datos impactantes: un 30% de los padres llevan a sus hijos en el coche sin las medidas de seguridad”

 

También estamos trabajando en una serie de recomendaciones que vamos a enviar al Consejo Superior de Tráfico en relación a la seguridad de los niños en los coches. Tenemos datos impactantes: un 30% de los padres lleva a sus hijos sin las medidas de seguridad. Cuando vemos que llevando sujetos y seguros a los niños, se evitarían el 75% de las muertes  y el 90% de las lesiones en los menores, nos parece que no sólo tenemos que animar a la sociedad, sino que tenemos que ser rigurosos y no bajar la guardia, además de tratar de llevar a cabo propuestas que creemos razonables: no puede tener la misma sanción el padre que no se pone el cinturón a sí mismo, que el padre que no abrocha el cinturón o las medidas de seguridad necesarias en cada caso, a sus hijos; seres vulnerables y que no pueden tomar la decisión por sí mismos. Tiene que ser un agravante fuerte para la sanción. Por otra parte, tampoco podemos permitir seguir circulando a los coches que no lleven las adecuadas y necesarias medidas de seguridad. Tienen que ser retenidos en un lugar adecuado, pero no se les puede dejar seguir.

 

También a día de hoy, hemos enviado una carta a la Ministra de Sanidad referente a los vídeojuegos.

 

Como se puede ver, tenemos una actividad constante, sobre todo la más creativa que es proponer iniciativas a favor de los menores.


TPP: ¿De dónde surgen estas iniciativas?


DM: Nosotros intentamos poner mucha ilusión, mucha imaginación y mucha sensibilidad a nuestro cometido. Procuramos siempre ver más allá de la propia realidad, no caer nunca en la indiferencia ni en la rutina. Ver cómo puede afectar cada circunstancia que pasa en la sociedad a nuestros menores.  Es verdad que también muchas veces la gente nos denuncia situaciones, otras al abrir un expediente planteamos cómo se podría corregir esa situación por la que se ha iniciado el mismo.

 

Insisto, nuestra labor, queremos que sea lo más creativa posible. Lo que me da satisfacción es comprobar que muchas y muy diferentes instituciones, cuando van a hacer investigaciones o estudios sobre el menor, nos llaman, nos consultan, nos invitan a participar. Sin ninguna vanidad, sino todo lo contrario, desde la idea del servicio, creemos que en materia del menor, vamos siendo un cierto referente para la sociedad, que es para lo que trabajamos y para lo que tenemos toda la vocación. En general en cualquier trabajo, pero cuando se trata de trabajar por y para los niños… tienes que tener ese componente emocional, vocacional, para llevarlo a cabo.


TPP: ¿Hay datos sobre el número de quejas anuales que llegan a la oficina?

 

DM: Sí, unas 300. Pero, hay que darse cuenta que la queja sólo se produce cuando hay ya una situación consistente. Además hay muchas llamadas, vistas, muchas son petición de información, consultas… Pueden venir de padres, profesores, médicos, vecinos…


TPP: ¿Cuáles son los principales problemas de la infancia a día de hoy, y cuál es el que más le preocupa personalmente?

DM: Me preocupa la plataforma sobre la que edificar la vida de nuestros menores, esa fuerza, ese peso específico que permite a los menores el abordar todas las realidades y todos los problemas que vemos permanentemente. Es decir, la educación en los valores universales. Si educamos a nuestros menores y somos conscientes de que ese es el gran objetivo de nuestra sociedad, la experiencia nos demuestra que tendrán la suficiente fortaleza y criterio para no caer en los muchos riesgos que hoy tiene la sociedad o si caen, que salgan mejor de los mismos. En cambio, sin la educación son muchísimo más vulnerables ante esos acontecimientos negativos, ya sea la violencia, la xenofobia, la droga…

 

TPP: ¿Qué opina del actual sistema educativo?

DM: El sistema educativo actual exige un acuerdo, una estabilidad, un abrir un diálogo. Deberíamos empezar por aquello que nos une, que es mucho, para intentar llegar a la máxima capacidad de consenso porque, realmente, la gran inversión de nuestra sociedad es la educación. Nosotros somos un órgano independiente que intenta aproximar posiciones, por lo tanto, demos estabilidad a nuestro sistema educativo con una ley que nos valga a todos; la sociedad lo está pidiendo a gritos. Necesitamos un diálogo que encuentre ese denominador común que aporte una satisfacción suficiente a todas las opiniones.

 

TPP: ¿Lo ve posible a corto plazo?


DM: De momento lo veo difícil. Estamos en un momento político que no es precisamente el idóneo pero, también es verdad que igual que lo veo difícil, lo veo necesario. Creo que cuando hay temas sociales tan básicos e imprescindibles para nuestra sociedad como es éste, es fundamental que todos hagamos un esfuerzo y llamo sinceramente a ese esfuerzo.


TPP: ¿Qué opina de la integración de los menores inmigrantes en las aulas españolas y de algunas de las consecuencias de esté fenómeno como la aparición de bandas organizadas juveniles como los Latin Kings o los Ñetas?


DM: Aunque por una parte creo que se están sacando las cosas un poco de quicio, si hubiésemos tenido políticas preventivas, viendo lo que estaba pasando en otros países, no hubiese sucedido, también es cierto que hay gente que manifiesta pertenecer a las bandas sin pertenecer. En el tema de la integración y de la inmigración en general, toda Europa está aplicando políticas de parcheo y poco coordinadas. Uno de los grandes retos de los países europeos es la integración adecuada de la inmigración que, sobre todo si nos referimos a los menores, pasa por la educación.


Personalmente pienso que muchas veces se habla de la inmigración como si fuera algo difícil, pero todos tenemos que hacer un esfuerzo, tanto la sociedad autóctona como la adóctona. Por desgracia, este esfuerzo no se está realizando y se está llegando a un aumento, muy preocupante, del rechazo a la inmigración. Y eso no es compatible con una sociedad tolerante y humana, y repito, tenemos que intentar superar esta realidad.


TPP: Y, ¿sobre problemas como el acoso escolar?


DM: Respecto a este tema, nosotros ya habíamos hecho varios trabajos en relación con el acoso. Lo que es verdad es que desde el momento en que sucede el terrible suceso de la muerte de Jokin, hemos abierto los ojos a una sociedad, sobre la que yo estoy haciendo mi propio muestreo. Por ejemplo, el otro día en la Universidad Complutense, me puse a preguntar entre gente de mi generación, quién no recordaba casos de acoso cuando éramos estudiantes y cómo todos escondíamos la cabeza. Y, la verdad es que casi todos recordamos algún caso de acoso en la escuela. Lo que se ha mantenido ha sido una especie de ley del silencio incomprensible que no debe sostenerse nunca más. Nosotros hemos planteado el inicio del curso 2005-2006 como el inicio del fin del acoso escolar, que no es fácil remitirlo pero, si todos colaboramos, padres, profesores y alumnos; superando la idea que continuamente me manifiestan de decir que a un compañero le están acosando es ser “acusica”, cuando en realidad decir lo que está pasando es ayudar, tanto al agredido como al agresor; si los padres se involucran en ello conociendo a los hijos; si los niños confían es sus padres, se comunican con ellos, para que cuenten lo que está pasando. Hay que intentar que los menores tengan confianza en los profesores, el menor debe creer que la escuela gira entorno a él… Nosotros vamos a proponer muchas medidas, entre ellas un teléfono y una web amigas, para que los menores puedan denunciar lo que les está pasando. Si todo eso lo ponemos en marcha, estaremos dando pasos acertados. No hay que olvidar que ya ha habido 2 sentencias en este tema y, de hecho, la del caso Jokin ha agravado las penas. El artículo 1903 del código civil dice que cuando dejamos a los niños en la escuela, ésta debe responder de la tranquilidad y estabilidad del niño. Este año ha sido un año de inflexión en relación con un avance espectacular en la lucha contra el acoso escolar.

 

TPP: ¿Qué propondría para que Internet fuese un espacio seguro para nuestros menores?



DM: Si queremos mantener la relación con los menores debemos trasladarnos a la realidad virtual. Hay que superar ese 40% de españoles que se sienten tecnófogos y que intentemos, igual que damos consejos sobre la vida real, darlos sobre la virtual. Hoy nuestros hijos pasan más tiempo con la televisión, con el ordenador, con los videojuegos o con el móvil que en el centro escolar, por lo que hay que intentar que tengan conocimientos suficientes para evitar los muchísimos riesgos que en ellos se plantean. Pero, también debemos ser capaces de crear instrumentos que permitan la seguridad de nuestros menores, como los filtros de Internet. Seamos conscientes, tanto los padres como los abuelos en esa nueva función que están ejerciendo, de que debemos entrar en el mundo virtual que los niños dominan para poder mantener esa comunicación con ellos, así como las administraciones. Nosotros hemos propuesto una comisión específica para que las tecnologías de la información sean seguras para los menores y por lo tanto, tranquilizadoras para los mayores.
 



Para más información sobre El Defensor del Menor o sobre los derechos del menor y de la infancia:

 

Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid:
C/  Ventura Rodríguez 7. Madrid.
Teléfono: 91 563 44 11. Web: www.dmenor-mad.es

Defensor del Pueblo de la Comunidad Valenciana - Adjunto para la defensa del menor -
C/  Pascual Blasco, 1. Alicante
Teléfono: 96 593 75 00

Defensor del Pueblo de Cataluña – Adjunto para la defensa del menor –
C/ José Anselmo Clavé 31. Barcelona
Teléfono: 93 301 80 75


Fecha de actualización: 24-10-2005

Redacción: Lola García-Amado

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