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Terapia psicológica para niños hiperactivos

Terapia psicológica para niños hiperactivos

Los niños hiperactivos son aquellos que no paran quietos ni un segundo, que abandonan las tareas a los pocos segundos de empezarlas, que no son capaces de centrarse en una sola actividad y que son muy nerviosos y activos. Estas características hacen que sea complicado educarles y que tengan problemas en clase o sufran fracaso escolar, por lo que, en ocasiones, necesitan ayuda psicológica para evitar estas dificultades.

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Rasgos de los niños hiperactivos

Los niños hiperactivos sufren ciertos problemas por su forma de comportarse ya que no son capaces de estarse quietos ni un segundo, lo que les causa riñas tanto en casa como en el colegio, así como problemas para relacionarse con otros niños por su temperamento o dificultades de aprendizaje.

Y es que este tipo de niños presentan una serie de características que los hace más complicados en el trato, como intensa actividad motora (se mueven todo el rato), abandonan cualquier actividad o tarea a los pocos segundos (no son constantes ni pacientes), son muy nerviosos e inquietos, poseen un cierto espíritu destructivo, no consiguen mantener la concentración, son impulsivos y desobedientes, son muy tercos y cabezotas, tienen un nivel muy bajo de tolerancia a las frustraciones, sufren cambios bruscos de humor y no saben acatar ni respetar las normas ni de casa, ni del colegio. No es lo mismo que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Todo esto hace que sea complicado para los padres educarlos y cuidarlos, y que tengan problemas de aprendizaje en clase. Por eso, es necesario que los padres sepan cómo es su hijo y qué pautas pueden ayudar a tratarlos, como definir y cumplir unas rutinas y horarios cada día, usar un lenguaje sencillo, conciso y claro al explicarles las normas y consecuencias, practicar deporte y actividades al aire libre para que se desfoguen y, si nada funciona y los padres empiezan a desesperarse, acudir a terapia. La terapia familiar, para el niño y para los padres, puede ayudar a mejorar la convivencia y el comportamiento del pequeño.


¿Cómo es la terapia psicológica para niños hiperactivos?

El pediatra, junto con el psicólogo especializado en este tipo de casos, son los que deberán valorar si el niño necesita terapia o no y qué tipo de tratamientos son mejores. En algunos casos es necesaria también la medicación, pero debe evitarse siempre que sea posible por sus efectos secundarios.

La terapia de psicología más habitual en estos casos es la terapia de conducta o terapia cognitiva conductual, en la que se analiza la conducta del niño, se identifican los factores de la misma y se usan una serie de técnicas para reforzar o disminuir cada uno de sus comportamientos. Por ejemplo, para aumentar las conductas deseadas, se usa el reforzamiento positivo como los elogios, las recompensas y privilegios, etc. Y para reducir las no deseadas, se usa el coste de respuestas o la extinción (no hacer caso hasta que la conducta desaparezca).

Para que este tipo de terapia tenga éxito es necesario que los padres acudan a terapia para que el psicólogo los explique cómo deben actuar en cada caso y qué pautas deben seguir en la educación de sus hijos. De esta manera, se busca mejorar la relación entre los padres y el niño, que puede haberse visto dañada por los problemas.

También se puede usar la terapia cognitiva, que consiste en proporcionar al niño técnicas de autoinstrucciones, autocontrol y solución de problemas. En algunos casos será necesaria también el entrenamiento en habilidades sociales para que se relacione de manera más positiva con todo el mundo. Este tipo de terapias suele hacerse con grupos de niños de edades similares empleando técnicas de la terapia cognitivo-conductual.

Y, si tiene problemas de aprendizaje, se llevará a cabo un tratamiento psicopedagógico para mejorar el rendimiento académico mediante la reeducación psicopedagógica para que se adapte mejor a las normas del centro escolar. Se trabaja sobre todo la repercusión negativa del déficit de atención, la impulsividad y la hiperactividad en el proceso del aprendizaje escolar.

Por último, se ha demostrado que la musicoterapia también es muy beneficiosa para los niños hiperactivos. La música facilita el desarrollo del lenguaje, permite comunicarse con fluidez y libertad y expresar los propios sentimientos o pensamientos verbalmente, mejora el ambiente familiar, contribuye a reducir los niveles de ansiedad, ayuda a fijar la atención y potenciar la memoria. El niño aprende a conocerse y valorarse, respetando sus diferencias y las de los demás. También mejora su autoestima y su autonomía, así como la relación con otras personas.

Y es que ya se sabe que “la música amansa a las fieras”, por lo que la terapia musical puede ayudar a los niños hiperactivos a calmarse, aprender a tranquilizarse y relajarse cuando más nerviosos estén, mejorando así su comportamiento tanto en casa como en el colegio y haciendo que el niño viva más feliz.


Fuentes:

Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes. Información para pacientes, familiares y educadores.

Inteligencia musical, Mª Luisa Ferrerós.

Fecha de actualización: 12-07-2022

Redacción: Irene García

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