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¿A qué edad juegan solos los niños?

¿A qué edad juegan solos los niños?

Los niños y las niñas tienen que jugar ya que es beneficioso para ellos y también para sus progenitores. A través de los juegos exploran y comprenden el mundo, fomentan su imaginación, desarrollan sus intereses y, por supuesto, se entretienen y se divierten. Es importante que los pequeños aprendan a jugar ya que los juegos van cambiando y haciéndose más complejos a medida que crecen y se desarrollan.

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Índice

 

¿A qué edad empiezan a jugar los niños solos?

Son muchos los estudios que avalan la importancia que tiene jugar durante la infancia, sobre todo cuando este momento es compartido en familia. Hay que jugar al menos durante 15 minutos al día con ellos para así fomentar las relaciones familiares, reforzar el apego y contribuir a que haya una mayor confianza y comunicación. Además, es una manera para que aprendan a jugar ya que, aunque parezca extraño, muchos niños no saben y por ello se aburren con facilidad.

La curiosidad y la imaginación de los más pequeños se fomenta fundamentalmente a través del juego. Jugar solos es una de las fases que deben experimentar y, al contrario de lo que muchas madres y padres piensan, es una práctica sana. El juego infantil pasa por diferentes etapas a lo largo de su crecimiento:

- Entre los 0 y los 12 meses los pequeños se entretienen mientras realizan movimientos y gestos sin ningún motivo concreto y de forma aleatoria. Generalmente estas acciones son intentos para aprender a moverse por su entorno y al no estar acostumbrados sus propios movimientos les sorprenden.

- Hasta los 2 años el juego de los niños y las niñas comienza a ser solitario lo cual se debe a que sus habilidades sociales, cognitivas y físicas aún son algo limitadas. Pero esta etapa es muy importante ya que dota a los pequeños de una mayor independencia y autonomía y, además, les permite explorar y crear a través de su imaginación. Jugando solos aprenden a pensar por sí mismos, a tener una mayor concentración, a desarrollar ideas creativas y a controlar y regular sus emociones. Se puede decir que jugar en solitario los prepara para el futuro juego social.

- A partir de los 2 años los niños y las niñas comienzan a prestarle algo de atención a sus coetáneos. Primero comienzan atendiendo a lo que hacen los demás pequeños mostrando interés, pero sin atreverse a jugar juntos y, pasado un tiempo, comienza lo que se denomina “juego en paralelo”, es decir, que juegan estando cerca unos de otros, pero cada uno tiene su propio juego de manera independiente. Esta etapa les ayuda a regular su comportamiento cuando están con otros niños y niñas y aprenden a llevarse bien con ellos.

- Entre los 3 y los 5 años el modo de jugar cambia bastante ya que, aunque en un primer momento siguen jugando de manera autónoma, pronto comienzan a interactuar con el resto de los compañeros. No juegan en grupo como tal, más bien colaboran o se piden juguetes entre ellos en momentos concretos, y será ya a partir de los 4 años cuando se comience a vislumbrar que los pequeños son capaces de jugar y trabajar juntos como equipo. En los grupos suele haber un niño más maduro que destaca como líder mientras que los demás actúan de manera más o menos activa.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que estas etapas no son excluyentes, es decir, los menores pueden seguir jugando en solitario con 5 años. Los beneficios de que los niños y niñas jueguen solos son varios y esto no significa dejarlos solos en una habitación, más bien no intervenir en su juego.
 

Beneficios de jugar solos

Al jugar solos aprenden a tener una mayor autonomía y seguridad, así como a comprender que no siempre será posible tener a alguien a su disposición. Al tener que hacer uso de su imaginación potencian su comunicación, sobre todo si en su juego hay varios personajes. Cuando tienen que crear personajes y situaciones están estimulando su creatividad y su capacidad inventiva. Otro de los beneficios que les aporta el jugar solos es que tienen que aprender a superar dificultades por sí mismos al no tener a nadie a quien acudir.

Los progenitores deben ofrecer a los menores juegos y juguetes didácticos apropiados para cada edad con los que puedan divertirse y, a la vez, fomentar un sano desarrollo de sus capacidades. Del mismo modo, tener paciencia para que aprendan a jugar y que lo hagan solos es fundamental para los padres y las madres. Al principio no querrán hacerlo y probablemente intenten llamar la atención de las personas a su alrededor, pero, poco a poco comenzarán a hacerlo. Todos aprenden por imitación, por lo que los progenitores deben enseñarles de la manera más gráfica posible que jugar solos está bien y que también es divertido.

Es muy importante prestar mucha atención al juego durante la primera infancia. En esta etapa jugar aporta grandes beneficios en el desarrollo de los más pequeños.


Fuentes: Asociación Española de Pediatría y Centros Educativos San Cristóbal.

 

Fecha de actualización: 20-09-2022

Redacción: Andrea Rivero

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