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Consejos para padres autoritarios

Consejos para padres autoritarios

Una educación excesivamente autoritaria no es buena para el desarrollo del niño. Si bien es cierto que hay que establecer unas normas y límites y conseguir que el niño las cumpla, hay muchas formas de lograrlo y el autoritarismo no es la mejor, ni mucho menos la más eficaz.

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Indice

 

Perjuicios en el niño de una educación autoritaria

Los padres autoritarios suelen ser poco flexibles, no ofrecen alternativas, les dan demasiada importancia a las normas y no ofrecen libertad a sus hijos, lo que se traduce en una serie de consecuencias negativas para el desarrollo social y emocional del pequeño:

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1- Falta de confianza y miedo: ante un padre o madre muy autoritario los hijos suelen mostrar miedo y no tienen confianza en ellos, por lo que apenas les cuentan sus problemas o les piden ayuda.

2- Inseguridad: las exigencias contantes de los padres y el miedo a no cumplirlas hacen que los niños desarrollen inseguridad y baja autoestima. Los niños de padres autoritarios suelen ser más tímidos, inseguros, con problemas para relacionarse con los demás, etc.

3- Poca autonomía e independencia: las normas constantes y la falta de libertad que se ofrece a los niños para tomar sus propias decisiones hacen que el niño no desarrolle su autonomía, por lo que será un niño dependiente que se dejará llevar por cualquier persona que le mande algo, incluidos los amigos, lo cual puede ser muy peligroso al llegar la adolescencia. Tampoco será capaz de tomar sus propias decisiones.

En definitiva, aunque la educación autoritaria era la única existente hace 60 años y todos los niños aprendían a obedecer a fuerza de castigos, gritos y golpes, hoy en día se ha demostrado que esa forma de educar a los hijos es muy perjudicial y contraproducente para el desarrollo del pequeño y el establecimiento de los vínculos padre-hijo. Los padres autoritarios son padres tóxicos. No debemos dar miedo a nuestros hijos, sino establecer con ellos una relación de confianza y amor, dándoles libertad para tomar sus propias decisiones.


¿Qué hacer si soy muy autoritario?

Si te has dado cuenta de que eres un padre o madre muy autoritario y quieres cambiarlo, ya vas por el buen camino ya que el primer paso es darse cuenta e intentar buscar una nueva forma de educar a tus hijos. Por supuesto, el cambio llevará un tiempo y no será sencillo, sobre todo si a ti te educaron así y llevas educando de esta forma a tus hijos durante un tiempo, pero seguro que gradualmente puedes ir dejando atrás el autoritarismo, sustituyéndolo por un modelo de educación más flexible y permisivo.

1. Revisa las normas que existen en casa. En una casa debe haber normas y límites, por supuesto, pero quizá en la tuya hay demasiadas. Revisa el listado de normas que tienes para tus hijos y asegúrate de que no son demasiadas. No hace falta tener normas para cada actividad o tarea, es conveniente dejar un poco de libertad a los hijos y no regular cada cosa que hacen. Por ejemplo, es importante que haga sus deberes todos los días, pero una vez los acaba, no debes obligarle a seguir estudiando para sobresalir por encima de todos; necesita también tiempo de ocio. Consensua las normas con tu pareja e incluso con tu hijo si ya es adolescente. Adapta las normas a su edad y madurez, puede que le estés pidiendo más de lo que puede hacer.

2. Cuando pidas a tu hijo que haga algo, debes mantenerte firme y no ceder, pero no es necesario que le grites ni le pegues. Al contrario, con esto solo conseguirás que obedezca por miedo, pero no que aprenda ni interiorice las normas. No consiste en conseguir que tu hijo obedezca sin más, sino en enseñarle a ser mejor persona. Explícale por qué debe hacer algo o por qué ya no se puede quedar más en el parque, no le digas “por que sí” o “por que yo lo digo”. Si entiende por qué debe hacer algo será más propenso a cumplirlo.

3. Premia los buenos comportamientos. Está demostrado que los elogios y los premios obtienen mejores resultados que los castigos. Cuando se porte bien u obedezca, dile lo orgulloso y feliz que estás y dale un pequeño premio como un abrazo, un beso o dejarle elegir el postre.

4. Potencia su independencia y su autonomía dejándole tomar sus propias decisiones, elegir entre varias opciones, hacer él solo sus tareas, etc.

5. Muéstrate cercano y cariñoso con tu hijo. Los padres autoritarios creen que deben mostrarse distantes con sus hijos para que les respeten, pero el respeto real nace del amor y la confianza, no del miedo. Dile todos los días a tu hijo lo mucho que lo quieres, dale abrazos y besos siempre que puedas y juega con él. No solo debes ser un padre, sino también un compañero de juegos.

6. Potencia la comunicación con tus hijos. Los padres autoritarios suelen tener escasa o nula comunicación con sus hijos. Si es así, intenta hablar todos los días un rato con tu hijo y preguntarle qué tal le ha ido el día, cómo se siente, si necesita algo… Y cuéntale también tú cosas sobre tu vida para que se sienta más cercano a ti.

7. Confía en tu hijo. El autoritarismo suele exacerbarse a medida que el niño crece y el padre ve que falla o no cumple siempre todo lo esperado, pero debes entender que todo el mundo comete errores, incluso tú, más aún un niño que está en pleno proceso de desarrollo y descubrimiento. Confía en tu hijo y sus capacidades y no des por hecho que tienes que resolver todos sus problemas o que tú lo harás todo mejor.

 

 


Fuentes:

Álava, Silvia (2015), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Carrobles, José Antonio; Pérez-Pareja, Javier (2008), Escuela de padres. Guía práctica para evitar problemas de conducta y mejorar el desarrollo infantil, Madrid, Ed. Pirámide. 

 

Fecha de actualización: 13-02-2023

Redacción: Irene García

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