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¿Cómo conseguir que un niño cuente lo que le pasa?

¿Cómo conseguir que un niño cuente lo que le pasa?

La confianza que le damos a los niños es fundamental para que ellos puedan sincerarse y contar siempre a sus padres lo que les pasa. Los peques pasan la mayor parte del tiempo en el cole mientras vosotros, sus padres, estáis en el trabajo. Todas esas horas en las que ellos no están con vosotros viven nuevas experiencias y anécdotas que contaros cada día. Estas pueden ser buenas y no tan buenas, ellos podrán estar más y menos tristes, pero es importante que tengan la suficiente confianza como para contarlas.

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Ganar la confianza del niño

El mayor inconveniente de esa falta de confianza está principalmente en que los niños suelen ser muy introvertidos y en muchas ocasiones se guardan todo para ellos mismos sin contar nada a sus progenitores. Este es uno de los principales problemas que se producen entre las relaciones de padres, madres e hijos y ante el que se debe actuar para tratarlo a tiempo cuanto antes. Por ello es importante también trabajar para lograr que haya una comunicación dentro de la familia para saber si algo malo está sucediendo.

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Eso sí, hay que tener claro que jamás se debe presionar al niño ni interrogarle, sino simplemente tratar de entablar una conversación rutinaria para que vaya poco a poco expresando sus sentimientos, pero para lograrlo se deberían desarrollar también varios hábitos adecuados de comunicación y sacar varios momentos a lo largo del día para hablar de forma serena, tranquila y totalmente pacífica.  

Sin embargo, también es cierto que existen diversos motivos por los que la confianza puede perderse fácilmente. Un ejemplo de ello son las promesas incumplidas. Son muchas las ocasiones a lo largo de los años en las que vosotros mismos como progenitores prometéis una serie de cosas que no cumplís, y es por este motivo principalmente por el que al niño le va a costar volver a confiar de nuevo. No tener tiempo para el menor también dificulta la confianza.

También, en algunas ocasiones, lo que sucede es que cuando el niño sí confía en sus progenitores y cuenta cualquier experiencia o anécdota (buena o mala) estos no le prestan la suficiente atención. Esto lo que provoca en él es la falta de ganas de volver a contarles algo porque tiene la experiencia de que cuando ya lo hizo, el caso fue mínimo. Necesita contaros algo y vosotros no estáis disponibles. El niño, por tanto, acaba interpretándolo como una despreocupación total y absoluta o una falta de interés.

Otro de los motivos por el que el niño puede que pierda la confianza se debe a la identidad de autonomía y al desarrollo de la identidad. A medida que va creciendo (y, sobre todo, cercano ya a su adolescencia) tendrá que ir desarrollando su propia identidad y alejarse de vosotros. Y, por último, romper la confianza. Con frecuencia cuando el niño cuenta algo a sus progenitores, estos acaban viéndolo como algo sin importancia e incluso acaban traicionando su confianza cuando se lo cuentan, además, a otras personas.

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Por todo ello resulta fundamental que los padres y las madres presten más atención diaria desde el principio para que sus hijos no puedan notar esa falta de despreocupación o desinterés por su parte. Porque si esto ocurre muy a menudo lo que va a pasar es que esa confianza va a llegar a perderse totalmente, y los hijos dejarán de contar las cosas a los padres. Puede, incluso, que algunas de ellas tengan mucha menos importancia que otras, pero quizás para ellos todas sean igual de importantes. Además, esa confianza muchas veces ayuda más de lo que los padres y madres creen. De hecho, una situación crítica, por ejemplo, en el colegio como es el caso del bullying, podría llegar a evitarse.

El bullying es un gran ejemplo para hacer entender a los padres y a las madres de estos niños la importancia que tiene aquí la confianza familiar, aunque también la sinceridad. Hoy, en cualquier familia, cualquier niño o niña puede ser susceptible a sufrir acoso escolar. El bullying es el acoso físico, verbal, psicológico entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula como a través de las redes sociales, aunque este último se conoce comúnmente como ciberacoso.

Muchas veces lo que sucede es que los niños que no tienen la suficiente confianza en sus progenitores no son capaces de reconocer que sufren acoso escolar y esto puede llegar muchas veces a desencadenar consecuencias bastante graves, e incluso en algunos casos más extremos, el suicidio por parte del menor. La confianza tiene que ser fundamental, y aspectos tan actuales y frecuentes como el acoso escolar hoy, siendo sinceros y teniendo la suficiente confianza, se podrían llegar a frenar a tiempo. Sois su padre y su madre, y tenéis el poder para que seáis vosotros las personas en quien más confíen sus hijos. Sus grandes aliados, y también las personas que le brindan más apoyo y que más les aconsejan. Aquellos que se alegran de sus logros, que lo guían bien, lo educan y le enseñan.

Pero si no se da el caso, y esto, por desgracia, el día de mañana sucediera en el colegio de tu hijo, y a tu hijo, sin la suficiente confianza como para contarlo, sería necesario fijarse bien y prestar especial atención al niño. La pérdida o destrucción de ropa, los equipos electrónicos u otros objetos personales, la pérdida abrupta de amistades o evasión de situaciones sociales, el desempeño escolar deficiente o la resistencia a ir a la escuela, los dolores de cabeza frecuentes u otros síntomas físicos, los trastornos del sueño, los cambios alimenticios o, por ejemplo, los sentimientos de impotencia o baja autoestima son muchos de los factores o las señales que podrían estar indicando que vuestro hijo realmente sufre acoso escolar.

 

La importancia de la sinceridad

También es importante educarle en la sinceridad para hacer también que confíe en vosotros. Desde el principio el niño puede ser muy sincero, pero también puede que suelte más mentiras de las que a vosotros os gustaría. Si llega el momento en el que esto pasa y después de hacer la trastada os dice la verdad tendréis que elogiarle siempre por su valentía y perdonarle, pero también recordar siempre que, aunque se le haya perdonado dicha acción va a merecer un castigo, aunque este no sea demasiado estricto por haber dicho rápidamente la verdad. Además, recordad también que existen muchos consejos para que el peque os cuente la verdad. Estos son algunos de ellos:

- acostúmbrale a no ocultar lo malo. Recordad que, si en casa hay buen ambiente de comprensión, confianza y totalmente positivo, vuestro hijo no necesitará mentir. Os contará lo bueno y lo malo.

- no reaccionéis nunca con enfados o amenazas. Tened en cuenta que el miedo es el peor enemigo de la verdad, y que no es nada bueno llamarle “mentiroso”, y mucho menos en público.

- no le deis excesiva importancia. Hay que tener en cuenta también que, si se crea un ambiente demasiado tenso en el que no se puede decir prácticamente nunca la verdad (dependiendo de cual sea) por temor o miedo a la reacción que tengáis en casa lo único que se acabará provocando será que decir la verdad no le produzca nada de satisfacción.

Por tanto, lo único que os queda por hacer es ofrecer mucha confianza al niño desde principio, no mentirle nunca, cumplir con lo que le prometéis y educarle en sinceridad y confianza, que son las bases principales para que vuestro hijo cuente con vosotros y os diga todo lo que para él es importante, aunque para vosotros, como adultos, muchas veces no lo sea tanto. Pero es vuestro hijo y os necesita. Si vosotros le ofrecéis la confianza, él confiará en vosotros, siempre.


Fuentes:

La comunicación y la confianza entre padres e hijos, https://educayaprende.com/la-confianza-entre-padres-e-hijos/

Bullying: acoso entre iguales, https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/bullying-acoso-entre-iguales

Fecha de actualización: 25-03-2021

Redacción: Ana Ruiz

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