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¿A qué edad empiezan los noviazgos en adolescentes?

¿A qué edad empiezan los noviazgos en adolescentes?

No hay una edad determinada para encontrar pareja, pero suele ser un tema recurrente en el inicio de la adolescencia, donde se juntan diversos factores: la revolución hormonal que hará que su cuerpo cambie completamente, el fortalecimiento de su personalidad, la necesidad de gustar, de sentirse comprendido, de ‘ir con una persona contra el mundo’… Los sentimientos románticos del primer amor son altamente adictivos y suelen verse como una ‘salida’ ante esa incomprensión y rebeldía que experimentan en ese periodo de su vida. Todo es confuso, menos su relación. Todo se percibe como ‘el fin del mundo’ y esa intensidad hace que muchas veces cometan errores. No hay nada de malo por tener un novio a esas edades, el problema viene cuando esas relaciones son tóxicas o dependientes y paralizan de alguna forma el desarrollo del adolescente.

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Los noviazgos en la adolescencia

Entre los 14 y los 15 años las niñas adolescentes comienzan a tener intentos de posibles noviazgos con amigos que generalmente son cercanos o pertenecen al grupo de amistades que frecuentan. Son ellas las que empiezan a ‘despertar’ antes ese sentimiento romántico ya que su desarrollo madurativo –tanto físico como psíquico– empieza mucho antes. Sin embargo, para iniciar una relación seria lo ideal es que tuvieran entre 16 y 17 años, pues estarían más preparadas para elegir bien y para llevar una relación madura de amistad y de amor con esa persona, aunque todo depende del nivel de madurez que tenga el/la adolescente.

Según la Dra. Brenda Schaeffer, psicóloga y autora de varios libros relacionados con el tema, los adolescentes de hoy en día empiezan a tener relaciones amorosas antes. Esto se debe a que maduran antes físicamente, aunque a nivel emocional lo hacen de forma tardía, –por lo que hay una contradicción en este sentido–, además de la presión que se puede presentar por parte de las amistades. A esto se le suma que la adolescencia ha pasado de manifestarse de los 13 a los 9 años debido a la información ilimitada de contenido sexual a la que están expuestos por internet.

 

Consecuencias de tener una relación ‘demasiado pronto’

Relaciones sexuales inseguras. Una investigación descubrió que, si un adolescente tiene su primer noviazgo entre los 11 y los 13 años, tiene un 90% de probabilidades de ser sexualmente activo durante el último año de la secundaria. Si su primer novio es a los 14, la probabilidad cae al 50%, mientras que el primer noviazgo a los 16 años representa un 20% de posibilidades. Esto no tiene porqué ser malo si se toman las prevenciones adecuadas, por eso es bueno que naturalicemos el tema y no lo convirtamos en tabú. Si mantienen relaciones con la sensación de que ‘está prohibido’, puede que lleven al extremo esa adrenalina y ni siquiera utilicen preservativo.

Los datos del Instituto Nacional de estadística revelan que, entre los años 2000 y 2008, un total de 1.290 niñas de catorce años o menos fueron madres. La cifra se multiplica cuando se trata de quienes sí han cumplido los 15 años, pues los datos muestran que 4.119 niñas fueron madres en España. En concreto, en 2008, último año para el que se dispone de estos datos, dieron a luz un total de 177 niñas con una edad igual o inferior a 14 años, mientras que fueron más de medio millar (537) las madres de 15 años ya cumplidos. Esto sin duda es el gran peligro que corren los adolescentes al tener pareja tan pronto, pues suelen tener una menor percepción de los riesgos que tienen y perciben este tipo de casos como ‘algo que nunca les pasará a ellos’. Aun así, muchos de ellos mantienen relaciones no basadas en el sexo, y más en el idilio romántico.

- Que la relación sea tóxica. En ningún momento la relación que establezca puede arrebatarle las actividades comunes de los adolescentes: salir con amigos, estudiar, tener tiempo para uno mismo y sus aficiones... Por eso si ves que el trabajo escolar comienza a sufrir y las amistades se dejan a un lado, es razonable restringir el número de veces que puede citarse con su amado. Es razonable, pero no lo mejor. Lo ideal sería hacerle entender que no puede basar toda su vida en la relación con una persona. Ninguna persona puede ser ‘su todo’ porque cuando se vaya, se quedará sin nada. Y tendrá un miedo terrible a abandonar la relación, aunque esta no le haga crecer. En este tipo de casos, debemos poner especial atención a las relaciones machistas. Si ves que tu hijo le pide a su novia que vista de otra forma, es celoso enfermizo, hace comentarios posesivos… erradica esos comportamientos cuanto antes y llévalo a un psicólogo. Y viceversa, en el caso de que sea tu hija. Entre todos podemos evitar que las normas del patriarcado sigan expandiéndose como un germen a través de nuestros hijos. ¡Ah! Y que no se nos olvide: si tu hijo está saliendo con una persona de su mismo género, normaliza la situación y trata de ayudarle en las posibles trabas que lamentablemente encontrará en el camino. Nunca lo olvides: el amor siempre gana.

 

Beneficios de iniciar una relación en la adolescencia

A menudo, los adultos tendemos a desvalorizar las relaciones entre adolescentes. Si bien es cierto que el primer amor puede ser sólo un “encaprichamiento” que crece como un efervescente y con la misma intensidad se va, otras veces es un motivo para comprender qué es el amor, qué significa ‘ser especial para alguien’, les ayuda a apoyarse mutuamente, a crear vínculos. Aunque sea a base de ensayo-error. Puede salir bien o salir mal, pero al final, aprenden lecciones imprescindibles para su vida futura. Los padres jamás deberían minimizar o ridiculizar el primer amor, porque para ellos son sentimientos fuertes y reales… Negarlos es como negarles a ellos mismos. Quitarle importancia a lo que piensan y sienten. Además, será la primera vez que establezcan una relación íntima con alguien fuera de la familia, por lo que impedirle que siga su relación o desvalorizarla hará que se sientan más inseguros con ellos mismos. Y, paradójicamente, más convencidos de que su relación ‘es lo único importante’.

Aunque muchas veces busquen a alguien que ‘complete’ sus carencias, otras veces construyen cosas maravillosas a partir de esas relaciones. Dicen que el primer amor nunca se olvida, porque cambia nuestra perspectiva. Dejemos de ser tan condescendientes y que vivan el amor –y también el desamor– por sus propias vías.


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 10-02-2022

Redacción: María Segura

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