¿Por qué los adolescentes siempre están cansados?
No es casualidad que los adolescentes se encuentren cansados. La adolescencia es una época de grandes cambios, tanto hormonales como de forma de vida. Los niños van teniendo cada vez más obligaciones y la carga de trabajo del instituto es mayor. Si a esto le añades alguna actividad extraescolar, en el día de un adolescente no queda apenas tiempo para el descanso.
Índice
- Adolescentes y cansancio
- Patrón del sueño en adolescentes
- ¿Cuánto necesita dormir un adolescente?
- Síndrome de la fatiga crónica
- Consejos para adolescentes cansados
Adolescentes y cansancio
Si tienes un hijo adolescente es probable que te haya dicho en alguna ocasión lo cansado que se encuentra. Ya puedes haber observado algunos signos de que algo no anda como antes:
- Resulta complicado despertarlo por la mañana: a veces vuelve a quedarse dormido o tarda un rato en levantarse y presenta somnolencia.
- Te llegan avisos del colegio de que su rendimiento está disminuyendo: saca peores notas en la escuela, no atiende en clase, parece despistado…
- Ha tenido algún tipo de percance o accidente, por falta de fuerza o por quedarse dormido.
- Duerme mucho más de lo que solía: después del colegio se echa la siesta y los fines de semana, cuando no tiene la obligación de madrugar, duerme hasta casi el medio día.
- La falta de energía no le permite llegar a todo, o estar presente de forma activa en su vida social y en los extraescolares.
Es verdad que la escuela y los cambios hormonales pueden producirles estrés, pero es necesario ver dónde está exactamente la raíz del cansancio de nuestros hijos para actuar de manera eficaz por si tiene un trastorno del sueño.
Se ha demostrado que en la adolescencia dos de los principales problemas relacionados con esto son la falta de sueño y la fatiga crónica.
Patrón del sueño en adolescentes
Tu hijo adolescente parece no descansar mientras duerme, entre semana se acuesta tarde porque es incapaz de dormirse pronto, y el fin de semana puede llegar a dormir 12 horas seguidas.
Este ‘’desajuste’’ puede preocuparnos, pero para entenderlo tenemos que saber primero cómo es el patrón del sueño cuando están en esa edad.
Muchas investigaciones en medicina han demostrado que, al llegar a la adolescencia, el patrón biológico del sueño cambia. Los ritmos circadianos (cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, correspondidos con la luz y la oscuridad) cambian, lo que provoca que se cansen más tarde por la noche y les resulte complicado madrugar a la mañana siguiente para ir al instituto.
Los patrones del sueño están relacionados con el tipo de luz y las hormonas. Cuando anochece producimos una sustancia química llamada melatonina, que es la encargada de dar al cuerpo la señal de que es hora de irse a dormir.
El problema de esto, sobre todo en adolescentes y jóvenes, es que nuestras costumbres han cambiado. La luz artificial ha alterado los patrones del sueño. Si pasamos largas horas, sobre todo en los últimos momentos del día, pegados al teléfono móvil, la televisión o el ordenador, nuestro cuerpo no producirá la melatonina necesaria para irse a dormir a una hora adecuada.
Estas mismas investigaciones relacionan el agotamiento producido por la falta de sueño con problemas de salud mental y problemas de comportamiento. Este problema desencadena también defectos cognitivos como disminución de la atención, arrebatos de ira, estado de ánimo negativo…
Según la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, los adolescentes que no duermen lo suficiente también tienen más probabilidades de tener un comportamiento autolesivo o suicida.
¿Cuánto necesita dormir un adolescente?
Según la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, un adolescente debería dormir entre 8 y 10 horas cada noche. Sin embargo, según el Centro de Control y Prevención de enfermedades de Atlanta, el 75% de los estudiantes de secundaria duerme menos de 8 horas diarias.
El cerebro de los adolescentes está en constante desarrollo, y al igual que necesita energía proveniente de los nutrientes de una dieta completa y equilibrada, necesita descansar un mínimo de horas para desarrollarse con normalidad.
La falta de horas de sueño en este sentido puede provocar al adolescente, además de lo nombrado con anterioridad: disminución de la capacidad de atención y aumento del olvido, depresión y problemas de psicología, mala toma de decisiones, atracones de azúcar para sentir una falsa sensación de energía, posible dependencia a las drogas, alcohol, cafeína o nicotina, acné, reflejos físicos más lentos y menor rendimiento deportivo…
Síndrome de la fatiga crónica
La fatiga crónica es una condición caracterizada por el cansancio continuo que no se alivia con el descanso, puede empeorar por el esfuerzo y no es causado directamente por ninguna otra condición médica. Se desconoce su causa exacta.
Se define generalmente como "agotamiento anormal después de actividades normales". La fatiga es un problema grave, va aumentando, incluso hasta el punto de estar sufriendo depresión, ansiedad u otro problema grave de salud mental.
Una de las preguntas más complicadas es la de qué surge primero: la falta de sueño o los problemas de salud mental. El agotamiento podría llevarte a la falta de salud mental, o viceversa, luchar contra la depresión puede llevarte al agotamiento.
Lo mismo ocurre con la ansiedad. Un adolescente con ansiedad podría estar nervioso por la escuela o sus amigos y podría tener dificultades para levantarse de la cama por la mañana. Es mucho más fácil dormir todo el día que enfrentarse sus miedos.
Por todo esto es importante analizar si el adolescente está cansado de forma puntual o si el caso es más grave y está luchando contra un problema emocional asociado a la fatiga crónica, para lo cual hace falta un diagnóstico correcto.
Consejos para adolescentes cansados
Si sospechas que tu hijo adolescente puede estar sufriendo por dormir y descansar poco, aquí van algunos consejos para ayudarle a regular las horas de sueño:
- Adiós a la cafeína: un exceso de cafeína puede ser el culpable de que tu hijo no coja sueño por la noche. La cafeína se encuentra en los refrescos, el café o incluso el té. Puede optar por las versiones de estas bebidas sin cafeína o evitar tomarlas 5 horas antes del momento de irse a dormir.
- Cuidado con la comida antes de dormir: la cantidad de alimentos que coman en la cena debería dejarlos saciados, pero sin meterse atracones. Comer muy poco en la cena puede acabar en tener hambre a la hora de irse a la cama y que esto dificulte el quedarse dormido. Por el contrario, si se come demasiado o la comida es muy grasienta y difícil de digerir la digestión será más lenta y también se tardará más en coger el sueño.
- Deshazte de las pantallas antes de dormir: la luz artificial crea en nuestro cerebro una falsa sensación de día que interfiere con el sueño. Además, si están entretenidos hablando con sus amigos o jugando a algún videojuego, puede que esa adrenalina no les permita dormir. Lo ideal es dejar las pantallas a un lado al menos media hora antes de ir a dormir.
- Ejercicio regular: es lógico que si quieres sentir esa sensación de descanso y de chute de energía por la mañana, la noche de antes tienes que haberte ido con un nivel normal de cansancio a dormir. Está demostrado que el deporte ayuda en este sentido, más aún si es al aire libre, ya que después de realizarlo los músculos piden reposo.
- Haz que el ambiente invite al descanso: su habitación no tiene por qué ser su centro de juegos. Su cabeza tiene que relacionarlo con el descanso y la paz. Para ello es muy importante un ambiente sencillo, silencioso y oscuro.
- Trata los problemas antes de que generen estrés: hablar a menudo sobre lo que les preocupa y ayudarles a solucionarlo mejorará sin duda su salud mental.
Pero, lo más importante de todo, es que de los consejos anteriores se cree una rutina con la que el adolescente se sienta sano y cómodo.
Fuentes:
US National Library of Medicine -National Institutes of Health
Hospital Infantil de Texas
Academia Estadounidense de Medicina del Sueño
Fecha de actualización: 07-06-2021
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