Frutas y verduras
Los alimentos más ausentes en la dieta de la mayoría de los niños de 3 a 12 años son las frutas y las verduras, justamente aquellos que aportan más cantidad de vitaminas, minerales, fibra, etc. que otros más consumidos por los peques de la casa.
Indice
- Es necesario que los niños coman más frutas y verduras
- Beneficios de las frutas
- Beneficios de las verduras
- Cómo lograr que los niños coman frutas y verduras
Es necesario que los niños coman más frutas y verduras
Desde la Fundación de salud Thao nos alertan del preocupante aumento del número de niños de 3 a 5 años con problemas de peso: un 21,3% de los menores de esta edad presentan sobrepeso y un 8,5% llegan a la obesidad. Estas cifras son muy preocupantes ya que, a esta edad, es cuando se crean los hábitos alimenticios, por lo que la obesidad tan temprana tiende a ser persistente.
Este incremento se debe a las nuevas costumbres alimenticias, el estilo de vida y, sobre todo, el sedentarismo. Los niños comen mucha bollería y comida rápida, y pocos alimentos saludables como las frutas y las verduras.
Según los expertos en nutrición, se deben tomar 5 raciones al día de frutas y verduras, recomendación que muy pocos niños (y adultos) cumplen. Ambas son muy beneficiosas para la salud y se han relacionado con una menor incidencia de enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, obesidad, etc. Por eso, deben formar parte de la nutrición diaria de todos los niños y niñas.
Beneficios de las frutas
Las frutas destacan por su alto contenido en agua, vitaminas, minerales y fibra, elementos que ayudan a reforzar el sistema inmunitario, a hidratar e organismo, favorecen el tránsito intestinal y el funcionamiento de los riñones, entre otras muchas propiedades:
- Vitaminas: Destaca su contenido en vitamina A, una vitamina antioxidante que ayuda a la formación y mantenimiento de los dientes, los tejidos blandos y óseos, las membranas mucosas y la piel. También favorece la visión. Asimismo, las frutas son ricas en vitamina C, que refuerza el sistema inmunitario, es antioxidante, contribuye al desarrollo de dientes, encías, huesos y cartílagos, a la absorción del hierro, a la cicatrización de las heridas, etc.
- Minerales: Las frutas son ricas en potasio (necesario para la transmisión del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, contribuye al equilibrio de agua dentro y fuera de la célula); y magnesio (relacionado con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y la resistencia a enfermedades degenerativas y posee un suave efecto laxante).
- Fibra: Las frutas contienen mucha pectina, un tipo de fibra soluble que ayuda a prevenir el cáncer digestivo y favorece el tránsito intestinal para evitar el estreñimiento.
Algunas frutas que no deben faltar en su dieta son: manzana, pera, mango, plátano, frutos rojos, naranja, aguacate, albaricoque, kiwi, etc.
Beneficios de las verduras
Las verduras contienen una gran cantidad de elementos nutritivos:
- Son ricas en vitamina A y C, que como ya hemos visto, tienen propiedades antioxidantes, antibacterianas, etc.
- Son una fuente importante de minerales, como el magnesio, el potasio, el calcio (esencial para el crecimiento de los huesos) o el hierro (imprescindible para el organismo ya que contribuye al buen funcionamiento de la respiración, trasporta oxígeno a los tejidos, estimula la inmunidad y la resistencia…).
- Asimismo contienen fibra, esencial para el correcto tránsito intestinal.
- Su contenido en agua también es muy importante (alrededor de un 90% de su peso es agua), ya que contribuyen a hidratar el organismo.
Entre las verduras y hortalizas que debe consumir tu hijo encontramos patata, alcachofa, acelga, puerro, apio, zanahoria, cebolla, lechuga, calabacín, calabaza, remolacha.
Cómo lograr que los niños coman frutas y verduras
- A medida que introduces nuevos alimentos en su dieta, no debes rendirte si alguno no le gusta a la primera. Para sabores extraños, hace falta probarlos al menos entre 5 y 10 veces para acostumbrarnos. Muchos padres se rinden en cuanto ven que una comida desagrada a sus hijos; eso es un grave error. Hay que volver a probar pasados 10 o 15 días, y así varias veces hasta que el pequeño se haga a su sabor.
- Además de insistir, es bueno cambiar la forma de cocinar un alimento. Si a tu hijo no le gustan las judías cocidas, házselas rehogadas con jamón y tomate. Prueba salsas, diversas maneras de presentarlo, etc.
- Usa verduras sin triturar, no las hagas siempre en puré, para que el niño se acostumbre a su textura y sabor. En cuanto a las frutas, no se las des siempre en zumos. Las piezas enteras y con piel (bien lavadas), aportan más nutrientes.
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