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¿Debo prohibir las chucherías?

¿Debo prohibir las chucherías?

El verano, un cumpleaños, una fiesta infantil, un premio por buen comportamiento… las ocasiones en las que un niño tiene la oportunidad de comer chucherías es infinita. Por mucho que queramos, es prácticamente imposible apartar a nuestros hijos de caramelos, gusanitos, bollos, chocolatinas, etc. Si además ya tienen edad de ir al colegio y socializar con niños de su edad, la batalla está prácticamente perdida.

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El papel de las chuches en la alimentación infantil

Si bien hay que tener en cuenta que, a pesar de ser las grandes vilipendiadas de alimentación infantil, las chucherías se siguen vendiendo y consumiendo. Y lo cierto es que también tienen su cara positiva. No son útiles nutricionalmente, pero hacen felices a los niños, están ricas, se comparten, se regalan…

Los niños además querrán imitar a esos amigos que las consumen. Su sabor, sus colores, sus formas, sus envoltorios, las hacen irresistibles. Y, reconozcámoslo, hasta para los adultos se hace difícil no caer en la tentación. ¿Cómo prohibirlas entonces?

Como vemos la tarea puede ser muy ardua, pero es que tampoco es necesaria. ¿Por qué no, en vez de prohibirlas y perdernos en quimeras, aprovechamos la coyuntura para inculcar en los pequeños buenos hábitos y autocontrol?

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Para ello debemos tener claro qué se entiende por chucherías. Cuando hablamos de ellas nos referimos normalmente a un conjunto variado de alimentos, generalmente dulces, calóricos, sin valor nutricional, de sabores y colores atractivos y vistosos. Pero este grupo es muy heterogéneo y no todas son igual de desaconsejables.
 

Tipos de chucherías

Bollería industrial: Los pastelitos o galletas envasadas están hechos con harina de cereales, huevos y leche, lo que a primera vista puede resultar hasta saludable. Sin embargo entre sus ingredientes también se encuentran en grandes dosis, el azúcar, las grasas saturadas (normalmente de palma o animal) y diversos aditivos.

Caramelos, gominolas, chicles: Están compuestas por azúcar, grasas y aditivos, como colorantes y aromas artificiales.

Chocolatinas y bombones: En su composición hay leche y cacao, pero predominan las grasas y los azúcares. Tienen un alto valor calórico.

Batidos y helados: Son fabricados con leche y fruta, pero también contienen azúcares, grasas y aditivos. Si bien, estos suelen ser cada vez más naturales.

Zumos: Los zumos de frutas, incluso los 100% naturales, suelen proceder de concentrado, y contener mucho azúcar por sí mismos. Los industriales además tienen azúcares y aditivos extra. Suelen perder las vitaminas y la fibra de la fruta original.

Bolsas de patatas fritas, snacks y frutos secos: Aunque los frutos secos tienen propiedades nutritivas, los que se venden envasados, así como las patatas fritas o gusanitos, contienen también gran cantidad de grasa y sal.

 

Efectos negativos de las chucherías

- Provocan caries: Su alto contenido en azúcar y su consumo continuado favorece la aparición precoz de caries. Si además no se mantiene una buena higiene, como suele ocurrir con frecuencia entre los niños, el resultado es nefasto para su salud dental.

- Quitan el apetito: Las chucherías tienen muchas calorías, sacian pero no alimentan. Si se toman sin control y entre las comidas principales provocará falta de apetito en el niño cuando llegue la hora de comer o cenar.

- Favorecen la obesidad: Del mismo modo estas calorías de más son almacenadas en el cuerpo en forma de grasa. Además, tomarlas repetidamente ayuda a crear un hábito que será muy difícil de cambiar más adelante.

- Posibilidad de accidentes o atragantamientos: Su pequeño tamaño, su dureza o los palitos o envoltorios que incorporan pueden originar lesiones, accidentes en la boca, atragantamientos, fracturas dentales, etc. No dejes a un niño comiendo chucherías sin supervisión. Asimismo, tampoco permitas que coman frutos secos ni pequeños caramelos antes de los 3 años, ya que son causantes de atragantamientos y casos graves de asfixia.

- Producen alergias: Los aditivos que hacen más atractivos estos productos (potencian el sabor, dan color, conservan, etc.) pueden desencadenar reacciones alérgicas

 

¿Cómo tomar chuches?

Sabiendo todo esto puedes proponer unas sencillas normas para limitar su consumo, sin tener que vetarlas totalmente:

1. Acuerda un número máximo de chucherías a la semana. Lo que no significa que todos los días pueda tomarlas. Los días con chuches son excepcionales y deben ser menos que los días libres de golosinas.

2. El consumo de chucherías debe tener una justificación (cumpleaños, premio, día festivo, etc.).

3. Siempre es mejor comerlas de una vez (merienda, postre…) que picotear todo el día.

4. Es preferible siempre la alternativa casera (bizcochos y galletas caseros, zumos naturales, batidos de fruta entera y leche, etc.).

5. Después de tomar chucherías, hay que lavarse los dientes.


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 28-02-2022

Redacción: Irene García

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