¿Dudas sobre la ovulación?
Conocer qué es y cómo se produce la ovulación es fundamental para entender el ciclo menstrual y saber cuáles son los días más fértiles, es decir, aquellos en los que hay más posibilidades de conseguir un embarazo. Entender cómo funciona tu cuerpo es esencial.
Indice
- ¿Qué es la ovulación?
- Fases de la ovulación
- ¿Cada cuánto se produce la ovulación?
- Calcular los días fértiles
¿Qué es la ovulación?
En ginecología, la ovulación es el proceso de emisión de un óvulo (a veces de más de uno) tras la formación de un folículo ovárico, es decir, el momento en el que el ovario expulsa un óvulo. Cada mes se produce la maduración de un óvulo dentro de un ovario. Una vez que éste alcanza un determinado tamaño, sale del ovario y se dirige hacia la trompa de Falopio en dirección al útero. El ovario que libera el óvulo es bastante arbitrario, porque la ovulación no necesariamente se alterna entre los ovarios en cada ciclo. Una vez en la trompa, espera la posible llegada de un espermatozoide para que se produzca la fecundación. Es el momento de más fertilidad del ciclo menstrual.
En las mujeres, la ovulación ocurre aproximadamente 14 días después del primer día del ciclo menstrual. Sin embargo, este proceso depende de la longitud del periodo, que puede ir desde los 20 días hasta los 35, por lo que la ovulación puede darse desde el 8º día hasta el 20º.
Fases de la ovulación
El ciclo menstrual tiene la misión de preparar el organismo para conseguir un embarazo con éxito, es decir, preparar el cuerpo de la mujer para la reproducción. En este ciclo se pueden distinguir dos fases: la folicular y la lútea, separadas por el fenómeno de la ovulación.
- Fase folicular: Es la primera y se llama así porque en ella se desarrolla el folículo donde se encuentra el futuro óvulo. Durante esta etapa, la hipófisis comienza a segregar grandes cantidades de una hormona llamada folículo-estimulante o FSH, que viaja a través de la sangre para actuar en los ovarios, desarrollando los folículos (entre 10 y 100 en cada ciclo). Éstos a su vez comienzan a segregar grandes cantidades de estrógeno, hormona que circula también por la sangre para actuar en todos los tejidos de la mujer. Simultáneamente el hipotálamo libera otra hormona en pequeña cantidad llamada prolactina, que interviene en la maduración de los folículos del ovario.
Cada ciclo selecciona aleatoriamente un folículo que crece hasta alcanzar una medida aproximada de 20 mm. En ese momento, se rompe y se libera al futuro óvulo. Durante esta fase se producen cambios en la cavidad uterina, en la mucosa endometrial y en las glándulas mamarias, que se preparan para un posible embarazo.
- Fase ovulatoria: Como consecuencia de los altos niveles de estrógeno, el hipotálamo comienza a liberar otra hormona luteinizante o LH que completa la maduración del folículo ovárico, transformándolo en un gran folículo que entre las 12 y 36 horas se romperá, liberando al óvulo. Cuando esto ocurre, deja libre en la cavidad abdominal alrededor de 10 a 15 ml de líquido y millones de células responsables de la producción de hormonas ováricas. Junto con estas células, que ofrecen el medio nutritivo propicio, se libera el óvulo.
Entonces, el ovocito (llamado en este momento terciario o de Graff) se dirige a la cavidad peritoneal, donde es atrapado en el extremo de los tubos de las trompas de Falopio. Las trompas están dotadas de pequeños filamentos o cilios que se mueven como una aspiradora doméstica, barriendo y aspirando el líquido folicular liberado con todo su contenido, fundamentalmente, el óvulo. Los músculos de la trompa también se contraen rítmicamente para favorecer el ingreso del óvulo, para que a ese nivel se encuentre con su compañero, el espermatozoide.
- Fase lútea: Esta etapa, que sigue a la ovulación, se caracteriza por la aparición en el ovario, en la zona donde se liberó el óvulo, de un tejido muy rico en colesterol, de color amarillento, motivo por el cual se lo denomina cuerpo amarillo o cuerpo lúteo. Este tejido comienza a formar grandes cantidades de progesterona, cuya función principal es la de preparar al endometrio para alimentar al huevo fecundado hasta que este último pueda nutrirse de la sangre materna a través de la placenta. La progesterona también estimula que el cuello del útero segregue un moco muy espeso que impide la entrada en el mismo de gérmenes que puedan afectar al huevo en crecimiento.
Si no ha habido fecundación se produce la muerte funcional del cuerpo lúteo y la mucosa uterina se desvitaliza por falta de estímulos hormonales adecuados. Los elementos acumulados se desprenderán y se romperán los vasos sanguíneos, produciéndose una hemorragia, que es la menstruación.
Si el óvulo es fecundado, las células que van a transformarse más adelante en la placenta empiezan a segregar una nueva hormona, la gonadotrofina coriónica humana, que detectada en la sangre materna mediante un estudio de laboratorio confirma el embarazo. Esta última hormona hace que permanezca vital el cuerpo amarillo y continúe produciendo grandes cantidades de progesterona, que mantienen segregante de nutrientes al endometrio para alimentar al huevo fecundado hasta que pueda ser alimentado por la placenta. El cuerpo amarillo es fundamental durante las primeras 10 semanas de la gestación.
¿Cada cuánto se produce la ovulación?
Este ciclo se inicia en la pubertad con la primera regla (llamada menarquia), en torno a los 12 años, y se repite a lo largo de la vida fértil de la mujer hasta la menopausia (que se produce unos 30 años después). El ovario cuenta con una dotación de 500.000 óvulos, todos preparados de la misma manera para ser fertilizados, aunque sólo 500 llegan a madurar completamente.
Al principio los ciclos suelen ser irregulares, produciéndose la ovulación y la regla unos meses sí y otros no, hasta que poco a poco se van haciendo cada vez más regulares. Aunque habitualmente se considera que los ciclos regulares deben ser de 28 días, en realidad cada mujer sigue un ritmo y necesita su tiempo para que se produzcan todos estos cambios, por lo que el periodo puede durar entre 23 y 35 días, pero siempre que siga la misma pauta, se considerará regular.
Los eventos que ocurren en cada ciclo son gobernados por hormonas del hipotálamo, de la hipófisis, de la tiroides y del ovario. Existe una muy estrecha relación entre el hipotálamo y la hipófisis ya que se controlan mutuamente, y además el hipotálamo está estrechamente relacionado con otras áreas del cerebro, por lo cual las alteraciones emocionales pueden afectar el ciclo menstrual. De hecho, es muy común que el periodo desaparezca cuando sufrimos estrés o situaciones de ansiedad y nerviosismo.
Calcular los días fértiles
Conocer el momento exacto en el que se produce la ovulación es fundamental para lograr un embarazo, ya que manteniendo relaciones en los días fértiles, aumentan las posibilidades de concebir. Para quedar embarazada, debes tener relaciones sexuales durante el periodo que se extiende desde uno o dos días antes de la ovulación hasta alrededor de 24 horas después. La razón es que los espermatozoides pueden vivir durante dos o tres días pero un óvulo no sobrevive más de 24 horas después de la ovulación, a no ser que sea fecundado.
En líneas generales, para conocer los días fértiles se deben restar de 12 a 16 días a la fecha de la siguiente menstruación. Es decir, si la regla te tiene que venir el 28 de marzo, se le restan 16 y 12 días y da dos fechas: el 12 y el 16 de marzo. Esos dos días marcan el periodo fértil en el que se deben mantener relaciones sexuales para lograr el embarazo.
En los ciclos cortos, que duran entre 23 y 25 días, la ovulación se produce en torno al 9º día del ciclo. Por lo tanto, considerando la vida del óvulo (24 horas) y del espermatozoide (unas 72 horas), los días fértiles serán del 8º al 13º del ciclo.
En los ciclos normales, de 28 días, la ovulación se produce alrededor del 14ª día, por lo que los días fértiles van del 12ª al 17ª.
En los ciclos largos, de entre 30 y 35 días, la ovulación se produce en torno al 16ª día, por lo que los días fértiles van del 13ª al 18ª.
En los ciclos irregulares, de una variación diferente cada vez, es más difícil establecer el momento de la ovulación y por lo tanto también de los días fértiles, por lo que se debe prestar atención a las variaciones en la temperatura basal y el moco cervical.
Manteniendo relaciones en estos días hay un 20% de posibilidades de concebir en cada ciclo, y un 85% de lograrlo después de un año intentándolo si no hay problemas de fertilidad. No obstante, también conviene tener en cuenta (para aquellos periodos en los que no se desee un embarazo) que en cualquier momento del ciclo es posible que se produzca la concepción, sólo que existen menos probabilidades que en estos días.
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Cuando una mujer se pregunta cómo calcular fecha de embarazo seguramente hace referencia a la fecha probable del parto, que tiene lugar 280 días después del primer día de su última menstruación.
Fuente:
Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.
Fecha de actualización: 17-11-2021
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