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Reproducción asistida: ¿Cuántos intentos se pueden hacer?

Reproducción asistida: ¿Cuántos intentos se pueden hacer?

En los tratamientos de fertilidad el factor emocional es muy importante. Una pareja que se somete a un proceso de reproducción asistida debe saber que lograr un embarazo depende de muchos factores y que las tasas de éxito, aunque van en aumento, actualmente no son del 100%, ni siquiera, en muchos casos, del 50%. 

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¿Por qué hay que poner un límite en los intentos de quedar embarazada?

Si bien, las posibilidades de quedarse embarazada están directamente relacionadas con el número de intentos que se realicen. Eso sí, desafortunadamente, aún se desconocen muchas de las causas que impiden que una pareja pueda concebir y no todas ellas, a pesar de intentarlo repetidamente con tratamientos de reproducción asistida (tanto de FIV como de inseminación artifical), pueden finalmente tener un hijo biológico. ¿Cuándo decir basta?

Según la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de la clínica de fertilidad Ginefiv, es recomendable realizar un número de intentos razonable e individualizado en cada pareja. Puede estimarse en 3-4 ciclos, hasta 5 como mucho. El número de intentos que normalmente se recomienda en la fecundación in vitro es de 3, ya que, tras este número intentos, el 85% de las parejas consigue el embarazo.

Debemos tener en cuenta que estos tratamientos suponen una gran carga emocional y muchas parejas necesitan ayuda de un profesional de psicología. Además, tras el fracaso de alguno de los ciclos, hay que valorar las razones por las que no se ha conseguido dicha gestación para tenerlo en cuenta para la estrategia terapéutica que se pautará en el nuevo ciclo. Cambiar de tratamiento, implantar un embrión de 5 días en lugar de 3, etc. 

 

¿Qué factores disminuyen las probabilidades de éxito de un tratamiento de fertilidad?

El estrés puede ser un mal aliado. Es normal que cuando se inicia un tratamiento de reproducción asistida se sienta ansiedad por las pruebas a las que se deben someter, los tiempos de espera o los resultados, que en ocasiones pueden ser negativos. Sin embargo, hay que intentar controlar y reducir este estrés, ya que diversos estudios muestran que las mujeres que presentan altos niveles de ansiedad tener problemas de anovulación y alteraciones hormonales de menor a mayor índole, incluso se habla de la posibilidad de problemas relacionados con la calidad embrionaria o disminución en las posibilidades de implantación embrionaria.

No obstante, hay otros muchos factores que influyen en un tratamiento de reproducción asistida: el peso, el alcohol o el tabaco son alguno de ellos. En el caso de las mujeres fumadoras que están realizando un tratamiento de fertilidad, éstas suelen tener más problemas para logar el embarazo. Hay más posibilidades de sufrir abortos, las tasas de implantación son más bajas y requieren mayor medicación para fomentar la estimulación ovárica. Esto se debe a que el efecto que causa el tabaco sobre estas mujeres es comparable a tener diez años más y, como hemos señalado, la edad es un factor fundamental.

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Por otra parte, el peso también influye en el éxito del tratamiento, tanto si se padece sobrepeso como si hay un déficit de peso. El aumento o la pérdida severa de peso puede influir sobre capacidad reproductiva, de aquí que la importancia de mantener siempre una dieta saludable y equilibrada, y aún más durante un tratamiento de fertilidad.

Y, por supuesto, la edad. La calidad de los ovocitos empeora conforme avanza la edad. En pacientes de más de 40 años en torno al 80% de los embriones conseguidos con sus óvulos pueden tener alteraciones cromosómicas y dificultar el embarazo. Por eso, en este caso se suele recurrir a la donación de ovocitos.

La probabilidad de embarazo con FIV está directamente vinculada a la reserva de óvulos de la mujer. En pacientes con muy baja reserva ovocitaria o con óvulos de baja calidad el embarazo es muy difícil y, por eso, se aconseja recurrir a los donantes.

También la calidad del semen es importante, sobre todo a partir del 4º día de desarrollo del embrión. Por eso, si no se cuenta con esperma de calidad que pueda proporcionar embriones de calidad se puede recurrir igualmente a semen de donante.

Y si se detectan anomalías cromosómicas en los embriones, se puede recurrir al diagnóstico genético preimplantaciónal (DGP) para evitar que en los ciclos siguientes sigan saliendo embriones con estos problemas para aumentar el éxito y necesitar menos intentos.


Fuente:

Ginefiv

SEF

Fecha de actualización: 28-10-2021

Redacción: Irene García

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