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¿Es normal tener gases al principio del embarazo?

¿Es normal tener gases al principio del embarazo?

No cabe duda de que el embarazo trae consigo innumerables cambios que repercuten en el estilo de vida de cualquier futura mamá, y el de la alimentación, por supuesto, es uno de ellos, dado que también las necesidades nutritivas durante el embarazo cambian, y mucho. A la hora de incorporar, por ejemplo, alimentos a los que el cuerpo no estaba acostumbrado, podrían comenzar a producirse algunos malestares e incluso gases. ¿Qué hacer para evitarlos?

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Índice

 

¿Qué puedo hacer para evitar los gases?

La mayoría de los expertos lo que recomienda es que las futuras mamás intenten ingerir pequeñas porciones para no recargar el organismo. Es necesario realizar cuatro o cinco comidas al día, pero nunca menos de tres. También es fundamental que la mujer embarazada se siente a comer tranquilamente durante veinte minutos aproximadamente para que cuente con suficiente tiempo para masticar. Evitar los alimentos que estén poco cocinados y algunos como la coliflor, el brócoli, el pimentón verde o el pepino, y todos aquellos que estén fuertemente condimentados.

Saca de tu dieta los pescados, las carnes y los fritos con mucha grasa, y también los aderezos que puedan tener mucho aceite y mantequilla o crema y, por último, intenta cocinar con aceite de oliva y toma mucho yogur porque este producto lácteo contiene una serie de bacterias que impiden la fermentación de los alimentos en el intestino. La pasta y el pan, por ejemplo, si no están bien cocinados se fermentarán en el estómago, así que prestad mucha atención a lo que coméis.

También puedes consultar con tu ginecólogo sobre la posibilidad se tomar infusiones de anís verde. Tomar estas infusiones después de cada comida es un remedio natural muy efectivo para aliviar los gases. La infusión de anís verde suele ser segura para las embarazadas, en cambio no lo es el aceite esencial de anís verde. Recuerda que, aunque las plantas son productos naturales, si están concentrados en forma tinturas, extractos o aceites esenciales, pueden dar problemas de toxicidad.

¿Y cuando estás fuera de casa? Si te encuentras fuera en más ocasiones de las que te gustaría (de hecho, cada día estás más cansada y te sientes más pesada e hinchada, y es lo que menos te apetece) recuerda que lo mejor será que elijas un restaurante en el que haya carnes magras y que siempre retires la piel del pollo antes de pedirlo independientemente de la preparación, que intentes elegir siempre comida a la parrilla o al horno, que elijas lugares para comer donde tú misma, por ejemplo, puedas hacerte ensaladas para lograr la combinación perfecta y, sobre todo, que más se adapte a tus gustos y necesidades, y que si optas finalmente por un sitio de comida rápida, utilices siempre las servilletas para poner sobre ellas las patatas fritas y que absorban así todo el aceite.Y no te olvides de que además de cuidar tu dieta deberás beber al menos ocho vasos de agua diarios. Tendrás menos estreñimiento y aliviarás tus gases. Acuérdate de evitar vestir con ropa muy ceñida que contribuye a presionar tu abdomen e intenta realizar ejercicio ya que esto contribuye a acelerar tus procesos digestivos. Si, por ejemplo, realizas yoga para embarazadas en casa será estupendo y podrás expulsar tus gases con mayor facilidad. Y sí, puede que al principio te dé algo de vergüenza, pero pronto te darás cuenta de que es algo completamente normal y también muy frecuente en las mujeres embarazadas y que, además, con una serie de consejos podrás minimizar tus gases mucho más de lo que crees.


Pero ¿son tan frecuentes los gases en el embarazo?

La sensación de hinchazón provocada por los gases en el embarazo es un síntoma bastante común en el embarazo y, además, su aparición se vincula al igual que otras molestias intestinales como podrían ser las náuseas, el estreñimiento o la diarrea, a las secreciones hormonales totalmente propias del embarazo. A pesar de que los gases en el embarazo no son peligrosos, sí pueden causar dolor e hinchazón abdominal llegando a ser bastante molestos.


¿Por qué aumentan  los gases durante el embarazo?

El aumento de gases en el embarazo aumenta por las alteraciones hormonales en el cuerpo de la mujer. Este aumento de la progesterona hace que muchos tejidos del cuerpo se relajen, algo que ralentiza el proceso de digestión para que los nutrientes de los alimentos estén mucho más tiempo en el cuerpo y lleguen con las suficientes garantías al torrente sanguíneo de la madre y también del bebé.

Dicha producción más lenta lo que origina son gases en el embarazo, una mayor producción de estos que se acumulan en el intestino y crean distención abdominal, eructos y flatulencias, además de una sensación constante de pesadez que puede desencadenar incluso en dolor de intensidad variable.

También es importante tener en cuenta que, ya en el último trimestre de embarazo, y debido sobre todo al aumento del tamaño del útero y a la acción de estrógenos, la presión del intestino es mucho más elevada y las digestiones se ralentizan más todavía (incluso hasta un 30%) por lo que la aparición y la retención de gases seguirá empeorando.


Los sustos en el embarazo son normales, pero ¿hay que acudir en algún momento al médico?

Son muchas causas por las que las futuras mamás suelen alterarse durante el embarazo y, sobre todo, cuando llegan al tercer trimestre, pero si se lleva una vida completamente saludable y se realizan, además, todas las pruebas recomendadas, no tiene por qué pasar nada en absoluto. Los gases son fáciles de identificar porque la sensación es bastante parecida a las molestias previas a estar embarazada.

Eso sí, si una futura mamá comienza a notar que los dolores son bastante más intensos de lo habitual y que su tripa se pone muy dura, o incluso el dolor llega a acompañarse de vómitos o diarreas, será conveniente acudir al médico porque en algunas ocasiones el dolor abdominal intenso en las mujeres embarazadas puede ser sinónimo de complicaciones bastante más graves como la obstrucción o la inflamación intestinal y la neumonía, que deberán tratarse adecuadamente para no perjudicar ni a la mamá ni al bebé.
 

 


Fuentes: Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 23-03-2021

Redacción: Ana Ruiz

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