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Cómo calmar contracciones

Cómo calmar contracciones

Es normal que estando embarazada se piense bastante en el momento del parto. Las contracciones son uno de los mayores miedos y preocupaciones de las mujeres gestantes. ¿Duelen mucho? ¿Cuánto tiempo debe pasar entre unas y otras para acudir al médico? ¿Qué significan estas contracciones? ¿Hay varios tipos?

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Índice

 

Tipos de contracciones

El útero es un músculo y como tal se contrae y se endurece. Experimentar contracciones musculares es la manera que tiene el cuerpo para expulsar al bebé cuando llegué el momento oportuno. Pero hay que saber que las contracciones no siempre significan un parto inminente.

Cuando llega la segunda mitad del embarazo es posible experimentar las conocidas como contracciones de Braxton Hicks. Este tipo de contracciones son indoloras y esporádicas y, a su vez, suelen ser bastante incómodas. Se producen debido a la tensión y relajación del útero en preparación para el futuro trabajo de parto y por la necesidad de adaptarse al nuevo tamaño del feto, pero no son seña de que este vaya a comenzar.

Sentir contracciones antes de la semana 37 significará probablemente que son contracciones de Braxton Hicks. Por el contrario, si se han pasado las 37 semanas y se tienen síntomas como manchado vaginal, orina frecuente, heces sueltas o la pérdida del tapón mucoso las contracciones estén ya probablemente anunciando el parto.

Este tipo de contracciones esporádicas se manifiestan endureciendo la tripa y con una sensación de peso en el bajo vientre. Por lo general, se suelen producir después de realizar esfuerzos, como puede ser tras una larga caminata y, sencillamente, desaparecen echándose a descansar.

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Las verdades contracciones del parto sí tienen una seña de identidad propia. Las características que hay que tener presentes para saber si se trata de este tipo de contracciones son las siguientes:

- Tienden a ser contracciones de poca duración, unos 30 o 40 segundos.

- Son regulares. Se suelen producir siempre en un mismo intervalo de tiempo que poco a poco va reduciéndose conforme aumenta la dilatación.

- Aunque se adopte una posición de reposo no se alivian ni se detienen. Cada más serán más fuertes.

- Cuando las contracciones se producen en un intervalo de tiempo de 5 minutos significa que el parto va a producirse de manera inminente y hay que acudir al hospital.

Asimismo, la expulsión del tapón mucoso, la sustancia espesa que se sitúa en el cuello del útero y que ha servido como protección del feto durante los meses de embarazo, indica la proximidad del momento del alumbramiento. Aun así, esta expulsión puede producirse incluso días antes del parto, simplemente indica que el cuello del útero se está dilatando y preparando para facilitar el paso del bebé por el mismo.
 

¿Cómo aliviar el dolor de las contracciones?

En estos casos la mayoría de las futuras mamás lo que más anhelan, además de tener a su bebé entre sus brazos, es aliviar el fuerte dolor que producen las contracciones. Este dolor es inevitable, aunque cada embarazada se sentirá diferente e incluso una misma mujer podrá sentir el dolor de diversas formas en diferentes partos.

La opción más utilizada para aliviar el dolor del parto es la anestesia epidural. La administración de esta consiste en introducir un medicamento analgésico local en la columna vertebral, fuera de la médula y las meninges para interrumpir la transmisión nerviosa del dolor. Se trata de un pinchazo en la zona lumbar con una aguja muy fina para administrar un anestésico local y, una vez se haya hecho efecto, se introduce una aguja más grande a través de la cual se añade un catéter en el canal raquídeo. El efecto de este analgésico se comenzará a notar entre los 10 y los 20 minutos después de su introducción.

La anestesia epidural no tiene ningún efecto sobre los bebés y es muy segura. Los ginecólogos son quienes deciden el momento de su aplicación, pero por norma general suele ser cuando el cuello del útero está dilatado entre 3 o 4 centímetros. Hay que tener en cuenta que nunca se administrará si se padece alguna infección en la piel donde se va a realizar la punción, alergias a los anestésicos locales, alteraciones en la coagulación, algunas cardiopatías, hemorragia intensa o una infección crónica en la columna vertebral.

Aun así, existen otro tipo de recomendaciones que pueden hacer más llevadera la sensación de dolor en el caso de que no se pueda hacer uso de anestesia:

- Masajes en la parte baja de la espalda.

- Intentar no centrar la atención en las contracciones ya que puede llevar a pensar que se está sintiendo aún más dolor.

- Inclinarse hacia delante o sentarse a horcajadas en una silla.

- Realizar actividades que impliquen mover la pelvis o caminar.

- Poner en práctica las enseñanzas y técnicas que se dan en las clases de preparación al parto.

- Darse una ducha o un baño caliente. .

- Técnicas de relajación. Existen muchos tipos. Una, por ejemplo, consiste en tomar conciencia de tu propio cuerpo, concentrándote en cada parte del mismo, buscando las que están en tensión para relajarlas. Todo acompañado de una respiración pausada y centrada. Otra es la visualización: se trata de imaginar situaciones que te hagan feliz, concentrándote en ellas para olvidar el dolor.

- Aplicar calor en la zona dolorida con una manta eléctrica o un saco de semillas.

- La aromaterapia te puede ayudar a relajarte y evitar la tensión muscular.

- La musicoterapia, es decir, escuchar música que te gusta y te relaja, también puede ser muy eficaz.

- La hipnosis. La hipnosis es un estado de la conciencia consciente similar a soñar despierto que implica enfocar la atención hacia el interior y aumentar la capacidad de respuesta a las sugerencias de otras personas que pueden influir en las percepciones (como la forma en que se experimentan las contracciones), el estado de ánimo o el comportamiento. Durante el parto, las mujeres pueden usar la hipnosis de varias maneras: para promover la relajación, como un medio para disociarse del dolor o para cambiar sus percepciones.

- La respiración es fundamental para reducir el dolor. Concéntrate en respirar de manera adecuada según el dolor ascienda o descienda.

- Olvídate del miedo y piensa que todo va a salir bien. El miedo aumenta la tensión muscular y el dolor.


Fuentes:

"Los consejos de tu matrona", Guía elaborada por la Asociación Española de Matronas.

Fecha de actualización: 09-03-2021

Redacción: Andrea Rivero

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