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¿En qué semana se provoca el parto?

¿En qué semana se provoca el parto?

La gestación del ser humano es un proceso complejo con un tiempo de duración determinado que no se debe forzar. Lo natural, y por ello lo más conveniente, es que el parto se desencadene espontáneamente, cuando se pongan en marcha por sí solos los mecanismos fisiológicos que hacen que comience el trabajo de parto.

Índice

 

¿Cuándo se considera a término el bebé?

Una gestación en condiciones normales dura entre 37 y 42 semanas. Si nace dentro de esas semanas, se considera un bebé nacido a término. Dentro de esta categoría se pueden distinguir tres subcategorías, según el momento en que se produjo el parto:

- Los bebés nacidos entre las semanas 37 y 39 serán considerados "a término tempranos".

- Los bebés nacidos entre las semanas 39 y 41 serán considerados "a término normales".

- Los bebés nacidos entre las semanas 41 y 42 serán considerados "a término tardíos".
 

¿Cuándo se desencadena el parto?

El parto se desencadena por una conjunción de factores biológicos sincronizados entre la madre y el bebé.

Es habitual que muchas mujeres embarazas, sobre todo las que van a ser madres primerizas, vean pasar su fecha probable de parto sin tener ni una sola contracción.

Si en la semana 42 no se perciben signos de que el bebé vaya a nacer, se debe provocar el parto.

A veces es necesario desencadenar el parto de forma artificial porque continuar con el embarazo puede suponer un riesgo para la madre, para el feto o para ambos.
 

¿En qué casos es necesaria la inducción?

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda finalizar el embarazo cuando “los riesgos maternos y fetales son menores al riego de continuar con el mismo”. Según sus protocolos, se debe provocar el parto en los siguientes casos:

- Embarazo postérmino: embarazo de más de 42 semanas. A partir de este momento la placenta suele dejar de funcionar suficientemente bien para mantener sano al bebé, por lo que es un riesgo mantener la gestación.

- Rotura prematura de membranas a término y pretérmino.

- Casos de hipertensión en el embarazo (preeclampsia, eclampsia y sındrome HELLP).

- Diabetes mellitus materna.

- Retraso del crecimiento fetal.

- Embarazo gemelar.

- Corioamnionitis o infección del líquido amniótico.

- Desprendimiento prematuro de la placenta.

- Muerte fetal intraútero.

Y es que en España la tasa de partos inducidos es superior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialmente porque se tiende a inducir el parto en cuanto se llega a la semana 41 desde la fecha de la última regla, pero el feto puede ser un poco más pequeño si la concepción se produjo más tarde y, por lo tanto, tendría unos días más.
 

¿Cómo se sabe si es necesaria la inducción?

Para saber si es necesaria o no la inducción del parto se realiza el test de Bishop para valorar el cuello uterino. La puntuación total se logra mediante la evaluación de estos parámetros en el examen vaginal:

Dilatación cervical

Borrado cervical

Consistencia cervical

Posición cervical

Encaje fetal

Más de 9 o más indica que probablemente comenzará de forma espontánea.

Una puntuación que supera los 8 puntos significa que la mujer tiene más probabilidades de lograr un parto vaginal, por lo que es mejor esperar.

Una puntuación de 6 o menos sugiere que el trabajo del parto es poco probable que empiece sin inducción, por lo que, si hay riesgo para el bebé o se ha pasado la fecha, deberá inducirse el parto.

Una puntuación muy baja indica que la inducción es poco probable que tenga éxito.
 

¿Cómo se realiza la inducción del parto?

La inducción del parto, según la OMS, debe limitarse a determinadas indicaciones médicas y en ningún caso debería ser mayor al 10% de los partos.

La inducción por medio de hormonas sintéticas como geles de prostaglandinas y/o oxitocina sintética y la cesárea electiva (sin razón médica de peso) no siempre son la mejor alternativa, pues las complicaciones que traen acarreadas pueden ser mayores. Conlleva mayores probabilidades de acabar en un parto instrumental o cesárea, por lo que debe limitarse a determinadas indicaciones médicas.

En algunas ocasiones, es preciso inducir el parto para proporcionar asistencia médica al recién nacido, por ejemplo, si sufre patologías cardiacas o pulmonares, o malformaciones que requieran una intervención quirúrgica o un tratamiento rápido, para lo cual tiene que nacer en un momento determinado.

La inducción del parto puede darse por: rotura prematura de las membranas, que el embarazo se prolongue en exceso, crecimiento intrauterino retardado, enfermedades maternales, meconio en el líquido amniótico, tu bebé no viene en posición.

Principalmente, la inducción del parto se da cuando este se retrasa, pues el peligro principal es que la placenta "envejezca" y que no pueda nutrir y proteger correctamente al bebé. Por ello, si en la semana 42 no se perciben signos de que el bebé vaya a nacer, se debe provocar el parto.

Existen diferentes sistemas de parto inducido que se eligen en función de las condiciones del cuello del útero y de la posición del bebé.

Aún con lo anterior, si el organismo de la madre no está preparado, la inducción puede fracasar y es posible que, después de intentarlo durante horas o días, se deba practicar una cesárea. Esto es mucho más probable cuando el cuello uterino todavía no está maduro.

Por frustrante que pueda resultar esperar a que tu bebé se decida a nacer, es importante dejar que la naturaleza siga su curso, a menos que tu médico indique lo contrario.

La inducción del parto debe estar en manos de los profesionales de la medicina; las personas ajenas a este campo pueden causar más mal que bien.
 

Riesgos de la inducción

Aunque la inducción normalmente es segura en medicina, puede implicar algunos riesgos, que varían de acuerdo con el método utilizado y las características particulares de la mujer y de la gestación.

Entre los posibles riesgos encontramos:

- mayor duración del parto

- contracciones más dolorosas

- mayor riesgo de fracaso, que obligaría a una cesárea

- mayores posibilidades de infección si se rompen artificialmente las membranas

Por lo tanto, la mujer debe estar bien informaba en todo momento para que decida si quiere o no esperar a que el parto se produzca de forma natural, conociendo tantos los riesgos antes indicados de la inducción, como los riesgos para el feto si el embarazo continúa pasada una cierta fecha.

Si se decide esperar, hay que aumentar los controles a dos a la semana para comprobar que el feto sigue bien y, ante cualquier duda, inducir el parto.


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 22-02-2021

Redacción: Edgar Corona


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