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Riesgos de placenta baja

Riesgos de placenta baja

La placenta baja no suele ser un problema al principio del embarazo, pero si esta se mantiene durante la gestación puede generar ciertos riesgos de los que debes estar pendiente.

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¿Qué es la placenta?

Las mujeres embarazadas nos queremos convertir en las personas más saludables y de mejores hábitos durante la gestación, ya sea que deseamos lo mejor para la llegada de nuestro futuro hijo.

Además de corregir muchas cosas en nuestras vidas o mantener ciertos hábitos para mantenernos saludables, hay ciertos aspectos que afectan al embarazo y antes los cuales solo podemos estar en revisión constante y previniendo.

Antes de entrar a fondo sobre los riesgos que puede traer la placenta baja, es necesario que entiendas qué es la placenta y cómo funciona para comprender de mejor manera los riesgos de dicha afección.

La placenta es el órgano que va a crear la conexión entre la mujer y su pequeño. Comienza a formarse una vez que el embrión se implanta sobre la pared del útero. Por lo tanto, una semana después de la fecundación la placenta se desarrolla por medio de las mismas células tanto del espermatozoide como del óvulo fecundado.

La placenta tiene la función principal de mantener al feto nutrido mientras se encuentra dentro del útero, le lleva el oxígeno, los nutrientes y las hormonas necesarias al bebé.

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A su vez, elimina los desechos del bebé, por lo que también se encarga de mantener a salvo al bebé de sustancias nocivas para su salud y desarrollo.

La hormona gonadotropina coriónica humana es muy importante en el embarazo, tanto que se le llama la hormona del embarazo. Esta es secretada por la placenta y es la que las pruebas de embarazo se encargan de detectar para decirte si estás o no encinta.

Después de que el bebé nace, la madre tiene que expulsar la placenta para que el parto concluya; a esta etapa en la que todavía se pueden experimentar contracciones se le conoce como alumbramiento.

 

¿Qué es la placenta baja?

La placenta se ubica sujetada a la pared uterina, normalmente en la parte anterior o posterior del útero, pero no debe tapar el cuello uterino por donde va a nacer el bebé.

La placenta previa es cuando este órgano está ubicado en la parte baja del útero o matriz, tapando el cuello uterino.

A lo largo del embarazo va a crecer este órgano, por lo que al principio puede estar ubicado un poco más abajo de lo que al final debería de estar, sin que cause complicaciones ni problemas.

Los distintos tipos de placenta en medicina previa son los siguientes:

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1.- Marginal. Se encuentra a un lado del cuello uterino sin cubrir la apertura del mismo.

2.- Parcial. Una parte de la apertura del cuello uterino se encuentra cubierta por la placenta.

3.- Completa. Toda la apertura del cuello uterino se encuentra cubierta.

El tipo más peligroso es el último, ya que es el que causa más hemorragias y complicaciones.
 

Causas de la placenta previa

La placenta previa es más frecuente en mujeres que:

- Han tenido un embarazo anterior

- Tienen cicatrices uterinas debidas a alguna cirugía previa como una cesárea

- Han tenido placenta baja previa en otras gestaciones

- Tienen un embarazo múltiple

- Tienen 35 años o más

- Son fumadoras

 

Riesgos de la placenta previa

El síntoma principal de la placenta previa es la hemorragia que se presenta después de la mitad de la gestación. Cuando esto suceda deberás acudir de manera inmediata a tu médico, puesto que hemorragia es la causa principal por la que puede ocurrir una muerte postparto.

No obstante, lo normal es que la placenta previa se detecte en las ecografías rutinarias y se tenga cuidado desde el momento que se descubre. Si pasada la semana 20 la placenta sigue baja y causa hemorragias, lo normal es que el médico de ginecología prescriba reposo absoluto y controles exhaustivos para impedir que se produzca un parto prematuro. Si es necesario se pueden administrar medicamentos para evitar el parto o para madurar los pulmones del bebé por si al final nace antes de tiempo.

Además, la embarazada deberá tomar aportes extra de hierro (para evitar posibles anemias) y ácido fólico (forman proteínas estructurales y hemoglobina).

Si se consigue llegar a la semana 36 y la placenta sigue obstruyendo el canal del parto, será necesario hacer una cesárea ya que el bebé no podrá salir por la vagina. 


Fuente:

Francois KE, Foley MR. Antepartum and postpartum hemorrhage. In: Landon MB, Galan HL, Jauniaux ERM, et al, eds. Gabbe's Obstetrics: Normal and Problem Pregnancies. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 18.

Fecha de actualización: 17-11-2020

Redacción: Genaro Aguilar

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