Estoy embarazada… ¿y ahora qué?
Lo has intentado mil veces o te ha pillado completamente por sorpresa. El caso es que ya hace más de tres días que debería haberte bajado la regla. Pero por fin te has decidido a ir a la farmacia. Te has comprado uno de esos test de embarazo que has visto tantas veces en películas, series… Pero esta vez la protagonista eres tú. Has esperado al pie de la letra los minutos que recomendaba el prospecto y ha aparecido una banda de color en forma de punto o de cruz. La prueba ha detectado la hormona HCG en la orina. Aunque parezca irreal: estás embarazada. ¿Y ahora qué?
Índice
- La primera visita al médico
- Infórmate sobre el embarazo
- Estilo de vida saludable
- Acepta los cambios en tu cuerpo… Y en tu vida
- Comparte tu alegría
La primera visita al médico
Para empezar, respira. Lo más importante es que no te alteres. Piensa en todas las mujeres del mundo que ahora están embarazadas, preguntándose quizá lo mismo que tú. Si es un embarazo deseado, debes empezar a aceptar este nuevo cambio con alegría y cero estrés.
Lo más normal es que vaya todo bien, y siguiendo unas pautas básicas y los controles recomendados, tendrás a tu bebé en nueve meses que pasan volando. Aunque en realidad, lo más práctico es que te vayas acostumbrando a contar en semanas. Un embarazo dura más o menos 40 semanas y en cada una de ellas vas a pasar por etapas muy diferentes.
Para empezar, lo mejor es que acudas para confirmar el embarazo con un análisis de sangre, aunque los test de farmacia suelen ser 99% fiables. Ahí empezará una larga –y esperemos que didáctica– relación con tu médico en caso de dar otra vez afirmativo. Empezarás con análisis, primeras citas con el tocólogo y matrona, ecografías, recomendaciones sobre qué comer o no comer, te dará vitaminas, ácido fólico… Probablemente no puedas retener toda esta cantidad de datos en tu cabeza, por lo que puedes ir apuntando tranquilamente datos en una libreta o agenda. Nunca te quedes con dudas en las consultas, su trabajo también consiste en explicar el proceso por el que vas a pasar. Puedes preparar una batería de preguntas antes de la cita para que no se te escape nada.
Aunque las visitas dependen de cada embarazo y su transcurso, lo normal es acudir al ginecólogo o la matrona cada 4 semanas. Igualmente, las ecografías principales se hacen en la semana 12, la semana 20 y la semana 33. Y te harán análisis de sangre y orina en cada trimestre.
Infórmate sobre el embarazo
Lo mejor para no agobiarte es que aprendas un poco más sobre la reproducción humana. Parece que ya lo sabemos todo, pero nada más lejos de la realidad. Hay infinidad de curiosidades que se nos escapan y que nos pueden ayudar a asimilar el proceso por el que estamos pasando. Por ejemplo, puedes tener algo similar al dolor de regla –tu útero se está expandiendo–, te pueden doler los pechos, puedes tener mareos, sentir cansancio a lo largo del día, las famosa angustias, ciática, gastroenteritis, contracciones prematuras, el estreñimiento, las ganas de orinar con frecuencia, antojos e incluso puedes llegar a tener algún manchado leve. En nuestra web tenemos infinidad de artículos que pueden ayudarte a conocerte y a saber por qué y cómo va a transformarse tu cuerpo.
También es interesante saber los tiempos comunes de cada embarazo. Aunque siempre va determinado por tu genética y tu propia evolución, sobre la semana 12 podrás hacer tu primera ecografía. Es en ese momento cuando sabrás si está bien colocado, cuál es la semana exacta de gestación y, por tanto, es posible predecir cuándo tendrá lugar el parto. Para saber si será niño o niña tendrás que esperar hasta la 15-16 semana de gestación, porque los genitales del feto ya están formados, aunque existen análisis de sangre que permiten detectar el sexo del futuro bebé a partir de la cuarta semana. Prepárate para una gran cantidad de pruebas: suelen hacerse tres ecografías, una en cada trimestre, y tres análisis de sangre. También se suele realizar un cultivo vaginal y rectal hacia el final de la gestación y se lleva a cabo la monitorización fetal.
Y por qué no, aprender de esta etapa tan fascinante, vas a vivir algo que te va a cambiar la vida y lo mejor es que estudies lo que te espera: la maternidad, la lactancia, la educación…
Libros, profesionales de la medicina, webs especializadas, amigas y familiares... busca toda la información que necesites para prepararte bien.
Estilo de vida saludable
- Alimentación. Vas a tener que adaptarte a pequeños cambios en tu alimentación. Dejando atrás el mito de que ‘debes comer por dos’, lo que sí es cierto es que tienes que comer las 5 comidas recomendadas para evitar los mareos. Deberás evitar ciertos alimentos como jamón serrano, chorizo, salchichón, salami, sushi, atún rojo, pez espada, tiburón… y todos aquellos alimentos que no estén bien cocinados ya que pueden dañar la evolución del feto. Estas infecciones, provocadas por la toxoplasmosis o la listeriosis, deberán ser evitadas a toda costa por lo que también se recomienda lavar especialmente bien las frutas y hortalizas y cocinar muy bien la carne, el pescado y el huevo que se consuma.
Además de mantener una dieta equilibrada, es necesario un aporte extra de ácido fólico y yodo para la correcta formación y desarrollo de nuestro bebé y evitar ciertas malformaciones como las del tubo neural. Y en el caso de observarse anemia en la analítica, tomar suplementos de hierro.
- Actividad física. Durante el embarazo debemos hacer ejercicio, a no ser que nos hayan indicado reposo por alguna razón o porque haya algún tipo de riesgo. Se recomienda hacer ejercicio suave-moderado a diario para fortalecer la musculatura, mejorar la circulación, subir de peso de forma adecuada, evitar el estreñimiento y mejorar el ánimo. ¡Y lo más importante! No debemos olvidarnos de la musculatura del suelo pélvico, ya que nos ayudará a disminuir el riesgo de desgarros, mejorar la recuperación tras el parto o facilitar la reanudación de las relaciones sexuales.
Acepta los cambios en tu cuerpo… Y en tu vida
No sólo aumentará tu tripa, sino que probablemente notarás cambios en tu pelo y uñas, manchas en la piel y la aparición de acné en tu cara. Más adelante también notarás los tobillos y los pies hinchados, estrías y várices. Acepta y quiérete en esta nueva forma de entender la belleza. Cuida tu piel desde el primer momento con hidratantes y cremas anti estrías para evitar en lo posible estos problemas de la piel.
Para evitar que se nos pigmenten en exceso las zonas expuestas al sol, debes usar a diario cremas con protección solar, especialmente en la cara, ya que los cambios hormonales pyede hacer que aumente la melanina del cuerpo y aparezca el cloasma o melasma (manchas marronáceas en la frente, pómulos, mentón…).
Además, tu vida cambiará radicalmente. Tendrás en tus manos el cuidado de otro ser vivo, que a pesar de que los has concebido tú, no es tuyo. Él o ella tendrán un camino propio –parecido o no al tuyo– y tendrás que aprender a aceptarle tal y como es. Serás el primer contacto que tenga con el mundo y tendrás que educarle lo mejor que puedas. Poco a poco encajarás este nuevo papel que has elegido.
Comparte tu alegría
Seguro que la noticia no te conmoverá sólo a ti. Las personas que te quieren se convertirán en tíos, abuelos… E incluso si tu pareja aún no lo sabe, puedes crear un momento y una forma especial para decirlo. Puede que te asuste darla muy pronto por si el embarazo no sale bien, y muchas mujeres deciden hacerlo al final del primer trimestre, cuando el riesgo de aborto espontáneo se reduce considerablemente. Sea cuando sea, es tu elección.
Bienvenida a la maternidad, un camino que dura toda la vida.
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No subir de peso en el embarazo no es posible. Pero si es importante limitar el aumento hasta los 12 kilos recomendados ya que, más allá de esta cifra, se pueden producir problemas de salud para la madre y el feto.
Fuente: Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus
Fecha de actualización: 14-12-2020
Redacción: María Segura
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