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Diástasis abdominal ¿Por qué se produce y cómo se soluciona?

Diástasis abdominal ¿Por qué se produce y cómo se soluciona?

La separación de los dos músculos que componen la pared abdominal es bastante común en el tercer trimestre de embarazo y posparto. Ocasiona que la zona abdominal no recupere el tono previo al embarazo y puede acarrear riesgo de hernia abdominal.

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Indice

 

La diástasis es común durante el embarazo

La zona abdominal de todas las personas cuenta con dos rectos, el izquierdo y el derecho-. Estos rectos son lo que popularmente conocemos como tabletas (serían las dos filas de la tableta, para hacernos una idea). Estos dos rectos se enganchan con una estructura fibrosa, de colágeno principalmente, justo en el medio del abdomen, en la línea alba.

Estos dos músculos abdominales van, más o menos, desde el final del pecho hasta la zona del pubis. Tienen importantes funciones: nos ayuda a mantener una postura erguida y a flexionar la columna, colabora en las contracciones necesarias para dar a luz o defecar, mantiene nuestras vísceras abdominales (estómago, intestinos…) en su sitio o interviene en la respiración.

A veces, la conexión entre los dos rectos -línea alba- se estira como consecuencia de un crecimiento de la zona abdominal o de grandes esfuerzos. Esto, por ejemplo, sucede en más del 60% de mujeres en su tercer trimestre de embarazo, y ocasiona la diástasis abdominal o separación de los rectos abdominales. Una de las razones es que en este periodo se inhibe la formación de colágeno, lo que debilita el tejido conectivo, debido al aumento de la hormona llamada relaxina durante la gestación. 

Se diferencian dos tipos de diástasis abdominal: la funcional, en la que estructura fibrosa que conecta los rectos se estira, convirtiendo el área en zona de riesgo, pero no llega a romperse; y la anatómica, en la que se produce rotura, permitiendo que las vísceras salgan hacia afuera, sobre todo en momentos de esfuerzo. Es decir, existe un riesgo de hernia abdominal.

La  probabilidad de sufrir diástasis de rectos aumenta en los embarazos múltiples, si el tono muscular de la madre es bajo (especialmente en el abdomen), si ha ganado mucho peso durante el embarazo o si el bebé es muy grande.

Además del embarazo, existen otras causas para que se produzca la diástasis abdominal, como el envejecimiento, el aumento de peso o alguna criugía abdominal. 

 

¿Qué hacer si tengo diástasis?

Si crees que tus rectos abdominales pueden estar separados o ya lo has confirmado en el médico, lo primero es que vayas a algún especialista en medicina, como un fisioterapeuta del suelo pélvico. Sobre todo, si se trata de una diástasis anatómica. Para comprobar si sufres diástasis puedes tumbarte boca arriba y colocar tus dedos entre los lados del recto abdominal para ver si queda un hueco. 

En primer lugar, debes evitar cualquier esfuerzo de la zona: levantar peso, estreñimiento…Esto incluye los ejercicios abdominales, totalmente contraindicados en los casos de diástasis, ya que puede incluso agravarla. O ejercicios como las planchas.

La gimnasia hipopresiva es la mejor para recuperar el tono muscular del periné y la pared abdominal y evitar así el riesgo de hernia. Esta gimnasia se encarga de fortalecer tus músculos transversos, es decir, de fortalecer el “cinturón” que mantenga los rectos unidos.

 

Ejercicios hipopresivos para tratar la diástasis


Vamos a ver algún ejercicio hipopresivo seguro si tienes diástasis:

- De pie, con los pies bajo las caderas y las rodillas semiflexionadas, estira la columna como si quisieras crecer, tirando de tu coronilla hacia el techo con una cuerda invisible. Inclina ligeramente el peso hacia delante de manera que notes el peso en la parte delantera de tus pies. Mientras, con las palmas mirando hacia atrás y tirando hacia abajo, tira de tus hombros como si quisieras separarlos. Llenando de aire tus pulmones, aguanta la respiración unos 25 segundos. Haz tres repeticiones.

- Sentada con las piernas cruzadas, estira la espalda. Debes estar sentada sobre la base de tus glúteos, no sobre la zona del coxis (el final de la columna e inicio del trasero). En esta postura haz algo parecido al anterior ejercicio: estira tu columna tirando de la coronilla hacia el techo, separa los hombros e inclínate ligeramente hacia delante. Con las manos sobre los muslos y los codos tirando hacia tus laterales, haz tres respiraciones aguantando el aire en tus pulmones unos 25 segundos.

 

Otras alternativas


Además de la gimnasia hipopresiva y la fisioterapia del suelo pélvico, hay otras alternativas para recuperar la unión de la pared abdominal después de una diástasis.

- Electroestimulación muscular. Esta técnica de Fisioterapia también beneficia el suelo pélvico, que suele necesitar algo de mimos y trabajo después del parto.

Técnica Tupler. Creados por una especialista en forma física -Julie Tupler- expresamente para los casos de diástasis. Los ejercicios de esta técnica se centran en trabajar los músculos transversales o cinturón abdominal de una forma segura.

- Fajas especiales. Si bien esto no soluciona el problema, ayuda a no agravarlo al evitar potenciales hernias. Se pueden utilizar en el proceso de recuperación combinada con una terapia en la que trabajemos para cerrar los rectos abdominales.

- Cirugía. Si no funciona la fisioterapia para solucionar tu diástasis, puedes recurrir a una abdominoplastia. Esta intervención vuelve a tensar los músculos separados del abdomen.


Fuente:

Cheesborough, T.; Dumanian, G. (2015) Simltaneous Prosthetic Mesh Abdominal Wall Reconstruction with Abdominoplasty for Ventral Hernia and Severe Rectus Diastasis Repairs. PRS Journal, vol. 135. Recuperado en http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25539311

Fecha de actualización: 06-10-2020

Redacción: Irene Gómez

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