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¿Cómo y por qué cambia el cerebro durante el embarazo?

¿Cómo y por qué cambia el cerebro durante el embarazo?

Sabíamos que cambian algunos órganos, los niveles hormonales...y ¿qué ocurre con el cerebro? Según un reciente estudio, durante el embarazo se producen una reestructuración del cerebro llamada “poda sináptica” destinada a preparar a la madre a detectar mejor posibles peligros en el entorno o las necesidades de su bebé. 

Indice

 

El cerebro de la madre cambia durante el embarazo

Un reciente estudio publicado por la revista científica Nature Neuroscience ha determinado que el embarazo deja cambios a largo plazo -hasta al menos dos años tras la gestación- en el cerebro de las madres, no solo a nivel de hormonas y neurotransmisores, sino que los cambios son “sustanciales” en la estructura y volumen de ciertas áreas cerebrales.

Como explican los propios investigadores del estudio, publicado el 19 de diciembre de 2016, el embarazo “produce picos hormonales y adaptaciones biológicas radicales”. Son de sobra conocidos los cambios orgánicos que se van produciendo a medida que avanza el embarazo. Los órganos internos cambian su posición original para ir dejando espacio al bebé, puede aumentar ligeramente la miopía, la columna vertebral cambia su fisionomía, las articulaciones se vuelven más flexibles, los pies pueden aumentar ligeramente de tamaño, ciertos sentidos se agudizan…

Y entre los cambios que experimentan diversos órganos, el cerebro es uno de ellos, aunque aún no se conocían los efectos concretos del embarazo en él. Aun así, se sabía que son muchas las mujeres embarazadas -alrededor del 80%- que experimentan lapsus de memoria y atención durante sus meses de gestación. Pero ¿qué implica realmente el embarazo para el cerebro?

 

La materia gris disminuye...solo en ciertas áreas

Según este estudio, basado en la comparación durante cinco años y mediante resonancia magnética del cerebro de 25 mujeres antes y después de su primer embarazo y de 20 no embarazadas, se observan cambios en la morfología del cerebro de las embarazadas que perduran a medio-largo plazo (algunos años después del embarazo).

Uno de los cambios que observaron de forma “altamente consistente” los científicos fue una reducción de la materia gris cerebral. Pero esta reducción se producía en las regiones cerebrales implicadas en las relaciones sociales. Una posible explicación, según los propios investigadores, es que el cerebro de las madres se “especializa” para afrontar los retos de la maternidad. Es decir, las madres ven optimizada su capacidad de detectar peligros en el entorno o de leer y entender el estado mental y necesidades de su bebé. En contraposición, ven momentáneamente reducida su materia gris en las áreas del córtex cerebral que se ocupan de otras interacciones sociales.

Así lo explica una de las investigadoras del estudio, Elseline Hoekzema: “las reducciones en volumen observadas durante la gestación representan un proceso de especialización que, de alguna manera, responde a un propósito de adaptación para la futura maternidad”.

¿Qué implica este menor volumen de materia gris? Según los investigadores, no se ha detectado ningún cambio en la memoria o en otras funciones intelectuales de las mujeres tras su embarazo. De hecho, apuntan que esta pérdida de sustancia gris tiene “un fin evolutivo” que lleva a que la madre sea capaz de detectar de manera más eficiente las necesidades de su bebé. Es, según explican, una reestructuración cerebral conocida como “poda sináptica” y que perdura, al menos, en los dos años posteriores al nacimiento del bebé.
 

Y cuantos más hijos tengas, peor…


Además, un estudio realizado en Australia afirma que tener un segundo hijo empeora la salud mental de los padres. Para llevar a cabo esta investigación sobre los cambios en la salud mental entre el primer hijo y el segundo, investigadores de la Universidad de Melbourne recopilaron 16 años de datos de la Encuesta de Dinámica de Hogares, Ingresos y Laborales en Australia. Entre sus resultados descubrieron que ambos padres mostraron mejoras en la salud mental después de tener su primer hijo; sin embargo, al llegar el segundo hijo aumentó el estrés en su vida, empeorando con ello su salud mental.

"Siempre se ha dicho que tener un hijo es tal y como se espera, pero tener dos es como tener 10. Esto se debe a que la cantidad de atención requerida para dos niños no se duplica, sino que es exponencialmente mayor porque tienes que repartir tu tiempo equitativamente entre ambos”.

El estudio también encontró que un segundo hijo tiene un mayor impacto en la salud mental de la madre que en la del padre. Es decir, los padres no tienen la misma presión que las madres, por lo que son ellas las que sufren las consecuencias de esta presión en mayor medida.

Por ello, el estudio aconseja repartir mejor las responsabilidades entre ambos padres para evitar que esta presión cause a las madres problemas de estrés, ansiedad o incluso depresión.


Fuentes:

Pregnancy leads to long-lasting changes in human brain structure. http://www.nature.com/neuro/journal/vaop/ncurrent/full/nn.4458.html

Does pregnancy brain exist? https://www.scientificamerican.com/article/does-pregnancy-brain-exist/

“Harried and Unhealthy? Parenthood, Time Pressure, and Mental Health”, Leah Ruppanner, Francisco Perales, Janeen Baxter. First published: 19 October 2018 https://doi.org/10.1111/jomf.12531

Fecha de actualización: 09-10-2020

Redacción: Irene Gómez


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