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¿Cómo se ven afectados los órganos durante el embarazo?

¿Cómo se ven afectados los órganos durante el embarazo?

Durante la gestación todo el organismo de la mujer se ve alterado para albergar al bebé: el sistema circulatorio, el aparato digestivo, el sistema respiratorio, etc. Te contamos qué sucede en cada uno de estos órganos.

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Indice

 

El útero

Es, sin duda, el órgano que más afectado se ve ya que pasa de medir 6 cm de alto a unos 33 cm. Su peso, normalmente de 50 gramos, pasará a ser de 1.000 gramos y su capacidad pasará de 2 mililitros a unos 5 litros.

Los cambios no son visibles externamente hasta pasadas unas semanas, aunque por dentro ya esté cambiando a mil revoluciones. 

Durante el parto, los cambios que se han ido produciendo en el útero permitirán que este pueda contraerse con mayor facilidad para abrir el cuello y empujar al niño hacia delante para que pueda salir.

Tras el nacimiento y la expulsión de la placenta la matriz aún conserva el tamaño adquirido al final del embarazo, pero ahora es un espacio vacío que en las siguientes semanas irá recuperando su tamaño anterior a la gestación.

 

Sistema circulatorio

Los vasos sanguíneos se dilatan desde el comienzo del embarazo, aumentando el volumen de sangre en un 50%, aproximadamente un litro y medio más.

Así, el corazón debe bombear más sangre, por lo que es habitual sentir palpitaciones y notar una sensación como de vacío en el pecho. Esto se debe a que en ocasiones no llega suficiente oxígeno de los pulmones y el corazón late más rápido para asegurar el suministro de sangre al bebé.

Sin embargo, el espacio del corazón no se ve afectado por el crecimiento del útero, está bien protegido por el tórax.

Si notas muchas palpitaciones, túmbate con la parte superior del cuerpo y las piernas elevadas. Así llegará la sangre a la placenta con facilidad y el corazón podrá ir un poco más despacio.

 

Sistema respiratorio


Las hormonas pueden alterar la laringe, la tráquea o los bronquios, lo que puede causar molestias al respirar por la nariz.

En el último trimestre, el útero presiona la caja torácica y cuesta más respirar. Además, tus pulmones pueden aspirar un 25% menos de aire por la presión que tienen en el inferior. Esto hará que te quedes sin aliento en cuanto hagas cualquier esfuerzo. A partir de la semana 36 la presión cede cuando el bebé se coloca en la pelvis.
 

 

Aparato digestivo


A medida que el útero crece, los órganos del aparato digestivo, como el estómago o el intestino, se ven comprimidos y se quedan sin espacio.

Asimismo, las hormonas del embarazo modifican el normal funcionamiento de todos los órganos digestivos, provocando náuseas, ardor de estómago, estreñimiento, etc.

La capacidad de tu estómago se verá reducida hacia el final del embarazo, por lo que es normal que enseguida te sientas llena. Come menos cantidad, pero más a menudo.

El apéndice también se eleva llegando a estar, hacia el final de la gestación, a la altura de las costillas.

El hígado, por su parte, como se compone de tejidos flexibles, puede hacer sitio al bebé, encogiéndose y continuando con su función normalmente. Aun así, no le hagas trabajar en exceso y evita las grasas.

 

Sistema urinario


El sistema urinario se ve afectado desde el principio; de hecho, uno de los primeros síntomas de embarazo es el aumento de las ganas de ir al baño.

Los riñones aumentan ligeramente su tamaño y se ven desplazados hacia arriba y atrás. Los uréteres, los conductos que van de los riñones a la vejiga, aumentan su diámetro. Mientras que la vejiga se ve afectada por el aumento de progesterona y se llena más rápido a la vez que sus esfínteres dejan de funcionar a la perfección, de ahí la necesidad de ir al baño más a menudo.

Además, estos cambios hacen que también sean más habituales las infecciones urinarias, así que es importante que te hagas análisis de orina rutinarios para detectar y tratar cuanto antes estas infecciones.

 

Sistema muscoloesquelético


El centro de gravedad de la mujer se desplaza a medida que el útero crece, lo que hace que las curvaturas antero posteriores de la columna, sobre todo de la zona lumbar, cambien. Los ligamentos de la zona de la pelvis se reblandecen para que las uniones entre los huesos se desplacen mejor y la mujer tenga mayor elasticidad en el parto.

El resto de articulaciones también se debilitan y se vuelven más laxas por el aumento de la relaxina, por lo que hay que tener cuidado con las caídas y accidentes.

Asimismo, se produce descalcificación por el mayor requerimiento de calcio para el bebé, por lo que conviene tomar suplementos de calcio en el embarazo.

Las costillas se elevan y desplazan hacia afuera, lo que hace que presionen a los cartílagos, pudiendo provocar dolor y molestia.

Tras el parto, todos los órganos vuelven a su estado anterior gradualmente.


Fuente:

American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG).

Fecha de actualización: 01-10-2020

Redacción: Irene García

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